La Vanguardia

División vecinal en el Raval por el futuro del solar de Drassanes

La voluntad de la propiedad de construir una residencia de estudiante­s alimenta el cisma

- LUIS BENVENUTY SILVIA ANGULO

Los futuros usos del solar de las Drassanes están abriendo un agrio cisma entre muchos vecinos del Raval. Unos quieren que estos terrenos a tiro de piedra de la Rambla se dediquen principalm­ente a viviendas sociales que contribuya­n a rebajar la gentrifica­ción del barrio, y otros que acojan una nueva residencia de estudiante­s que ayude a frenar la degradació­n de los alrededore­s. Para muchos el barrio chino de antaño es hasta un buen recuerdo... Hace mucho que los niños ya no juegan en estas calles porque sus padres tienen miedo de que se tropiecen con una jeringuill­a ensangrent­ada. Además, últimament­e cada día amanecen dos o tres coches con algún vidrio roto.

Los propietari­os de este solar se enzarzaron durante años en una batalla legal con el Ayuntamien­to a fin de construir aquí un hotel de lujo de la cadena Praktik. Aún mantienen varios contencios­os administra­tivos y una reclamació­n patrimonia­l contra el Consistori­o. El gobierno de la alcaldesa Ada Colau siempre quiso hacer de esta guerra un símbolo de su lucha contra la masificaci­ón turística. A pesar de que la tramitació­n de este proyecto es anterior al Plan Especial Urbanístic­o de Alojamient­os Turísticos (Peaut), a las restriccio­nes a la apertura de hoteles establecid­as en el pasado mandato, el gobierno municipal siempre denegó todos los permisos pedidos. Entretanto los alrededore­s de este enclave no dejan de descompone­rse. Mucho antes de la pandemia la mayoría de locales comerciale­s ya sumaban años sin uso. El ir y venir de toxicómano­s camino de la sala de venopunció­n Baluard, la abundancia de puntos de menudeo de drogas y estos yermos terrenos hicieron de este lado del Raval un refugio a cielo abierto de muchos de desheredad­os de la fortuna. En este solar surgió el primer narcocampa­mento de Barcelona. Y de tanto en tanto brota de nuevo.

El agrio cisma vecinal se recrudece ahora porque el último requiebro de los propietari­os del solar fue solicitar al Ayuntamien­to la licencia para levantar dos residencia­s de estudiante­s. Ambas sumarían 225 habitacion­es que albergaría­n a 300 estudiante­s. El inmueble principal, firmado por el despacho de arquitecto­s Batlle i Roig, caso de levantarse, sería el edificio con estructura de madera más alto de Barcelona: once plantas. El otro volumen sería de planta baja más cuatro. El complejo dispondría de placas fotovoltai­cas para garantizar su sostenibil­idad y en la planta baja se abrirían espacios de coworking. Además, al menos así lo aseguran, los promotores impulsaría­n becas para que estudiante­s de centros universita­rios en Ciutat Vella puedan alojarse en la residencia. Los propietari­os aún aguardan la respuesta municipal a su solicitud. La pandemia no contribuye a agilizar los trámites.

Varias entidades vecinales presentaro­n ayer allí mismo una plataforma ciudadana destinada principalm­ente a impedir que este proyecto se materialic­e, a que se haga lo que se haga al menos una cuarta parte del suelo se dedique a la construcci­ón de pisos públicos. Argumentan que el Raval es un barrio muy consolidad­o y que, dados los graves problemas de acceso a la vivienda que padece, no puede permitirse que sus últimos terrenos libres se dediquen a actividade­s que atraen a una población flotante que a la postre siempre viene de la mano de un encarecimi­ento de los alquileres, de la proliferac­ión de un ocio nocturno muy molesto y de la conversión del barrio en un parque temático para la diversión del visitan

UNOS ESTÁN A FAVOR... Porque creen que este equipamien­to frenaría la degradació­n de sus calles

... Y OTROS EN CONTRA Porque piensan que en verdad contribuir­ía a la expulsión de vecinos de barrio

te en detrimento de la calidad de vida de sus vecinos.

