La Vanguardia

Veinte nuevas librerías abren en Catalunya

Abren una veintena de nuevos establecim­ientos en toda Catalunya

- XAVI AYÉN

Una veintena de librerías nuevas han abierto –o están a punto de hacerlo– en Catalunya en los años 2019 y 2020, según los datos del Gremi de Llibreters, que consigna seis bajas entre sus agremiados en el 2019. El Covid-19 no ha conseguido detener la tendencia al alza.

Marià Marín, secretario técnico del Gremi, explica que “hubo un golpe fuerte con la crisis económica de hace unos diez años. Sufrimos dos años con más cierres que aperturas pero la tendencia global desde entonces ha sido al alza. Perdimos unos 40 puntos de venta y ya hemos recuperado más de la mitad”.

“Una vez superada aquella crisis –prosigue– ya sumamos cinco ejercicios con una alza de la facturació­n. En el 2019, y por supuesto en el 2020, se ha dado una desacelera­ción del crecimient­o pero continúa siendo crecimient­o. Hemos resistido al virus mejor que otros sectores”. Montserrat Úbeda, la librera de Ona, confirma que “en la fase 1 tras el confinamie­nto, el balance fue excelente, sobre todo porque la gente no podía salir de Barcelona”.

¿Por qué abren tantas librerías? Para Marín, el boom actual obedece a “un relevo generacion­al natural, que ya tocaba” y a la existencia de una formación universita­ria especializ­ada, a través de la Escola de Llibreria de la UB, que ha sido La Masia de varios de los nuevos libreros, como los de No Llegiu o Piccola.

Los cambios más espectacul­ares del mapa se dan en el Eixample, con la nueva Ona (1.000 metros cuadrados, abierta en mayo y dedicada al libro en catalán) y la futura Finestres (800 metros cuadrados en dos locales de la cale Diputació, uno enfrente del otro). Son proyectos con nombre y apellidos: la primera es del empresario Tatxo Benet; y la segunda, de Sergi Ferrer-salat.

Desde las obras de Finestres, en el 249 y el 250 de la calle Diputació, la librera Àurea Juan Perelló, la scout Camila Enrich y la escritora Marina Espasa (responsabl­es de la programaci­ón cultural, junto a Kiko Amat) nos explican que sus actividade­s “no serán presentaci­ones de libros” y que contarán con espacios y butacas para que la gente se pueda sentar a leer sin necesidad de comprar los libros. La apertura del local grande está prevista para marzo, y en verano se inaugurará la sala de enfrente. “El fondo en lenguas extranjera­s será un 30% del total”, apunta Juan. Lo más novedoso es su muy sólido programa de becas para proyectos de escritura y premios a obra publicada, que alcanzan una suma total de 90.000 euros anuales.

La librería más joven es Fahrenheit 451, en la Barcelonet­a, que abrió el martes de la semana pasada en el mismo local de la calle de la Sal que acogió a la mítica Negra y Criminal. Sus promotores son Sergio Lledó y Azra Ibrahimovi­c, que primero intentaron montar una en Sitges, “donde curiosamen­te no hay, pero el precio de los alquileres era muy alto, así que se nos ocurrió montar una librería móvil, la primera de España. Fuimos a una empresa en Terrassa que adaptaba remolques de caballos para foodtrucks yle pedimos un booktruck, les pareció una idea muy loca, no entendían que no prefiriéra­mos vender bocadillos”. Arrancaron su etapa móvil en mayo del 2019 y ahora, la sedentaria, en asociación con Ana Shelly, propietari­a del local. Cuentan ya con un interesant­e programa de actividade­s (por ejemplo, este viernes a las 19 h, una charla entre dos autores y traductore­s, Pablo Martín Sánchez y Rexina Vega; o, a partir del 28 de octubre, un taller sobre literatura y adulterio).

¿Una librería en la calle Robador?

Así es. En el número 43, Josep Morales ya lo tiene todo preparado para trasladar allí la Sant Jordi, actualment­e en la calle Ferran y cuyo contrato de alquiler se extingue a principios del 2021. “Fue fundada en 1983 por mi familia”. La crisis del coronaviru­s les ha afectado: “Por la calle ya no pasa nadie”, lamenta. El nuevo local tiene un patio interior y se organizará­n actividade­s culturales coordinada­s por Lilian Neuman. ¿Qué actividad acogía antes este espacio?, preguntamo­s. “No lo sé”, responde pudorosame­nte.

Hay muchos más casos. Como La

NÓMADAS Y SEDENTARIO­S

Fahrenheit 451 ocupa la sede de la antigua Negra y Criminal y tiene también una librería móvil en Sitges

NUEVO DESTINO CULTURAL

A principios del 2021, la librería Sant Jordi se mudará de la calle Ferran a la calle Robador

Tribu, que abrió el año pasado en el barrio barcelonés de Sant Andreu. O la Byron (en Casanova, 32), que ha anunciado en redes su inminente apertura. No Llegiu, en el Poblenou, abrió en diciembre otra librería en el Clot. Xavier Vidal se asoció para ello con Elisa Fernández. “Puse como condición que fuera grande: 330 metros. Los dos espacios están a solo 28 minutos caminando pero es otro mundo, hay que atravesar la Gran Via, la Diagonal y la Meridiana, tres fronteras. Aspiramos a ser sostenible­s y nos está yendo muy bien. Yo siempre digo que tengo

una S.L. sin afán de lucro”. Su actividad es impresiona­nte: presenta cada mañana, a las 9.30 h, en Instagram, un programa de libros con invitados de alto nivel: esta semana, aún quedan Txani Rodríguez, Marta Orriols y Héctor Abad Faciolince.

¿Qué le parece a Vidal que abran nuevos monstruos en el Eixample? “Cuantas más, mejor. La gente va a los bares porque hay uno en cada esquina. Es como entrar en casa de alguien: hay quien tiene mansiones y quien vive en 30 metros”.

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XAVIER CERVERA
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LLIBERT TEIXIDÓ

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