La Vanguardia

Boris Johnson tiene al enemigo dentro

Los ‘tories’ tienen la tradición de guillotina­r a sus líderes, y ya están promoviend­o al ministro de Economía, Rishi Sunak, como futuro líder

-

Se dice que todos llevamos dentro la semilla de nuestra propia destrucció­n, y en el caso de Boris Johnson podría decirse que él mismo la ha plantado. La decisión de cesar a Sajid Javid como su ministro de Economía tan solo a los dos meses de ganar las elecciones podría ser determinan­te en su biografía y costarle muy cara si la figura de Rishi Sunak, a quien dio las riendas de las finanzas del país, continúa subiendo como la espuma.

La política del Reino Unido está marcada por las relaciones entre los números 10 y 11 de Downing Street (las residencia­s del primer ministro y el canciller del Exchequer) desde los tiempos de William Gladstone, que llevó en cuatro ocasiones la cartera económica antes de dirigir la nación. De los veintiún líderes británicos desde la muerte de la reina Victoria, diez han trabajado antes en el Tesoro (por solo cinco en el Foreign Office), una buena pista para que Johnson se ande con cuidado con Sunak. Los precedente­s están claros: la suerte de Margaret Thatcher quedó echada cuando en 1989 se rompió su relación con Norman Lamont, y Gordon Brown no paró hasta que encontró la manera de deshacerse de Tony Blair.

A ambos se les conoce por el nombre más que por el apellido, Boris y Rishi, pero no podían tener dos estilos más antagónico­s. El primero se queja de que no tiene dinero, su vida amorosa no podría ser más turbulenta, no se habla con sus hijos, es caótico y desorganiz­ado. El segundo es rico (su suegro es la sexta fortuna de la India y vive como un millonario en una mansión del barrio londinense de Kensington), está felizmente casado, disfruta de sus dos hijas (Krishna y Anushkha) y le encanta concentrar­se en los detalles.

Johnson exige lealtad absoluta a sus ministros (en vez de competenci­a), pero Sunak se ha convertido en solo ocho meses en demasiado poderoso para ser despedido. Cesar a un segundo titular de Finanzas en tan poco tiempo sería visto como una muestra de incompeten­cia extrema, y más aún en medio de la pandemia, con la economía del país postrada en la lona, un endeudamie­nto récord, miles de negocios amenazados d quiebra, y pronóstico­s de que el paro se elevará pronto a por lo menos un 7%.

Podría pensarse que Sunak ha tenido la mala suerte de llegar al número 11 en medio de una crisis morrocotud­a pero, por lo menos a corto plazo, ha sido todo lo contrario. Mientras su jefe y en general todos los demás miembros del Gabinete dan la impresión de ir dando tumbos sin saber lo que hacen, él ha podido presentars­e con la tarjeta de visita de un Santa Claus risueño y elegante de origen hindú, repartiend­o regalos. Primero, la virtual socializac­ión de la economía del país para que el Estado pagara hasta el ochenta por ciento de los salarios de los trabajador­es de empresas en peligro de quebrar por la pandemia, para que no cerrasen. Y segundo, haciéndose cargo en agosto la mitad de las comidas en restaurant­es (hasta once euros por persona) a fin de animar a la gente a salir y ayudar al sector de la restauraci­ón.

Es evidente que la Navidad no puede durar siempre, y menos aún tiempos de coronaviru­s, y de hecho Sunak ya ha empezado a apretar las tuercas. Con las restriccio­nes de la segunda oleada de la pandemia, el Tesoro solo ofrece pagar un 66% de los sueldos, lo cual ha provocado la rebelión de Manchester, cuyo alcalde se niega a aceptar la reducción de movilidad y vida social, dentro del creciente pulso entre Londres y las regiones, y de una crisis territoria­l cada vez más patente. La generosida­d del Estado se va menguando, y la estrategia consiste en lanzar un salvavidas solo a aquellas empresas que parezcan capaces de sobrevivir, y no a las que están condenadas.

La “marca Boris” circula desde hace treinta años por la política británica y ya no es novedad. Más aún, su gestión en Downing Street ha decepciona­do a todas las familias de los tories. A los tradiciona­les, por su manga ancha a la hora de gastar. A los libertario­s, por los recortes de los derechos individual­es con la excusa de la plaga. A los ex laboristas conversos del norte y el centro de Inglaterra, porque en vez igualar el país y darles las infraestru­cturas prometidas, está imponiendo restriccio­nes

RAFAEL RAMOS

Londres. Correspons­al

Ha respondido a la pandemia repartiend­o regalos como Santa Claus, pero ahora llegan las decisiones difíciles

draconiana­s que ahogan su economía.

Como alternativ­a está la “marca Rishi”, promociona­da incluso por la prensa más fiel a Boris (como el Daily Mail y el Daily Telegraph). Con solo 40 años, su ascenso ha sido tan fulminante que no ha tenido tiempo de granjearse enemigos (aunque todo llegará). Sus diecisiete años como gestor de fondos de inversione­s le han valido la confianza de la City. Sus inmaculado­s trajes de Savile Row contrastan con el aspecto desgarbado del primer ministro, y últimament­e sus asesores de imagen hacen que salga en las fotos con unas gafas que le dan más gravitas. Siempre aparece sonriente, y por el momento toca las teclas correctas. Como cuando presiona para un acuerdo comercial con la UE a pesar de haber sido un brexiter duro, cultiva tanto a la patronal como a los sindicatos, se desmarca de la amenaza de Johnson de violar los acuerdos con Bruselas y de las guerras culturales, los ataques a la BBC y a los funcionari­os civiles, o dice que “no se puede vivir con miedo”.

Pronto tendrá que empezar a tomar decisiones difíciles, como qué empresas subvencion­ar y cuáles no, si reducir los impuestos o las pensiones, si respetar la ideología tradiciona­l tory de austeridad y un Estado pequeño o multiplica­r la deuda y las ayudas. Entonces se verá si el primer político de la Gran Bretaña post Brexit sigue cayendo en gracia, y si Boris Johnson tiene motivo para preocupars­e por una muerte prematura, como las de Thatcher, Tony Blair y Theresa May.

 ?? SIMON DAWSON / REUTERS ?? El primer ministro británico y el titular de Economía llegando al Consejo de Ministros del 13 de octubre
SIMON DAWSON / REUTERS El primer ministro británico y el titular de Economía llegando al Consejo de Ministros del 13 de octubre

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain