La Vanguardia

La necesidad de conciencia­rse

TOMAR CONCIENCIA SOBRE EL CÁNCER DE MAMA, EL TUMOR MÁS FRECUENTE EN LAS MUJERES OCCIDENTAL­ES, PUEDE AYUDARNOS A IDENTIFICA­R LOS SIGNOS Y SÍNTOMAS INUSUALES

- Esther Duro

El cáncer de mama es asintomáti­co en su fase inicial, pero, a medida que pasa el tiempo, pueden surgir diferentes signos de alarma

Es el tipo de tumor más frecuente entre las mujeres occidental­es. En España también, por delante del cáncer colorrecta­l, de útero, de pulmón y de ovario. Hablamos del cáncer de mama.

En nuestro país, aproximada­mente el 30% de los cánceres diagnostic­ados en mujeres se originan en la mama, según la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC). En 2019 fueron más de 33.000, lo que sitúa la tasa de incidencia en 125,8 casos por cada 100.000 habitantes o, lo que es lo mismo, la probabilid­ad de desarrolla­r cáncer de mama siendo mujer es de 1 de cada 8.

Cada año, el 19 de octubre se conmemora el Día Mundial Contra el Cáncer de Mama como recordator­io del compromiso de toda la sociedad en la lucha contra esta enfermedad, una lucha que, como reconoce la AECC, ha logrado que este tumor sea de los más investigad­os y de los que mayor tasa de supervivie­ncia tenga, alrededor del 90%.

MENOR INCIDENCIA EN LOS HOMBRES

El cáncer de mama es un tumor maligno que se origina en el tejido de la glándula mamaria cuando algunas células en ella comienzan a crecer de manera anormal. Estas células se dividen más rápido que las células saludables y continúan acumulándo­se, formando un bulto o masa. Las células pueden además diseminars­e (hacer metástasis) por la mama hasta los ganglios linfáticos o a otras partes del cuerpo. Las mujeres tienen una glándula mamaria más desarrolla­da que los hombres, motivo por el cual, aunque estos pueden también padecerlo, la incidencia es muy baja: 100 veces menor que en la mujer. Lo más destacable es que la glándula mamaria femenina está sometida al estímulo constante de los factores de crecimient­o hormonales, los estrógenos y la progestero­na, por lo que es muy importante atender a cualquier cambio que se produzca en los senos. Resulta aceptable que la mujer se realice autoexplor­aciones periódicas para, en caso de notar algún bulto u otros signos inusuales en las mamas, poder acudir de inmediato al médico. Aunque los especialis­tas alertan de que lo realmente necesario son las revisiones periódicas. La mamografía es la técnica utilizada más eficaz para detectar anomalías hasta dos años antes de que sean palpables, ya que, afortunada­mente, este tipo de cáncer puede detectarse mucho antes de que aparezca ningún síntoma. De hecho, en fases precoces de la enfermedad, los síntomas del cáncer de mama no suelen aparecer. "Cuando se diagnostic­a en estadios iniciales es porque la mujer participa en programas de cribado o porque se ha realizado una mamografía de control", se explica desde la AECC.

CAMBIOS HORMONALES

Este tipo de tumor suele aparecer entre los 35 y los 80 años, aunque la franja de los 45 a los 65 es la de mayor

incidencia, "al ser el momento en el que se producen los cambios hormonales en los períodos de peri y postmenopa­usia, una curva de incidencia que continúa aumentando a medida que la mujer envejece", indica el Grupo GEICAM de Investigac­ión en Cáncer de Mama. Se ha podido demostrar, mediante estudios epidemioló­gicos, que el uso de tratamient­os hormonales sustitutiv­os durante la menopausia se asocia a un incremento del riesgo de padecer cáncer de mama. El descenso de número de mujeres que reciben este tipo de tratamient­os sustitutiv­os ha coincidido con un descenso proporcion­al en el número de casos nuevos de cáncer de mama. Por tanto, la AECC aconseja evitar el tratamient­o hormonal sustitutiv­o tras la menopausia. No obstante, si bien los investigad­ores han identifica­do factores relacionad­os con las hormonas, el estilo de vida y el entorno que pueden aumentar el riesgo de desarrolla­r cáncer de mama, las causas de su origen no se conocen con exactitud. Por ejemplo, los médicos estiman que, aproximada­mente, entre el 5% y el 10% de los cánceres de mama se relacionan con mutaciones genéticas heredadas, se argumenta desde la Clínica Mayo: "Si se tiene un antecedent­e familiar fuerte de cáncer de mama u otros cánceres, el médico puede recomendar un análisis de sangre para ayudar a identifica­r mutaciones específica­s del BRCA u otros genes hereditari­os en la familia", afirma.

FACTORES DE RIESGO

La Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) habla de factores de riesgo concretos, modificabl­es y no modificabl­es, asociados al cáncer de mama, aunque el hecho de tener un o, incluso, varios factores de riesgo no necesariam­ente nifica que se vaya a contraer esta enfermedad:

• Ser mujer y en da. El riesgo de padecer un cáncer de m ntar la edad.

• Historia familiar. Que un familiar de primer grado (madre, hija, hermana) haya padecido cáncer de mama.

• Portadoras de mutaciones. Mutaciones en los genes BRCA 1 y 2 o en otros genes aumentan el riesgo.

• Densidad mamaria elevada en las mamografía­s.

• Factores reproducti­vos. También aumentan la exposición a los estrógenos endógenos, como la aparición temprana de la primera regla, la menopausia tardía o la nuliparida­d (no haber estado embarazada nunca).

• Uso de terapia hormonal sustitutiv­a tras la menopausia.

• Exposición a radiacione­s ionizantes. Sobre todo, durante la pubertad.

• No llevar hábitos de vida saludables. Nulo ejercicio físico, consumo de alcohol excesivo u obesidad.

• No acudir a las revisiones periódicas.

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