La Vanguardia

Hong Kong vuelve a enfrentar a China con Occidente

- ISMAEL ARANA Hong Kong. Correspons­al

Adiós a la bancada opositora en el Parlamento hongkonés. Un día después de anunciar que dimitirían en masa en protesta por la inhabilita­ción por las bravas de cuatro de los suyos, los diputados del bloque prodemocra­cia hicieron oficial su renuncia ayer. Su decisión, calificada por Pekín de “farsa”, ha vuelto a enfrentar a China con Estados Unidos, Gran Bretaña y la Unión Europea, que acusan al país asiático de incumplir la promesa que hizo en 1997 de respetar la autonomía de esta ex colonia durante 50 años.

La de ayer fue una jornada inusual en la sede legislativ­a. En el interior del hemiciclo, la sesión matinal arrancó con el eco que dejaban los 19 asientos vacíos de la oposición. No muy lejos, en una barandilla del edificio, colgaba una pancarta acusando a la jefa del Ejecutivo, Carrie Lam, de llevar a Hong Kong al desastre y dañar a su gente. “Su nombre apestará 10.000 años”, se leía, en referencia a un viejo dicho chino. Más tarde, los políticos salientes entregaron sus cartas de dimisión, que en muchos casos no se harán efectivas hasta diciembre. “Hongkonese­s, preparaos para un largo, largo tiempo en el que solo habrá una sola voz. Si eres disidente, prepárate para más presión”, declaró a la prensa el diputado Lam Cheuk Ting.

La dimisión masiva se produjo como protesta a la descalific­ación de cuatro miembros de su bando, expulsados por la vía directa después de que el Parlamento chino aprobara una norma que permite al Gobierno regional inhabilita­r a los diputados que amenacen la seguridad nacional. El cuarteto, pesos pesados de la política local, había pedido a Washington que sancionara a los Gobiernos de Hong Kong y Pekín por su respuesta a las protestas antigubern­amentales del año pasado.

Como era de esperar, la actuación de Pekín y sus aliados locales despertó una oleada de críticas en Occidente. En Washington, el consejero de Seguridad Nacional, Robert

O’brien advirtió de posibles nuevas sanciones contra “los responsabl­es de extinguir la libertad” en la ex colonia. “El principio un país dos sistemas (por el que este territorio goza de más derechos que el resto de China continenta­l) es ahora una mera hoja de parra que cubre la expansión de la dictadura unipartidi­sta en Hong Kong”, añadió. Desde Londres, el secretario de Exteriores, Dominic Raab, acusó a Pekín de haber roto “una vez más” sus promesas y de socavar “el alto grado de autonomía” del territorio. Mientras, la Unión

Europea también rechazó la “última decisión arbitraria” de Pekín y aseguró que la ausencia de oposición parlamenta­ria “mina la autonomía” de la ex colonia.

Sin embargo, sus palabras no parece que vayan a modificar el rumbo tomado en la capital china, dispuesta a acabar con la disidencia en la región autónoma de una vez por todas tras las violentas protestas del año pasado.

Con respecto a las críticas internacio­nales, el portavoz de Exteriores, Wang Wenbin, señaló que ninguno de los países citados haría “la vista gorda ante funcionari­os públicos (...) que violan sus juramentos y traicionan a su país”. Por su parte, la oficina de enlace del Gobierno chino en Hong Kong tildó la dimisión en bloque de “farsa” y “traición” a sus votantes. “Fantasean con jugar la carta de la tragedia a través de su dramática renuncia, pero solo han creado una tragedia para ellos mismos”, añadía.

Pekín califica de “farsa” la dimisión en bloque de la oposición y se sacude las críticas de EE.UU., la UE y el Reino Unido

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