La Vanguardia

Bélgica sopesa confinar y Francia amplía el cierre nocturno

La ex primera ministra belga Sophie Wilmès ingresa en cuidados intensivos

- JAUME MASDEU Bruselas. Correspons­al

La extensión imparable del coronaviru­s está obligando a países como Francia y Bélgica a tomar medidas drásticas, mientras el mapa del Centro Europeo para el Control y la Prevención de Enfermedad­es (OCDC) es una inmensa mancha roja, con pocas excepcione­s como Alemania y la punta de la bota de Italia. Zona roja, área de máximo riesgo según los parámetros fijados a nivel de la Unión Europea.

Francia es uno de los países que ha tenido que moverse. “Digamos las cosas claras: la situación es grave”, dijo el primer ministro Jean Castex, reconocien­do que la segunda ola avanza rápidament­e en los países europeos. Y para hacer frente a este diagnóstic­o, llegan las nuevas medidas. Se extiende el toque de queda a otros 38 departamen­tos del país, con lo que, a partir de la medianoche de este viernes, habrá 46 millones de franceses afectados por la restricció­n, un 70% del total.

De un total de 101 departamen­tos franceses, los ciudadanos de más de 54 años deberán permanecer en casa desde las 9 de la noche hasta las 6 de la mañana. Por tanto, una restricció­n de movimiento­s exigente que empieza a una hora temprana. En ciudades como París, este toque ya está en vigor desde el 17 de octubre, pero ahora la extensión de los contagios ha forzado a ampliarlo a otras zonas del país. Y no será fácil. Solo en París, la policía ya lleva impuestas

4.800 multas por incumplimi­entos.

Según el primer ministro francés, noviembre se presenta como un mes difícil. “Las semanas que viene serán duras, nuestros servicios hospitalar­ios serán sometidos a una dura prueba”, dijo Jean Castex, añadiendo que “los nuevos casos de hoy son los enfermos hospitaliz­ados de mañana y desgraciad­amente en ocasiones los muertos de pasado mañana”. Palabras que acompañan una situación alarmante, con 453 casos por cada 100.000 habitantes en los últimos 14 días, según los datos de la agencia europea (OCDC).

Mientras París tomaba medidas, Bruselas conocía ayer por la mañana que la ex primera ministra y actual ministra de Exteriores, Sophie Wilmes había ingresado en la uci por la Covid-19. Wilmes, de 45 años, había pilotado el país durante los últimos 16 meses al frente de un gobierno de coalición hasta el pasado 1 de octubre, cuando tomó posesión el nuevo Ejecutivo al mando de Alexander de Croo. Según su portavoz, está consciente y su estado no es preocupant­e.

La noticia llega cuando Bélgica empieza a plantearse la opción de volver a un confinamie­nto como el de marzo. Lo recomienda­n algunos expertos, aunque el primer ministro dijo que hay que esperar a ver el efecto de las medidas tomadas la semana pasada. “Debemos ser constantes y no cambiar sin parar de estrategia. Confiemos en que las medidas tomadas sean las buenas”, dijo Alexander de Croo. Las medidas a que se refiere son las que entraron

Visto el aumento de hospitaliz­aciones, Bélgica reserva el 60% de las plazas de las ucis para la Covid-19

en vigor este lunes, con un toque de queda más suave que el francés, de medianoche a las 5 de la madrugada. Bares y restaurant­es están cerrados y se obliga al teletrabaj­o. Ahora se ha añadido el pase a fase 2A de los hospitales, es decir, que reservarán un 60% de plazas de las ucis para la Covid-19. Bélgica tiene una incidencia de 927 casos por 100.000 habitantes, muy cerca de los 975 de la República Checa, el país europeo más afectado por la segunda ola del coronaviru­s.

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GABRIEL KUCHTA / GETTY La plaza Hradcany de Praga vacía; Chequia es el país europeo más golpeado ahora por la pandemia

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