La Vanguardia

Juicio a un spot de Òmnium

Un guardia civil pide 10.000 euros de indemnizac­ión porque la entidad utilizó su testimonio en el Supremo en un vídeo

- TONI MUÑOZ

El presidente de Òmnium, Jordi Cuixart, compareció ayer por videoconfe­rencia desde la cárcel de Lledoners en un juicio por la demanda interpuest­a por un guardia civil contra la entidad. El agente reclama una indemnizac­ión de 10.000 euros al considerar que fue vulnerada su intimidad en un vídeo en el que Òmnium utilizó su declaració­n en el Supremo– en el que solo aparecía su voz– para un vídeo que fue difundido en las redes sociales.

El principal argumento que esgrimió el agente de la Guardia Civil es que en realidad aquello formaba parte de una campaña publicitar­ia en la que la entidad hacía un llamamient­o para captar nuevos socios y, por tanto, sacaba un rendimient­o económico.

En las imágenes se oye la voz del agente describien­do una bandera de color verde que atribuía a Òmnium, una apreciació­n que no era del todo exacta, lo que la entidad aprovechó para erosionar la credibilid­ad del testimonio del agente y hacerlo extensivo a toda la investigac­ión de la Guardia Civil. “Quien se inventa banderas también se inventa la sedición y la rebelión”, culminaba el vídeo. En las imágenes aparecía una música en tono burlesco mientras los abogados defensores de Òmnium en el juicio del procés escuchaban entre risas el testimonio del guardia civil.

Cuixart negó ayer desde Lledoners que el propósito de la campaña fuera obtener un rédito económico y afirmó que el único objetivo era denunciar “la falta de democracia del Estado”. “Nosotros no tenemos finalidade­s lucrativas. Yo mismo no cobro por ser presidente de Òmnium igual que el resto de miembros de la junta”, destacó, al tiempo que acusó al guardia civil de haber” mentido y haber prestado falso testimonio” en el juicio, lo que motivó la realizació­n del vídeo.

El agente justificó que había impulsado la denuncia porque “mercadearo­n” con su voz. “Entendí que era un vídeo publicitar­io en el que se estaba reclamando o estaban pidiendo que se hicieran socios y estaban utilizando mi voz. Y eso no lo quería consentir. Y no porque fuera Òmnium. Hubiera hecho lo mismo si hubiera sido la Cruz Roja, el PSOE o Ciudadanos”, agregó.

Más allá de la finalidad lucrativa, hay otro aspecto que será crucial para determinar si se vulneró la intimidad del agente y es si realmente alguien pudo reconocerl­o por la voz, por lo que se le habría causado un prejuicio. Por esta razón, el agente profundizó en esa cuestión. Explicó que la aparición de su voz en el vídeo hizo que un amigo al que no veía hace 15 años lo reconocier­a y que los padres del colegio de su hija también.

Pero añadió otro prejuicio, que va más allá de su entorno, ya que llegó a asegurar que los narcotrafi­cantes y los delincuent­es pueden reconocerl­o por la voz cuando actúa como agente encubierto. “A nivel profesiona­l he tenido relaciones profesiona­les como agente, he hecho bastantes servicios encubierto­s con delincuent­es y narcotrafi­cantes y no sé si hoy en día por seguridad puedo fiarme de que un narcotrafi­cante con el que me he reunido hace 15 días pueda reconocerm­e. El daño es muy importante”, describió.

La defensa de Òmnium ejercida por el abogado Benet Salellas arremetió con contundenc­ia, al considerar que el verdadero propósito de la demanda era coartar la libertad de expresión de la entidad. Durante su alegato final, Salellas se pronunció con tanto énfasis que fue amonestado por la magistrada. “Letrado, relájese un poco. No hace falta que golpee la mesa. Tranqui”, le dijo. “La vehemencia, señoría, es porque hablamos de derechos fundamenta­les”, respondió.

El policía denunció que la utilizació­n de su voz en el vídeo ponía en riesgo su labor como infiltrado

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EP Cuixart, ayer, en su declaració­n en el juicio, desde Lledoners

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