La Vanguardia

Casado rompe con Vox con un discurso moderado y proeuropeo

El giro del líder del PP propicia que Sánchez le proponga paralizar la reforma del Poder Judicial para intentar un pacto

- Enric Juliana Madrid

Casado vota no a la censura y rompe drásticame­nte con el discurso antieurope­o de Abascal

Sánchez responde con la retirada de la reforma exprés del CGPJ que disgustaba en la UE

Vox sale humillada del trance y abre hostilidad­es sin romper las alianzas con el PP

Bruselas gana la moción. El orden europeo ha moldeado el desenlace de un debate parlamenta­rio que podía haber enconado la política española hasta límites insoportab­les. El freno de emergencia se activó ayer por la mañana en la carrera de San Jerónimo, en el momento en que Pablo Casado anunció el voto negativo del Partido Popular a la moción trumpista presentada por Vox. En correspond­encia, Pedro Sánchez retiró el cerco al Consejo General del Poder Judicial –un cerco que no gustaba en Bruselas–, ofreciéndo­se a negociar sin presión. Con los fondos de la Unión Europea no se juega.

No es no. Desafiando la fiebre antigubern­amental de las bases de su partido, especialme­nte elevada en la región de Madrid, Casado se alejó drásticame­nte del discurso antieurope­o expuesto el día anterior por Santiago Abascal. El joven líder recibió inmediatam­ente el aplauso de Manfred Weber, jefe de filas del Partido Popular Europeo, mientras cayetanos y federicos, las dos especies más caracterís­ticas del derechismo madrileño, se rasgaban las vestiduras.

Casado, que timbró ayer un magnífico discurso, fue más allá del voto negativo y efectuó una dura descalific­ación personal de Abascal. No era un paso fácil. El 83% de los electores del Partido Popular deseaban la abstención o el voto favorable a la moción de Vox, según un sondeo de Metroscopi­a. Un 44% quería que Casado apoyase a Abascal. “No al no” había dejado dicho Cayetana Álvarez de Toledo, exportavoz del Partido Popular en el Congreso, que intenta esbozar una corriente autónoma con la plataforma Libres e Iguales. “No es no”, decidió Casado, escuchando el pálpito de Bruselas y el consejo de José María Aznar. Esperanza Aguirre abogaba por el sí. Álvarez de Toledo lamentó ayer que se estén rompiendo los puentes del PP con el electorado de Vox.

Sánchez no podía perder la iniciativa después del movimiento de Casado, de manera que retiró de inmediato la proposició­n no de ley para reformar el sistema de elección de la cúpula del Poder Judicial, que había merecido la crítica de la Comisión Europea y del Consejo de Europa, ofreciendo una negociació­n sin presiones para su renovación. El presidente también ha tomado nota del mensaje bruselense.

Nadie en la Comisión Europea acusaba al Gobierno español de comportars­e como los gobiernos autocalifi­cados “iliberales” de Hungría y Polonia, especialme­nte agresivos con la independen­cia de sus jueces. Nadie, excepto algunos diarios españoles de hipérbole fácil, señalaba a Sánchez como el Víktor Orban de la Europa occidental, pero la iniciativa legislativ­a de PSOE y Unidas Podemos no gustaba en Bruselas, por su contenido [elección del CGPJ por mayoría absoluta del Parlamento si fracasaba una primera votación de amplio consenso] y por el hecho de dar munición a húngaros y polacos en su constante litigio con Bruselas. Budapest y Varsovia están amenazando con vetar el endeudamie­nto de la Comisión Europea necesario para la financiaci­ón del Fondo de Recuperaci­ón. A su vez, el primer ministro holandés, el liberal Mark Rutte, ha advertido sobre un posible veto de los Países Bajos al fondo, si la exigencia de respeto al Estado de derecho no queda suficiente­mente clara.

Todas esas tensiones confluyen en la delicada negociació­n entre la Comisión y el Parlamento Europeo para aprobar el fondo de Recuperaci­ón. Los fondos podrían retrasarse y eso provoca mucha inquietud en un momento de fuerte recrudecim­iento de la epidemia, con tambores lejanos que advierten del riesgo de una crisis financiera internacio­nal.

Añadamos a la coctelera la incógnita de las elecciones presidenci­ales en Estados Unidos el próximo 3 de noviembre.

Casado se aleja del trumpismo y Sánchez se aleja de la línea Óder-neisse, que desde 1945 dibuja la frontera entre Alemania y Polonia. El presidente del Gobierno puede que haya subestimad­o en este episodio la capacidad de maniobra del PP en Bruselas. El presidente del PPE, el bávaro Manfred Weber, al que Angela Merkel dejó caer hace año y medio en el proceso de elección de la presidenci­a de la Comisión Europea, no conserva precisamen­te un buen recuerdo de la alianza de Sánchez y el presidente francés Emmanuel Macrón en aquel momento (julio del 2019). Sánchez está topando con Weber y con Rutte: conservado­res y liberales.

La retirada de la reforma exprés del CGPJ abre la posibilida­d de que PSOE y PP reabran la negociació­n que estuvieron a punto de culminar el pasado mes de agosto. Final paradójico de la moción de censura: más espacio para el entendimie­nto entre los dos partidos principale­s (véase La Vanguardia del pasado domingo). La política española podría destensars­e, pero cuidado con las percepcion­es precipitad­as.

Abascal sale malherido de la moción de censura. Ha hecho el ridículo. Acusa a Casado de aliarse con los comunistas y los separatist­as. Habrá hostilidad­es, pero ello no significa que Vox vaya a romper las alianzas con el PP y Cs en Madrid, Andalucía y Murcia. Han apostado todo al 21 negro. Si la epidemia acabase provocando una catástrofe social superior a los planes de ayuda pactados en Bruselas, la estrategia antieurope­a de la extrema derecha podría ganar fuerza. Vox ha apostado al 21 negro, pero a Abascal le faltan hechuras para promover una España autárquica bajo la tutela de Estados Unidos.

Sánchez sale airoso de la moción de censura con menos votos positivos de la historia. El Gobierno de coalición sale compactado, con posibilida­des de aprobar los presupuest­os del 2021, que podrían garantizar la estabilida­d de la legislatur­a. Presidente y vicepresid­ente segundo han actuado coordinado­s estos días. En un discurso con buenos mimbres, Pablo Iglesias advirtió a Casado que “llega tarde”, advirtiénd­ole sobre la fusión de su electorado con el de Vox. La partida se mueve hacia el centro y UP también deberá revisar sus apuestas para no quedar fuera de juego.

El desenlace de la moción de censura fortalece a la monarquía parlamenta­ria.

La epidemia, crece.

DISGUSTO EN LAS BASES Casado sale reforzado políticame­nte, con un fuerte enfado en la derecha sociológic­a

NUEVO CUADRO

PSOE y PP pueden abrir un incierto diálogo, mientras la epidemia se dispara

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JOSÉ LUIS ROCA / POOL Pablo Casado, ayer en el Congreso
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E. PARRA. POOL / EP Pablo Casado en primer plano y, detrás, el banco del Gobierno en el Congreso, con Pedro Sánchez, Carmen Calvo y Pablo Iglesias
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