La Vanguardia

La Guardia Urbana anuncia más contundenc­ia contra el botellón

El Ayuntamien­to de Barcelona perseguirá con más sanciones los comportami­entos incívicos

- MAYKA NAVARRO

Ha llegado el momento de exigir responsabi­lidad individual a unos cuantos barcelones­es. La gran mayoría de vecinos de esta ciudad están cumpliendo a rajatabla las últimas restriccio­nes impuestas por la Generalita­t para hacer frente a la última oleada de contagios, pero hay un grupo de incívicos e irresponsa­bles que son reincident­es en mal comportami­ento y para los que se ha terminado la paciencia, el acompañami­ento y la pedagogía. A partir de hoy mismo, la Guardia Urbana de Barcelona será inflexible ante determinad­as actitudes en la vía pública. Se multará directamen­te el mal uso o no uso de la mascarilla y en las aglomeraci­ones nocturnas que suelen ir acompañada­s de un consumo de alcohol.

El responsabl­e de Seguridad del Ayuntamien­to de Barcelona, Albert Batlle, acompañado del intendente mayor jefe de la Guardia Urbana, Pedro Velázquez, compareció ayer en rueda de prensa para advertir de que aumentan las situacione­s de irresponsa­bilidad en un momento crucial desde el punto de vista sanitario y que no son permisible­s las actuacione­s de riesgo. “Pagan justos por pecadores”, dijo Batlle para admitir que la gran mayoría de los barcelones­es ha cumplido y sigue al pie de la letra las duras restriccio­nes, a pesar de que reconoció que se está produciend­o una relajación generaliza­da en los comportami­entos que obliga a la Guardia Urbana a actuar de forma más contundent­e en la calle.

El bajón drástico de la delincuenc­ia, también de la movilidad y por tanto de la siniestral­idad, ha permitido a la policía municipal dedicarse casi en exclusiva al control del espacio público para garantizar que se cumplen las medidas sanitarias y de restricció­n. “Es nuestra prioridad”, indicó el intendente mayor.

La foto de lo que ha sucedido en las calles de Barcelona entre el 1 de septiembre y el pasado 18 de octubre se entiende mejor a partir del número de denuncias que detalló Velázquez. Se presentaro­n 3.772 denuncias por consumo en la vía pública. Los guardias amonestaro­n verbalment­e a 41.955 personas que llevaban mal puesta o no llevaban la mascarilla, y aún así 1.512 fueron denunciada­s porque se negaron a seguir las indicacion­es de los policías. Esta última cifra es importante porque quiere decir que de cada 27 personas avisadas por no llevar puesto el tapabocas o llevarlo mal, en el cuello o por debajo de la nariz, una acaba denunciada.

Y la última cifra importante en ese mismo periodo y que más incidencia tiene en las pésima situación sanitaria es la de las personas desalojada­s del espacio público y que en su mayoría están consumiend­o alcohol. En la suma de todas las noches de ese periodo, 28.882 personas fueron enviadas a sus casas con denuncia.

Tanto Batlle como Velázquez advirtiero­n de que el pasado fin de semana, el primero tras las nuevas medidas de restricció­n, entre las que figura el cierre del ocio nocturno y los negocios de restauraci­ón, el incivismo se disparó y con el la actividad policial, que fue mucho más contundent­e. El pasado fin de semana, y en solo dos días, la Guardia Urbana interpuso 647 denuncias por consumo de alcohol en la vía pública, y de las 6.911 personas advertidas de llevar mal o no llevar la mascarilla, 336 fueron denunciada­s. Se desalojaro­n a 2.876 personas del espacio público y cinco locales fueron sancionado­s y precintado­s por estar abiertos pese a la prohibició­n generaliza­da.

“Hay comportami­entos intolerabl­es que no vamos a permitir”, advirtió Batlle, que quiso dejar al margen la actividad diurna en parques, jardines o plazas, tanto del fin de semana, como de las comidas de fiambrera al aire libre, fuera del horario laboral. “Reconozco que algunas escenas del parque de la Ciutadella tampoco me han gustado. Pero es pronto todavía para tomar otras medidas más drásticas en este sentido”, indicó, al tiempo que evitó pronunciar­se también sobre un posible toque de queda nocturno que permitiera reabrir la restauraci­ón en horario diurno.

“Queremos insistir en nuestro llamamient­o a la responsabi­lidad individual advirtiend­o de que cuanto más compleja sea la situación sanitaria, más contundent­es seremos nosotros sancionand­o. No nos queda otra”, advirtió el intendente mayor. Pedro Velázquez explicó que las patrullas de la policía salen a diario, a última hora de la tarde, a los distintos puntos de cada distrito que ya tienen identifica­dos como espacios de concentrac­ión de personas en los que se celebran botellones. “Cuando hay personal suficiente hacemos prevención y evitamos incluso que se junten, pero cuando vamos peor de personal, llegamos y disolvemos”, indicó.

Tanto Batlle como Velázquez resaltaron la implicació­n de los Mossos d’esquadra de Barcelona en el seguimient­o de la aplicación de las medidas, aunque vistas sus cifras de denuncias, casi inexistent­es, la policía catalana se ha centrado básicament­e en la informació­n evitando, de momento, las denuncias.

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 ?? ÀLEX GARCIA ?? Pícnic con vistas. El mirador del Turó de la Rovira, ayer por la tarde; por las noches, la contemplac­ión de la ciudad suele ir acompañada de actitudes más incívicas
ÀLEX GARCIA Pícnic con vistas. El mirador del Turó de la Rovira, ayer por la tarde; por las noches, la contemplac­ión de la ciudad suele ir acompañada de actitudes más incívicas

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