Jair Bolsonaro: “Tenemos que dejar de ser un país de maricas”
Jair Bolsonaro lo ha vuelto a hacer. El presidente ultraderechista brasileño ha logrado en un mismo día pelearse con la comunidad homosexual, el presidente electo de EE.UU. y el Gobierno chino. “Ahora todo es pandemia, tenemos que acabar con ese negocio. Lamento los muertos, lo lamento. Todos vamos a morir un día. Aquí todo el mundo va a morir. No vale la pena intentar huir de eso. Huir de la realidad. Tenemos que dejar de ser un país de maricas”, declaró Bolsonaro el martes durante un acto en el palacio de Planalto, en Brasilia, volviendo a mostrarse como el mandatario más negacionista de la gravedad de la pandemia.
El líder populista volvió a minimizar el riesgo sanitario que comporta el coronavirus al tratar de empatizar con el sector turístico brasileño, uno de los más afectados por la situación global, durante un acto sobre las consecuencias de la crisis en ese área tan importante para la economía del gigante sudamericano. Tras el exabrupto homofóbico, Bolsonaro se dio cuenta inmediatamente del efecto que provocarían sus palabras y, sin ningún gesto de arrepentimiento, exclamó refiriéndose a los periodistas que seguían su discurso: “¡Mira qué plato lleno para la prensa. Un plato lleno para los carroñeros que están allí al fondo!”. “Tenemos que enfrentarnos a pecho descubierto, luchar”, añadió sobre la pandemia, que con casi 5,8 millones de casos tiene a Brasil en el tercer lugar mundial de contagios y segundo en muertos, con 163.000, solo por detrás de EE.UU.
Ese mismo día, en su línea habitual de demonización de todo lo que tiene que ver con China como causante del virus, el mandatario había celebrado a través de las redes sociales la interrupción de los ensayos clínicos en Brasil de la vacuna Coronavac, del laboratorio chino Sinovac, tras la muerte de un voluntario que la estaba experimentando.
En el mismo discurso de Brasilia, el exmilitar se refirió por fin a la victoria de Joe Biden en las elecciones estadounidenses, aunque sin reconocer o felicitar al presidente electo, y ni siquiera citarlo por su nombre. Lo hizo para criticarlo por su postura ante la situación en el Amazonas.