“Esta residencia no es más que un hotel encubierto. El Ayuntamien­to acabará dando a la licencia a los propietari­os –prosiguier­on–, pero la impugnarem­os. Hace 20 años estos terrenos iban a dedicarse a vivienda social, pero a medida que fueron cambiando de manos el porcentaje se fue reduciendo”. Los impulsores de esta plataforma interpreta­n que el planeamien­to actual marca en este solar una reserva del 25% para vivienda pública.

Los propietari­os dicen que los usos del solar prevén el de residencia universita­ria. “Pedimos al Ayuntamien­to que luche para que este solar se dedique exclusivam­ente a vivienda protegida, tal y como quedó previsto en un primer momento”. En realidad este lugar lleva dos décadas en barbecho.

Entonces varios vecinos de los alrededore­s del solar se acercaron a la presentaci­ón de la nueva plataforma ciudadana para explicar su posición. Hasta 683 firmaron un manifiesto de apoyo a la construcci­ón de la residencia de estudiante­s. Muchos también miraban con buenos ojos la apertura de un hotel de cinco estrellas. La inmensa mayoría vive cerca de este solar hundido en el limbo. Piensan que una residencia ayudaría revertir la creciente degradació­n que padecen sus vidas de un modo cotidiano. No quieren que se levanten pisos sociales que luego las administra­ciones no controlen. Es que aquí al lado, en la calle Om, unos narcos venden drogas desde hace un cuarto de siglo en al menos un par de pisos ocupados del Ayuntamien­to. Tienen a un chaval que les hace recados durmiendo en un rellano. Tienen vigilantes agresivos en el portal. Tienen aterroriza­dos al resto de inquilinos.tienen un montón de patinetes...

“Así es cómo llevan las drogas a los toxicómano­s que están todo el rato por los alrededore­s de la salsa de venopunció­n Baluard –lamentan–. La verdad es que la última gran redada policial de hace pocas semanas en el barrio apenas se notó por aquí. Los narcos continúan enviando a sus comerciale­s a los alrededore­s de la Baluard, siguen aprovechán­dose de todos los toxicómano­s que malviven por aquí, continúan controland­o un a docena de pisos ocupados. Es un negocio muy lucrativo que nos está expulsando de las calles, de todo el espacio público. Los toxicómano­s se drogan en cualquier parte. Los vecinos ya no se atreve a pasear al perro después de las seis de la tarde. Entendemos que estas personas han de ser atendidas, pero sus puntos de ayuda han de distribuir­se mejor por la ciudad. Aquí el único equipamien­to que tenemos es el edificio de la Seguridad Social, cuyos bajos se convirtier­on en un albergue al aire libre. Encima, aunque esté prohibido, algunas entidades sociales les traen comida. Necesitamo­s alguno nuevo, algo diferente...”.

Este agrio cisma vecinal que ahora se recrudece no es nuevo. Unos y otros llevan tiempo enfrentánd­ose. Aquellos que apoyan la residencia de estudiante­s son más o menos los mismos que piden el traslado de la sala Baluard, y los que se oponen a la residencia, en cambio, piden a las administra­ciones que multipliqu­en los recursos de este centro de reducción de riesgos en el consumo de drogas, para que no se vea desbordado.

UN PROYECTO SINGULAR Los dueños plantean un inmueble sostenible que se autoabaste­zca de energía

UN ENTORNO DEGRADADO Los alrededore­s son el refugio a cielo abierto de una población muy necesitada

 ?? MANÉ ESPINOSA ?? Un solar en barbecho. Este espacio, a pesar de estar a tiro de piedra de la Rambla, lleva unos 20 años aguardando un uso
MANÉ ESPINOSA Un solar en barbecho. Este espacio, a pesar de estar a tiro de piedra de la Rambla, lleva unos 20 años aguardando un uso
 ?? . ?? Vista virtual del inmueble, que tendrá estructura de madera e incorporar­á vegetación
. Vista virtual del inmueble, que tendrá estructura de madera e incorporar­á vegetación

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain