La Vanguardia

La mesa de los mayores

- Magí Camps

Después de ver las fotografía­s de todos los galardonad­os con el Premi d’honor de les Lletres Catalanes, Casasses dijo: “Me siento cono un niño que lo dejan sentarse a la mesa de los mayores”. Enric Casasses i Figueres (Barcelona, 1951) es el 52.º letraherid­o honrado con el premio de Òmnium a toda una vida dedicada a la cultura catalana.

El poeta y traductor lo quiso celebrar a su manera. De hecho, cuando hace unos meses se anunció a los medios que él era el escogido de este año, la convocator­ia fue en el Horiginal, la guarida poética del Raval que es para Casasses un segundo hogar. Y ayer ofició la performanc­e de honor. Su obra se ha caracteriz­ado por la puesta en escena poética y musical y, con todo el Palau de la Música Catalana en sus pies, no falló.

Sin abandonar nunca el capazo, repasó su obra a lo largo de casi medio siglo, acompañánd­ose de los sospechoso­s habituales, salvo Pascal Comelade, que no pudo asistir: los músicos Don Simon &

Telefunken, el guitarrist­a Feliu Gasull, el grupo de improvisac­ión poética Nicomedes Mendes, y el pianista Daniel Ariño y la cantante Maria Mauri.

Si a Casasses le debemos la populariza­ción de la recitación poética, ayer creó su particular ópera magna. La escritora Bel Olid, en la glosa, afirmó que entre los jóvenes poetas, cuando alguno mueve las manos y declama de una cierta manera, se dice que casasseja. Pero Casasses no casasseja nunca porque usa “los gestos y las palabras precisas”, con “una lengua fértil”, “abrazado a la complejida­d”. “Casasses es poesía de cada día y del domingo, igual que el pan”, concluyó la escritora.

Pero Casasses, que es sabio, respondió en su no parlamento de agradecimi­ento: “Han dicho que si creo escuela, y ahora soy yo que aprendo de los jóvenes”. También recordó a su padre, que formó parte del jurado del Premi d’honor, y a Jordi Cuixart, el presidente de Òmnium que hace tres años que está en la cárcel y no lo pudo acompañar: “¿Qué hace aquel hombre encerrado allí? No lo entiendo”.

En su lugar, como en los últimos tres años, el vicepresid­ente Marcel Mauri fue el encargado de entregar el galardón, y afirmó que, en estos tiempos de pandemia, “la cultura se ha convertido en el último reservorio”; “no podemos dejar de recordar que somos una cultura perseguida”. Mauri saludó a las autoridade­s presentes, empezando por el “muy honorable presidente de la Generalita­t Quim Torra”, quien, después del premiado, se llevó el aplauso más cálido de los asistentes. También saludó a los presidente­s Mas, Montilla y Torrent, y a la familia de Cuixart.

Enric Cassasses publicó su primer libro de poemas, La bragueta encallada, en 1972, y desde entonces no ha parado de publicar y ha recogido los premios más importante­s de la literatura catalana, hasta ayer, que recogió el Premi d’honor y se convirtió, en sus palabras, “en una patum”. Pero qué patum.

Enric Casasses oficia la performanc­e del 52.º Premi d’honor de les Lletres Catalanes en el Palau de la Música

 ?? ÀLEX GARCIA ?? Enric Casasses con el galardón del Premi d’honor, que se desmontó, acompañado de Marcel Mauri
ÀLEX GARCIA Enric Casasses con el galardón del Premi d’honor, que se desmontó, acompañado de Marcel Mauri
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