Polonia restringe todavía más el derecho al aborto
La justicia invalida la interrupción por malformación del feto
El Tribunal Constitucional polaco controlado por la derecha ultraconservadora determinó ayer que abortar como consecuencia de malformaciones en el feto es algo contrario a la Constitución. La decisión restringe de manera radical las posibilidades de una mujer a abortar, que quedan limitadas a las hipótesis de incesto, violación o riesgo de vida para la madre. La decisión ha provocado un fuerte impacto entre los colectivos de mujeres, que en anteriores ocasiones han frustrado los planes del régimen de limitar al máximo este derecho.
La decisión del Tribunal, solicitada por el partido Ley y Justicia, en el Gobierno, suprime una de las tres premisas que desde 1993 permitían a las mujeres abortar de forma legal. Permanece el derecho al aborto si el embarazo es consecuencia de violación, incesto, o encierra peligro para la vida y la salud de la madre.
El fallo del Tribunal define el aborto por razones de patología fetal como una “práctica eugenésica” que “atenta contra el derecho a la vida del niño no nacido”. El tribunal interpreta que el derecho a la vida humana, que está garantizado en la Constitución, incluye defender la existencia del feto, es decir, el niño no nacido. El fallo no fue unánime. Votaron en contra dos jueces.
“El peor pronóstico se ha cumplido –declaró ayer Krystyna Kacpura, presidenta de la Federación de Mujeres a favor de la Planificación Familiar. – Es trágico. Es una condena a las mujeres.
Y es una vergüenza para el Estado polaco. Los miembros del tribunal utilizan palabras como “eugenesia” sin comprender lo que significan. Hablan de niños enfermos con derecho a la vida al referirse a fetos incapaces de vivir”. La diputada Katarzyna Kotula de la izquierda socialdemócrata, señaló que “equivale a someter a la mujer y reducirla al papel de incubadora muda sin derecho a decir sobre su vida, salud y cuerpo”.
Ley y Justicia ha intentado limitar el derecho al aborto, ya bastante limitado desde la ley de 1993, desde que accedió al poder, en el 2016. El aborto legal se practica en Polonia en un 98% de los casos aduciendo precisamente patologías en el feto y su inviabilidad tras el nacimiento. En el 2019, según datos oficiales, hubo en Polonia 1.100 abortos legales. Sin embargo, el número de los abortos reales, clandestinos, efectuados en clínicas privadas o en el extranjero, es mucho más alto, pero se desconoce su magnitud. La presión fundamentalista del gobierno ultraconservador sobre las clínicas públicas dificulta tanto los diagnósticos prenatales como la interrupción del embarazo aun cuando sea legalmente admisible. Muchos médicos católicos se niegan a efectuar abortos legales aduciendo objeción de conciencia, mientras que el estado y la sanidad publica no garantizan el derecho al aborto legal a las mujeres que lo solicitan.
La Iglesia católica polaca, y organizaciones fundamentalistas como Ordo Iuris han sido claves en el clima de presión hacia los jueces para alcanzar este resultado. Hace tres años, el intento de prohibir el aborto por ley fue frustrado cuando mas de un millón y medio de mujeres salieron a las calles en la famosa protesta de “los paraguas negros”. Esta vez, Ley y Justicia prefirió evitar un debate parlamentario y buscó la vía judicial para conseguir sus objetivos.
La interrupción del embarazo se limita a casos de incesto, violación y riesgo para la vida de la madre