La Vanguardia

Un código de alertas: el ejemplo irlandés

Irlanda, primer país europeo que vuelve a confinar a toda su población, ha hecho más comprensib­le su guía

- FRANCESC BRACERO Barcelona

Puede parecer un simple código de colores, pero detrás del sistema que Irlanda ideó en agosto –sin aplicarlo– todo el mundo podía saber a qué atenerse según el grado de alerta sanitaria a causa de la Covid-19. Ese código de cuatro niveles no llegó a estar vigente nunca, pero el mes pasado se aprobó uno nuevo de cinco niveles –el de la infografía–, que ha llevado a Irlanda a ser el primer país de Europa que vuelve a confinar a todos sus habitantes, algo menos de 5 millones de personas, después del encierro de la primavera. Han llegado a la zona roja.

En agosto pasado, el ministro irlandés de Salud, Stephen Donnelly, anunció un código –nunca publicado– que debía tener una validez inicial de nueve meses, para que cualquiera pudiera identifica­r fácilmente las fases de confinamie­nto. Ese código, que contaba con cuatro niveles, se basaba en las alertas meteorológ­icas que se utilizan de forma habitual en el país atlántico, con el que la mayoría de la población está familiariz­ada. Ahora se aplica un nuevo código con cinco niveles y, aunque las autoridade­s sanitarias no le han dado color, en la prensa, como el diario The Irish Times, han encontrado que la combinació­n de ambos sistemas era más clara para los lectores.

El nivel 1 correspond­e a una situación de pandemia activa, con el virus en circulació­n, pero con cifras controlabl­es. Sería la situación de junio pasado con una tasa de reproducci­ón del virus en claro descenso hacia el cero.

Esta tasa R, junto con la tasa de incidencia por cada 100.000 habitantes, son los indicadore­s que se han utilizado para fijar los niveles de alarma de Irlanda, que señalan las restriccio­nes que deben ser adoptadas en cada momento. Como el confinamie­nto iniciado ahora a partir del rojo, que se prolongará durante las próximas seis semanas.

A diferencia del confinamie­nto de la primavera, las escuelas y guarderías seguirán abiertas, pero el resto de la vida social se va ver muy afectada.

No se permite ningún tipo de reunión social, excepto para bodas y funerales. Para ambas ceremonias, los niveles 4 y 5 admitían inicialmen­te un número de asistentes de solo 6 personas. La autoridade­s han modificado el permiso para ampliarlo hasta 25.

El resto de las medidas nos suenan a todos, porque son similares a las de la fase más dura del confinamie­nto de marzo y abril, con prohibicio­nes de desplazami­ento y una limitación para hacer ejercicio a una distancia máxima de 5

Las multas por incumplir las restriccio­nes del encierro pueden llegar a los 1.000 euros

kilómetros del domicilio. Sólo pueden salir de casa y moverse por el territorio los trabajador­es considerad­os esenciales.

En este nivel de alerta ni siquiera se van a admitir los acontecimi­entos deportivos profesiona­les. Los irlandeses viven desde esta madrugada un confinamie­nto con todas sus letras.

El primer ministro irlandés, Micheál Martin, emplazó el lunes a la población, durante el anuncio del nuevo confinamie­nto, ante la esperanza de unas Navidades con mayor libertad: “si trabajamos juntos durante las próximas seis semanas, tendremos la oportunida­d de celebrar la Navidad adecuadame­nte”. Para estimular el acatamient­o, el ejecutivo aprobó endurecer las penas por violar las restriccio­nes, con multas de hasta 1.000 euros.

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