La Vanguardia

El edificio Estel sale a la venta por más de 150 millones de euros

La antigua sede de Telefónica tiene licencia de obras para albergar unas 300 nuevas viviendas

- SILVIA ANGULO

Las obras del edificio Estel, en la avenida Roma de Barcelona, vuelven a estar paradas. Parece ya algo habitual en este inmueble, que luce desde hace unos años con un aspecto fantasmagó­rico. Las vicisitude­s por las que ha atravesado la antigua sede de Telefónica desde que dejó de albergar a empleados de la compañía han sido múltiples. Desde continuos cambios de propiedad, robos de cobre, incendios, albergue de sintecho que tenían hasta un economato en su interior, hasta paralizaci­ones de obras por no cumplir con los permisos municipale­s. Ahora, los actuales propietari­os del inmueble los empresario­s Dinesh Gidwani y Jairam Mangharam Gidwani lo han sacado a la venta por más de 150 millones de euros en los principale­s mercados de inversores extranjero­s. La reforma del edificio Estel es la operación inmobiliar­ia privada más importante que se ejecuta en estos momentos en el Eixample. En su interior se pretende construir 300 viviendas, unas galerías comerciale­s y un aparcamien­to con 500 plazas.

Las obras vuelven a estar paradas desde abril y el esqueleto en el que se ha dejado el inmueble, después de un intenso trabajo de demolición, está vigilado continuame­nte por un equipo de seguridad.

Fuentes del distrito explican que las obras se detuvieron a causa de la pandemia, pero que se reemprende­rán este mismo mes de octubre.

Señalan, asimismo, que tanto la licencia como el resto de permisos están en regla, por lo que los trabajos se podrían reanudar en cualquier momento.

No obstante, no parece que los obreros vayan a volver ahora al tajo y los propietari­os, por su parte, estudian opciones para desprender­se de este activo que desde que lo adquirió le ha provocado numerosos quebradero­s de cabeza. En este sentido, fuentes inmobiliar­ias señalan que no tienen prisa por vender y aunque el precio puede parecer desorbitad­o no sería descartabl­e que se consumara la operación de venta. Tampoco descartan que, mientras intentan desprender­se de este activo, vayan desarrollá­ndose las obras de construcci­ón y se reanuden los trabajos una vez se disponga del proyecto ejecutivo para el inmueble. De hecho, durante todos estos años los trabajos en el interior han sido intermiten­tes por la paralizaci­ón de obras, ya sea por ruido, polvo o permisos, y se han limitado a demoler las estructura­s internas y a reforzar la finca para que pueda acoger los nuevos usos.

El inmueble dispone de la nueva licencia de obras desde el pasado mes de abril. La propiedad solicitó al Ayuntamien­to reducir el número de viviendas previstas, que pasaron de 421 a unos 300 pisos libres. El futuro proyecto no deberá cumplir con la obligación de destinar el 30% de las nuevas promocione­s o grandes rehabilita­ciones a vivienda protegida ya que la licencia es anterior a esta normativa. Asimismo, fuentes del sector explican que la intención del propietari­o es construir viviendas de lujo que funcionen como los condominio­s de Londres o París, es decir que dispondrán de servicios comunes como salas de reuniones o gimnasios.

Vecinos y comerciant­es del entorno reclaman la reactivaci­ón del proyecto constructi­vo. Llevan años sufriendo las consecuenc­ias de los numerosos obstáculos –abandono,

MIENTRAS TANTO

En paralelo, se desarrolla también el proyecto ejecutivo para su transforma­ción

CARACTERÍS­TICAS

Las dimensione­s de la finca la convierten en un espacio único en todo el Eixample

robos, incivismo, ruidos, polvo...– con los que ha tenido que convivir desde que la finca dejó de ser la sede de Telefónica. De ahí que el proyecto prevea una zona comercial en planta baja con la que dinamizar la zona, ya que al tratarse de un edificio de gran tamaño ahora mismo sin uso se ha convertido en una barrera dentro del barrio. El Ayuntamien­to también habría apremiado a finalizar los trabajos cuanto antes, sobre todo cuando tiene en proyecto remodelar la avenida Roma en ese punto y darle una apariencia similar a la de su tramo vecino.

El proyecto del edificio Estel es fruto de un convenio que firmó en el 2005 el entonces alcalde Joan Clos para sacar las oficinas de Telefónica del Eixample y construir una nuevo centro de investigac­ión y desarrollo puntero en la capital catalana. Este fue el compromiso suscrito por Clos y el entonces presidente de la compañía, César Alierta. La nueva sede se construyó en el Fòrum, en una torre diseñada por el arquitecto Enric Massip, bautizada como Diagonal 00. La operación urbanístic­a impulsada por la compañía telefónica y el Ayuntamien­to recalifica­ba la sede de la avenida Roma como residencia­l –le otorgaba una edificabil­idad de 40.000 m2 y 4.000 m2 para otros usos que no fueran viviendas–, mientras que nueve centrales eléctricas repartidas por la ciudad pasaban a ser de titularida­d municipal y calificada­s de equipamien­tos. Además, permitía construir un interior de manzana en Pau Claris.

Telefónica se desprendió de su antigua sede tras iniciar un proceso de subasta por 220 millones de euros. El traslado de los trabajador­es al Fòrum se realizó a principios del 2011. El Grupo Carlyle se hizo con la propiedad, pero la perdió a causa de la crisis sin poder desarrolla­r el proyecto residencia­l. La construcci­ón y la venta de viviendas se frenaron y sufrieron las consecuenc­ias de la burbuja inmobiliar­ia. El grupo se vio obligado a presentar concurso de acreedores en abril del 2013 y la finca pasó a manos de la Sareb.

En el 2014, la empresa Platinum Estates adquirió el inmueble con la intención de instalar allí un hotel de la firma Hyatt y construir 200 viviendas, pero el proyecto no prosperó a causa de la moratoria hotelera y el posterior plan de alojamient­os turísticos (Peuat). En el 2018 la antigua sede volvió a cambiar de manos, esta vez a las de un grupo inversor, el de los empresario­s Gidwani, que modificó el proyecto sin haber solicitado los permisos pertinente­s al Ayuntamien­to.

El edificio de 72.000 m2 tiene 41.000 sobre rasante y el resto está soterrado, lo que permite construir un aparcamien­to de grandes dimensione­s. En estos años de obras la actuación se ha limitado a derruir las estructura­s antiguas de oficinas y reforzarla­s para poder acoger el actual proyecto residencia­l.

CAMBIO DE MANOS

El edificio, desde que se fue Telefónica, ha pasado por diversos propietari­os

LA FINCA

Dispone de 72.000 metros cuadrados, la mitad de ellos soterrados

 ?? ANA JIMÉNEZ ?? Bajo la luna azul. El esqueleto del edificio Estel, antigua sede de la compañía Telefónica, luce en esqueleto con las obras paradas
ANA JIMÉNEZ Bajo la luna azul. El esqueleto del edificio Estel, antigua sede de la compañía Telefónica, luce en esqueleto con las obras paradas
 ?? ANA JIMÉNEZ ?? Unos guardas de seguridad se encargan de que nadie penetre al interior de la obra
ANA JIMÉNEZ Unos guardas de seguridad se encargan de que nadie penetre al interior de la obra

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