ALARMA POR LA HUIDA HACIA DELANTE DE TRUMP
Derrotado en los tribunales, el presidente se empeña en deslegitimar a Biden
Donald Trump sigue empeñado en ensuciar la imagen del sistema electoral estadounidense y en deslegitimar la victoria de Joe Biden, a pesar de que no ha obtenido ningún apoyo significativo en los tribunales. En la imagen, el presidente, ayer, en un homenaje a los veteranos en Arlington, en su primera aparición pública tras la derrota electoral.
Tan difíciles son de conseguir que, al más puro estilo de las películas del Oeste, el vicegobernador de Texas, el republicano Dan Patrick, ha ofrecido una recompensa de un millón de dólares a quien aporte pistas del fraude que Donald Trump asegura que se ha producido en las elecciones del 3 de noviembre.
“Mi objetivo es asegurar que, sea cual sea el resultado, todos los americanos tienen confianza en el proceso electoral y la democracia”, afirma Patrick, que pagará al menos 25.000 dólares a cada persona cuyo testimonio conduzca a alguna detención o condena por fraude electoral. Se sobreentiende que no buscan en Texas, donde Trump ganó, sino allí donde perdió.
“Esto es un intento de soborno pensado para fabricar mentiras”, se ha indignado la congresista demócrata Pramila Jayapal. Otros se lo toman con humor. ¿Le vale un votante que intentó que su madre muerta votara a Trump, un caso investigado en el condado de Luzerne?, le ha preguntado el vicegobernador de Pensilvania, el demócrata John Fetterman, en un tuit firmado como si fuera un cowboy.
La iniciativa sugiere desesperación en la campaña de Trump, que sigue sin presentar ninguna prueba sólida de sus graves acusaciones. Autoridades locales y estatales del Partido Republicano han rechazado tajantemente sus incriminaciones pero por destacados correligionarios, reacios aún a distanciarse de Trump o en modo campaña por la repetición de las elecciones al Senado en Georgia, las siguen avalando.
La estrategia parece más pensada para emponzoñar la imagen del sistema electoral y deslegitimar la victoria de Joe Biden, como en su día Trump hizo con la elección de Barack Obama cuestionando que fuera americano, que para apuntarse victorias judiciales significativas. El presidente ha presentado más de una docena de denuncias en cinco estados. Solo ha ganado un caso, logrando que sus observadores pudieran acercarse más al lugar del recuento. Cuatro se han desmoronado ya por falta de pruebas.
Algunos jueces no han escatimado reproches a los abogados de Trump por basar sus acusaciones en rumores o incidentes “de oídas”, sin prueba de que se trate de casos de fraude organizado en lugar de irregularidades administrativas detectadas por el propio proceso. Un cartero de Pensilvania se retractó el miércoles de su testimonio inicial de que un supervisor manipuló la fecha de recepción de unos votos.
En Nevada, los abogados del presidente retiraron anteanoche su demanda para exigir la paralización del recuento al tiempo que presentaban otro en Michigan basado en un informe de más de 200 páginas; la mayoría de los casos recogidos, según el análisis de Reuters, se trata de preguntas que sus observadores consideran no aclaradas. Un juez de Detroit respondió en un caso similar que los incidentes relatados eran fruto del desconocimiento sobre el funcionamiento del proceso. Biden saca casi 146.000 papeletas a Trump en este estado.
El presidente pretende que el Tribunal Supremo invalide los votos por correo recibidos en Pensilvania hasta tres días después de la elección, algo que la ley permite (en
RECOMPENSA ECONÓMICA
El vicegobernador de Texas ofrece un millón de dólares a quien presente pruebas
GEORGIA Y MICHIGAN
Los recuentos suelen mover el resultado en unos cientos de votos, no millares