La Vanguardia

Vox presenta una moción de censura contra Sánchez que tensa al PP

La iniciativa de Vox dará pie a un debate sobre política general en el Congreso

- Enric Juliana Madrid

Vox presenta hoy una moción de censura contra Sánchez que se ha convertido en una prueba para el PP, que no ha aclarado su posición.

Moción de censura al presidente del Gobierno en el Congreso de los Diputados con la región de Madrid, sede de la capital de España, sugiriendo la implantaci­ón del toque de queda para hacer frente a la epidemia de la Covid19, después de semanas de intenciona­da dilación. La derecha madrileña pide auxilio al Estado en vísperas de un debate parlamenta­rio de alto voltaje. Otras comunidade­s autónomas podrían pedir también el toque de queda en las próximas horas y días.

En el imaginario de un país que estuvo sometido a varios estados de excepción durante la dictadura del general Franco, toque de queda son palabras mayores. Toque de queda en la mente de muchas personas significa militares patrulland­o por las calles para vigilar que nadie se halle fuera de su domicilio a partir de las nueve de la noche. Evidenteme­nte no sería literalmen­te así. Bastaría con el llamamient­o cívico de las autoridade­s y el control de la Policía, con la cobertura jurídica del estado de alarma. Las palabras, sin embargo, construyen realidad. La moción de censura de Vox empieza hoy en el Congreso con la derecha libertaria madrileña –hasta ayer queriendo emular el gesto de Donald Trump quitándose la mascarilla–, a un paso de pedir ayuda al Gobierno ante la gravedad de la situación y sus posibles consecuenc­ias a corto plazo en el sistema hospitalar­io. Este dato es fundamenta­l. Ayer hubo dos dimisiones más en la estructura sanitaria de Madrid.

[El debate también estará enmarcado por otra noticia importante: la absolución del jefe de los Mossos d’esquadra, mayor Lluís Trapero, por los acontecimi­entos de octubre del 2017 en Catalunya].

La segunda ola de la epidemia está afectando seriamente la moral colectiva de la sociedad española. El Gobierno foral de Navarra, la autonomía en estos momentos estadístic­amente más afectada, acaba de decretar el aislamient­o de la región. Más de 45 municipios se hallan confinados en todo el país. Más de seis millones de personas, sobre un total de 47 millones de habitantes, tienen restringid­os sus movimiento­s.

Segundo ola. La epidemia vuelve a la carga sin las mismas consecuenc­ias mortíferas de la pasada primavera, pero la virulencia de los rebrotes está favorecien­do una cierta depresión colectiva en un país que siempre ha mitificado el arrojo ante la adversidad. Quizá el arrojo no sea la respuesta más adecuada en estos momentos. Quizá debería hablarse más de quietud e introspecc­ión. Algo se está haciendo mal. La prensa extranjera está poniendo el foco en España. Un profesor de Alemania ha publicando un artículo en el Neue Zürcher Zeitung (diario suizo de reconocido prestigio por sus análisis internacio­nales) refiriéndo­se a España como posible “Estado fallido” y algunos experiment­ados comentaris­tas políticos que vivieron los momentos más crudos y difíciles de la transición ya han acusado el golpe. Desasosieg­o por un solo artículo. Una escalofrío de insegurida­d recorre en estos momentos el espinazo de gente experiment­ada en el manejo de los consensos y los espejismos políticos de los últimos cuarenta años. El estruendos­o guirigay madrileño resulta insoportab­le cada vez para más gente. Parece haberse puesto en marcha una maniobra para acabar de hundir el prestigio de la política en un país que arrastra más de diez años de crisis económica, social y territoria­l.

El Partido Popular apostó en marzo a que el Gobierno de coalición Psoe-unidas Podemos no saldría vivo de la epidemia y la extrema derecha ha decidido redoblar la apuesta: todo al 21 negro. En Vox creen que España puede verse al borde de la quiebra en el plazo de un año y están convencido­s de que en ese momento todo el esquema político del país se verá modificado, a instancias de la Unión Europea. En el 21 negro quieren liderar la oposición.

La extrema derecha cabalga en estos momentos hacia una proyección de voto del 18%, posiblemen­te a solo dos puntos del primer partido de la oposición. Con la moción de censura, Vox quiere pasar por delante del Partido Popular y provocarle una crisis interna entre duros y moderados. Cayetana Álvarez de Toledo espera su momento al frente de la plataforma Libres e Iguales. Inspirándo­se en los métodos de combate de la derecha norteameri­cana radicaliza­da, Vox aspira al liderazgo del bloque conservado­r. Santiago Abascal quisiera obtener lo que Matteo Salvini ha estado a punto de conseguir en Italia, con problemas de neumáticos en los últimos comicios regionales y municipale­s (de carácter parcial) en los que los electores italianos han optado por una cierta cautela, en beneficio de los partidos más convencion­ales. En España no están previstas elecciones hasta el año 2023. Solo un colapso de la mayoría gubernamen­tal podría provocarla­s.

El principal punto de referencia del partido que hoy censurará a Pedro Sánchez es el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que en estos momentos corre el riesgo de perder la reelección. Vox es el partido de Trump en España. La derrota de su referente posiblemen­te tendría consecuenc­ias a medio plazo, pero ese escenario es en estos momentos una mera hipótesis. En recientes declaracio­nes a TVE, el número dos de Vox, Iván Espinosa de los Monteros, evitó referirse a Trump en términos reverencia­les, limitándos­e a subrayar las buenas relaciones de su formación política con el Partido Republican­o de Estados Unidos.

Hoy, debate de política general en el Congreso.

EL DIAGNÓSTIC­O

La extrema derecha apuesta por un 2021 negro, con España al borde de la quiebra

LA COMPETICIÓ­N

La moción de censura pone a prueba al Partido Popular como fuerza autónoma

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