La Vanguardia

El Barça arranca con una goleada al Ferencváro­s (5-1)

El Barça se estrena con triunfo pero Piqué será baja en Turín tras su expulsión

- JUAN BAUTISTA MARTÍNEZ

Desde el punto de vista matemático, el Barça se estrenó en la Champions con un triunfo rotundo e inapelable. Desde todos los demás puntos de vista el debut continenta­l de los de Koeman tuvo bastantes lagunas, aunque el equipo se comportó de menos a más. Sí, cazó los tres puntos. Faltaría más, teniendo en cuenta la modesta entidad del Ferencváro­s. Lo hizo con la medicina del gol, es verdad, pero su fútbol fue más irregular que redondo, más eficaz de cara a puerta que brillante. No tuvo excesiva continuida­d. El Barcelona recurrió a los arranques de Messi, a la puntería de Ansu Fati, al gatillo de Coutinho y al entusiasmo de Pedri para certificar la victoria. La guinda la puso al final Ousmane Dembélé, que esta vez entró en el campo con el pie derecho, y metió el quinto.

Sin embargo, el equipo tendrá que subir el tono de precisión e intensidad para afrontar el clásico del sábado y el compromiso de Turín del miércoles que viene, partido en el que será baja Piqué, que anoche resultó expulsado tras cometer un penalti. Una baja de mucho peso.

El inicio del Barcelona resultó impresenta­ble. A pesar de venir de dos partidos sin ganar el conjunto de Koeman hizo su puesta en escena con menos movilidad que una ciudad confinada en pleno toque de queda. Aunque el último partido del Barça en la competició­n había sido el bochornoso 2-8 contra el Bayern el equipo barcelonis­ta apareció por el césped del Camp Nou con el pijama y las babuchas.

Con un nulo interés por el desmarque y con una pereza notable a la hora de presionar o correr hacia atrás. Un arranque lamentable frente al equipo con menos coeficient­e UEFA de toda la fase de grupos. Un Ferencváro­s cuyos jugadores no tenían experienci­a en la Champions pero que se tomaron el envite con ilusión. Esa diferencia de motivación estuvo cerca de costar un disgusto serio al barcelonis­mo.

Porque una escapada del bullicioso Nguen terminó con un trallazo a la red sensaciona­l. Suerte para los de Koeman que el delantero del cuadro húngaro había partido de posición de fuera de juego. Un susto que no bastó. Un aviso que no fue suficiente porque después el propio Nguen bajó un balón del cielo y habilitó a Isael, que hizo temblar la portería de Neto con un cacao que se estrelló en la madera.

El entrenador barcelonis­ta había introducid­o cuatro cambios con respecto al Coliseum. Fati y Coutinho recuperaro­n la titularida­d y Pjanic y Trincão la estrenaron mientras Griezmann, Pedri, Dembélé y Busquets iban a parar al banquillo. Pero no había alegría, ni dinamismo ni hambre.

El equipo necesitaba que alguien le diera al interrupto­r y tuvo que aparecer un clásico como Leo Messi. Quizá aburrido de no entrar mucho en juego se hizo con un balón en el centro del campo por la banda derecha e inició un slalom de otros tiempos para desbordar a tres futbolista­s y ser objeto de penalti claro por parte de Kovacevic. El argentino no falló desde los once metros.

El gol ejerció de despertado­r relativo para sus compañeros, que se pusieron un poquito más en faena. Trincão esbozó algunos regates por la derecha y combinó con Ansu, que hizo intervenir al portero. Pjanic, al que le faltan horas de vuelo tras no tener casi pretempora­da, emergió. Pero fue De Jong el que dibujó un pase fantástico al espacio para Ansu Fati, que penetró como una flecha en el área para empalmar a la red el servicio del holandés.

El chaval marcó con fortuna pues remató prácticame­nte con la espinilla. Su relación con el gol continúa siendo sobresalie­nte. Un ingredient­e que le va de perlas a un conjunto sin delantero centro. Fati se maneja muy bien en espacios cortos dentro del área y lo volvió a demostrar tras el descanso con un servicio de espuela hacia Coutinho para que el brasileño firmara el tercero.

Con casi medio partido por delante el encuentro se le ponía al Barcelona

perfecto para dosificar esfuerzos pensando en el Madrid y en el Juventus pero también idóneo para coger confianza. Que buena falta le hace. Koeman optó por retirar a Fati, Sergi Roberto y Trincão pero no recurrió a Griezmann ni tampoco retiró a Messi, al que todavía no ha sustituido nunca. Pero como el Barça no terminaba de bordarlo, Pjanic perdió un balón estúpido y eso dio origen a un contragolp­e con Nguen a la carrera. Piqué le sujetó dentro del área y el colegiado pitó penalti. Lo era. En cambio, la

TOQUE DE CORNETA DEL CAPITÁN El conjunto de Koeman empezó con el pijama y las babuchas y Messi tuvo que ejercer de despertado­r

CINCO REALIZADOR­ES El argentino, Fati, Coutinho, Pedri y Dembélé fueron los autores de los goles

EL CONTRATIEM­PO Piqué cometió un penalti claro pero la roja directa se antoja un castigo excesivo

expulsión del central se antojó excesiva, pero Piqué había corrido un riesgo. Kharatin lo transformó.

Aún había minutos por delante y el Barcelona se quedaba con un futbolista menos. Pero el entusiasta Pedri, con su primer gol como barcelonis­ta, acabó con cualquier temor tras una cabalgada supersónic­a de Dembélé. Pedri y Fati, dos menores que han de representa­r el cambio de guardia en el equipo.

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LLUIS GENE / AFP Ousmane Dembélé redondeó el marcador al conseguir el quinto tanto barcelonis­ta con este remate
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