Intento de fuga del danés que mató a una periodista en su submarino
El asesino danés Peter Madsen, condenado a cadena perpetua por torturar, agredir sexualmente y matar a la periodista sueca Kim Wall a bordo de su submarino, uno de los casos más truculentos de la historia reciente de Dinamarca, fue ayer detenido cerca de Copenhague después de haberse fugado de la cárcel.
Armado con un objeto parecido a una pistola y un falso cinturón de explosivos, hacia las diez y media de la mañana Madsen amenazó a una funcionaria del centro penitenciario –una psicóloga, afirma la prensa– y pudo escapar de la prisión de Albertslund, a las afueras de la capital danesa, según contó la directora del centro, Hanne Høegh Rasmussen, en una rueda de prensa. El inventor, de 46 años, se subió a una furgoneta blanca que pasaba por delante de la prisión pero sólo pudo recorrer unos 500 metros antes de ser detenido. La policía cree que el conductor del vehículo no conocía a Madsen, pero lo está investigando.
Los agentes esposaron al fugitivo pero al ver el cinturón decidieron recular y esperar a que viniera un equipo de expertos para comprobar que los explosivos no eran reales. Durante más de dos horas, Madsen permaneció sentado junto a unos setos, con dos policías tumbados en el suelo y apuntándole con sus armas, en unas imágenes espectaculares que fueron difundidas en directo.
El 10 de agosto del 2017, Madsen recogió en el Nautilus, el submarino de 18 metros de largo que él mismo diseñó y construyó, a la periodista sueca Kim Wall, de 30 años, que quería escribir un reportaje sobre sus excéntricas invenciones. Su novio alertó esa misma noche de su desaparición. Al día siguiente el inventor apareció solo en el submarino, que se estaba hundiendo, en la bahía de Køge, al sur de Copenhague.
Madsen aseguró al principio que había desembarcado a Wall la noche anterior en el puerto, pero al día siguiente dijo que había muerto de forma accidental, una versión que fue modificando a medida que los restos mutilados de la víctima fueron apareciendo en el mar en las semanas siguientes. La justicia cree que Wall fue “probablemente” asfixiada o degollada después de haber sufrido torturas de índole sexual.
Durante el juicio, Madsen reconoció haber descuartizado el cuerpo pero mantuvo que la muerte fue accidental. El mes pasado, sin embargo, reconoció por primera vez su culpabilidad en un documental, durante el que apuntó a una tensa conversación con Wall que precipitó las cosas.