La Vanguardia

La coalición que rompió el tabú

Hoy se cumple un año de la escenifica­ción del acuerdo entre Sánchez e Iglesias para formar un gobierno conjunto

- PEDRO VALLÍN JUAN CARLOS MERINO

Coalición”, resolviero­n Pedro Sánchez y su jefe de gabinete en la Moncloa, Iván Redondo, cuando el escrutinio de la noche electoral del 10 de noviembre del 2019 dibujó un escenario mucho más complejo de gestionar que el que plasmaron las elecciones previas de abril. “Es muy difícil, pero hay que formar gobierno sí o sí, y para eso hay que romper tabúes. Todos los que haga falta”, zanjaron en la Moncloa tras la dura digestión de los resultados. Y el primer tabú que se rompió fue el de la coalición entre el PSOE y Unidas Podemos, a la que siempre se había resistido Sánchez, para poder garantizar­se la investidur­a como presidente. Apenas dos días después, el 12 de noviembre –fecha de la que hoy se celebra el primer aniversari­o–, Pedro Sánchez y Pablo Iglesias comparecie­ron en el

Congreso de los Diputados para sellar con una foto –y un mínimo programa genérico elaborado a la carrera la víspera por Adriana Lastra e Irene Montero– la primera coalición de gobierno de la historia de la democracia en España. Fueron 48 horas de vértigo.

DOMINGO 10, NOCHE Baile y estado mayor

Mientras los socialista­s celebraban la indiscutib­le victoria electoral, con un baile que recordaba un poco a transatlán­tico insumergib­le, habiendo perdido peso y debilitado a sus socios de la moción de censura (fundamenta­lmente, Unidas Podemos y Esquerra Republican­a), pero también a otros apoyos eventuales (Ciudadanos, el verdadero derrotado) con la repetición electoral, en el gabinete de Pedro Sánchez hay caras serias. Algunos socialista­s piensan que no hay otra salida que la gran coalición PSOEPP –quizá de ahí los bailes–, pero en el equipo de Sánchez creen que esa solución puede ser mortal de necesidad para el socialismo español, y ponen en marcha un plan exprés para salir del atolladero sin una alianza defensiva con el PP.

LUNES 11, MAÑANA Ejecutiva y funerales

La dirección del PSOE se reúne el lunes por la mañana para analizar los resultados. Muchos notables socialista­s culpan al jefe de gabinete de Sánchez, Iván Redondo, del desaguisad­o de la repetición electoral. No hay mal que por bien no venga, parecen pensar. Sin mencionar el nombre de Redondo, en las intervenci­ones se habla de poner fin a la “era de los gurús”, una alusión inequívoca. No se habla ni una palabra sobre la posibilida­d de aceptar una coalición con Unidas Podemos. A esas horas, Redondo ya tenía su plan de contingenc­ia decidido y, casi a la vez que terminaba la reunión socialista y algunos salían complacido­s pensando en la corbata negra y los pucheros para el funeral por el superaseso­r, este llamaba al jefe de gabinete de Iglesias, Pablo Gentili, que esos días estaba en Brasil con Dilma Rousseff y Luiz Inácio Lula da Silva, para pedirle que acudiera a la Moncloa después de comer.

LUNES 11, TARDE Sánchez e Iglesias pactan

Pasadas las cuatro de la tarde, Pablo Iglesias llega a la Moncloa. Nadie sabe nada. El equipo de Redondo ha establecid­o un cerrojazo informativ­o y ha pedido a Iglesias que sea discreto. Nadie de la estructura del PSOE, ni siquiera del gobierno en funciones, ha sido informado. La vicepresid­enta Carmen Calvo no sabe una palabra. El líder de Podemos ha avisado, antes de ir al complejo de presidenci­a, solo a sus socios del grupo confederal, Alberto Garzón, Jaume Asens, Yolanda Díaz y la alcaldesa de Barcelona Ada Colau, así como a su estricto equipo más próximo. Les dice a todos ellos que no saldrá de la Moncloa sin un compromiso de coalición. En su cabeza, un esquema de la administra­ción pública para negociar bien las carteras. Negocian solos. Sus equipos esperan en otra sala. El acuerdo se alcanza rápido, aunque la reunión se alarga discutiend­o los pormenores. Sánchez acepta sin poner muchas pegas que Iglesias sea vicepresid­ente, y en esa reunión –aunque se guarda el secreto durante días– ya se hace un primer borrador de gabinete. Algunas de las carteras para Unidas Podemos, como Trabajo (Yolanda Díaz), Igualdad (Irene Montero) y Derechos Sociales (Iglesias), quedan cerradas esa misma tarde. También Universida­des, aunque aún sin titular. La quinta, fue una conquista posterior: Consumo, para el líder de Izquierda Unida, Alberto Garzón.

LUNES 11, NOCHE El documento del pacto

Al margen de los reunidos, las primeras que saben del éxito del encuentro son Adriana Lastra e Irene Montero, en ese momento ambas portavoces parlamenta­rias de PSOE y Unidas Podemos, respectiva­mente. Son las elegidas para cerrar el documento que Sánchez e Iglesias firmarán solemnemen­te a la mañana siguiente. Montero contacta a Lastra para iniciar la redacción cuando esta todavía no sabe de la encomienda. Con las indicacion­es sobre el resultado de la reunión, elaboran un documento escueto pero que ya fija los principios progresist­as que habrán de cerrarse en el más ambicioso pacto de gobierno, que se cerrará en enero.

MARTES 12, MEDIODÍA La firma de la primera coalición

Por la mañana comienzan los apresurado­s y discretos preparativ­os para comunicar el acuerdo desde el Congreso de los Diputados. La idea es hacerlo de forma inmediata, antes de que los muchos enemigos del acuerdo –dentro y fuera de sus partidos– tengan ocasión de maniobrar. A mediodía, con la convocator­ia, se filtra que habrá anuncio importante. Todos sonríen tras un año de altísima tensión entre ambos equipos. También hay abrazos, forma popular de expresar afecto y emoción que por aquel entonces era legal. Le quedaba poco.

 ?? EMILIA GUTIÉRREZ ?? Pedro Sánchez y Pablo Iglesias felicitánd­ose, hace un año, por la firma del preacuerdo para formar el Gobierno de coalición PSOE-UP
EMILIA GUTIÉRREZ Pedro Sánchez y Pablo Iglesias felicitánd­ose, hace un año, por la firma del preacuerdo para formar el Gobierno de coalición PSOE-UP

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