Una vida de circo
PAULINA SCHUMANN (1921-2020) Artista de circo
Una de las sonrisas más célebres de Cubelles y del circo se ha apagado. El 9 de octubre Paulina Schumann (Paulina Andreu Busto, de soltera), hija del célebre payaso Charlie Rivel, falleció a los 99 años de edad en el hospital Sant Camil de Sant Pere de Ribes. Había contraído el virus de la Covid19 unos días antes en la residencia de Cubelles donde residía. Fue una de las figuras catalanas femeninas más significativas del mundo del circo del siglo pasado. Destacó en ballet y danza, música, canto, pantomima y como payasa blanca y trabajando con caballos. Recientemente el Ayuntamiento de Cubelles había pedido la concesión de la Medalla d’or de la Generalitat para una mujer que desde el 2014 era hija adoptiva de este municipio del Garraf, el mismo que vio nacer a su padre el 23 de abril de 1896.
Debutó en el mundo del circo en París, en 1928. Solo tenía 7 años cuando comenzó a actuar con su padre, iniciando así una larga trayectoria que la llevaría a ser considerada como una artista de gran prestigio y una reconocida amazona. En 1945 se casó con el también hombre de circo Albert Schumann, de quien adoptaría el nombre artístico. En 1972 retomó la actividad artística acompañando a Charlie Rivel (Josep Andreu Lasserre) hasta su muerte, en 1983. En el 2007 recibió la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes del Ministerio de Cultura. En julio del 2008 fue distinguida por la Generalitat con el Premi Nacional de Circ “por su extraordinaria trayectoria como acróbata, equilibrista, funámbula, bailarina, adiestradora de caballos en libertad y amazona de alta escuela”, y porque “su trayectoria artística es una valiosa aportación a la historiografía circense y un vigoroso estímulo para las nuevas generaciones”.
La alcaldesa de Cubelles, Rosa Fonoll, afirma que “su muerte nos ha dejado tristeza. Era una magnífica persona, muy querida en Cubelles. Siempre decía que la gente trataba a su padre como el rey de Cubelles y que ella se sentía muy querida en el pueblo”. Añade que “se ha ido un auténtico patrimonio cultural de Cubelles, pero su memoria perdurará ya que era una auténtica figura mundial que quizás quedó algo eclipsada por la magnitud de su padre, pero todo el mundo la reconocía como un auténtico referente”. Fonoll también manifesta que “personalmente, la echaré mucho de menos. Su figura pequeña y elegante formaba parte del paisaje de Cubelles. Hasta hace poco todavía era habitual verla con el carrito comprando por el pueblo, risueña y de buen humor. Siempre presumía de haber alcanzado los 99 años conservando toda la dentadura. Nos hacía reír mucho”.
En la Exposició Permanent del Pallasso Charlie Rivel de Cubelles, en una sala del Castell, la clownesa y artista Paulina Schumann
tiene dedicado un espacio con fotografías y vestidos de sus actuaciones. En este centro no falta la guitarra y la silla con las que se hizo universalmente famoso Charlie Rivel, junto con sus aullidos. La responsable de este centro museístico, Mònica Fuster, la recuerda como “una mujer luchadora, pionera, cercana, abierta, glamorosa, elegante y presumida.
Hija del famoso payaso Charlie Rivel, brilló con luz propia en ballet, danza, música, canto y pantomima
Le gustaba vestir bien y maquillarse”. También afirma que era una buena cocinera, una amante de la buena nutrición y una gran anfitriona. Le gustaban, sin embargo, los dulces y el chocolate. También apunta que era muy directa a la hora de dar sus opiniones y que tuvo que luchar mucho para hacerse un nombre en un mundo tan machista como era el del circo”. Llevó su glamur a los vestuarios, música o iluminaciones de sus actuaciones.