El mejor tratamiento para cada tipo de tumor mamario
El cáncer de mama se puede dividir en varios tipos en función de las características de las células de la mama a partir de las cuales se desarrolla, y de los principales cambios moleculares que determinan su crecimiento y diseminación; lo que, sumado al grado de extensión de la enfermedad y a su evolución, determina a su vez cómo combatirlo terapéuticamente
Para que se desarrolle un cáncer de mama confluyen, principalmente, tres circunstancias: un crecimiento descontrolado de las células mamarias; la pérdida de la diferenciación de estas células, y la incapacidad de nuestro sistema inmunológico de reconocer y eliminar tales células mutantes, cancerosas o precancerosas. La suma de estos cambios hace posible que se extienda a los tejidos próximos al tumor de mama o, incluso, permite la expansión a los ganglios axilares por vía linfática. Estas células mutantes también se pueden propagar a otros órganos a través de la sangre, en cuyo caso se da la posibilidad de metástasis a huesos, pulmones, hígado, o incluso al cerebro. Hoy en día el tratamiento para combatir el cáncer de mama es variado y muy complejo. Dependerá del tipo preciso de cáncer de mama; de las características biológicas y moleculares del tumor; de su grado de diseminación (de I a IV), y de las características clínicas de cada paciente. En general, se suelen emplear distintas modalidades de tratamiento y diferentes combinaciones, de forma personalizada y en base a protocolos avalados por una alta evidencia científica.
CÓMO COMBATIRLO
Una vez detectado el cáncer de mama, pueden intervenir diversos profesionales de la medicina para aplicar tratamientos diferenciados. Cuáles se apliquen y cómo se combinen dependerá del estudio previo de cada caso.
1. Quimioterapia convencional: se aplica en ocasiones antes de la cirugía, para reducir el tumor y controlar posibles metástasis, y en otros casos a posteriori.
2. Cirugía: hoy, buena parte de las intervenciones ya son “tumorectomías”, intervenciones en las que se extrae solo el tumor y no toda la mama. Incluso se evita extraer todos los ganglios linfáticos axilares mediante el estudio del ganglio centinela, que es el primero afectado por metástasis o micro metástasis. 3. Fisioterapia post-cirugía, dietética y estética: el Centro 360 de Excelencia Oncológica GCCC de Genesiscare y Clínica Corachan incorpora fisioterapia y dietética, así como la atención de especialistas en medicina estética por posibles problemas asociados a la quimioterapia.
4. Enfermería oncológica: se encarga de la administración de fármacos de quimioterapia en el Hospital de Día y soluciona cualquier posible duda sobre el tratamiento que pueda surgir.
5. Psicooncología: nuestro Centro ofrece también el apoyo de un especialista en psicología clínica aplicada a la problemática del cáncer para el paciente y su entorno familiar.
6. Radioterapia: absolutamente necesaria como tratamiento loco-regional complementario, sobre todo si no se realiza una mastectomía y solo se hace la tumorectomía. La radioterapia también resulta eficaz como método paliativo en metástasis e incluso cuando hay metástasis reducidas. En el centro de GCCC contamos con tres técnicas innovadoras de radioterapia para tratar el cáncer de mama: DIBH, SGRT sin tatuajes y FAST mama. La DIBH, o inspiración profunda mantenida, consiste en aplicar la radiación en el momento que el corazón está más alejado de la mama y de esta forma se pueden evitar posibles problemas cardiacos posteriores. Esta técnica está especialmente indicada para la mama izquierda. La SGRT (radioterapia guiada por superficie) sin tatuajes cuenta con una precisión submilimétrica y permite realizar los tratamientos sin necesidad de dejar las marcas permanentes en el cuerpo de la paciente, lo que supone un avance muy positivo para esta desde el punto de vista psicológico. Y a estas se suma FAST mama, tratamientos de cáncer de mama con esquemas ultracortos, que permite realizar tratamientos en 5 sesiones en vez de las 15 habituales, manteniendo los mismos resultados y efectos que en el tratamiento más extenso.
7. Hormonoterapia: se administra a pacientes con tumores hormonosensibles durante 5 a 10 años tras la cirugía curativa, o de forma crónica hasta que se detecta la progresión de la enfermedad tumoral en pacientes con metástasis. La incorporación de nuevos fármacos orales que potencian al tratamiento anti estrógenos convencional (conocidos como inhibidores de las ciclinas o CDK-4/6) han demostrado recientemente aumentar la supervivencia en enfermedad metastática hormonosensible o incluso (en algunos casos) el intervalo libre de enfermedad tras la cirugía inicial. 8. Tratamiento personalizado o dirigido a dianas moleculares concretas del tumor: el marcador molecular que es diana terapéutica por excelencia del cáncer de mama (además de los receptores hormonales como los estrógenos y progesterona) es el oncogen llamado HER-2.
9. Inmunoterapia: los cánceres de mama “triple negativos” no tienen marcadores moleculares clásicos como los receptores hormonales, o el oncogen HER-2 sobre expresado, y por eso se llaman así. En estos casos, además de la quimioterapia convencional, o cuando la quimioterapia ya ha fracasado, se puede ofrecer (de forma personalizada) un tratamiento de “inmunoterapia”. Por ejemplo, el cáncer de mama “triple negativo” que produce la proteína PD-L1 puede tratarse con el medicamento de inmunoterapia “atezolizumab” - junto con “paclitaxel ligado a albúmina”. La proteína PD-L1 se encuentra en aproximadamente el 20% de este tipo raro y a menudo agresivo de cáncer de mama, y su inhibición con un medicamento específico (anticuerpo monoclonal) activa la respuesta inmunológica contra el cáncer.