Juicio a un spot de Òmnium
Un guardia civil pide 10.000 euros de indemnización porque la entidad utilizó su testimonio en el Supremo en un vídeo
El presidente de Òmnium, Jordi Cuixart, compareció ayer por videoconferencia desde la cárcel de Lledoners en un juicio por la demanda interpuesta por un guardia civil contra la entidad. El agente reclama una indemnización de 10.000 euros al considerar que fue vulnerada su intimidad en un vídeo en el que Òmnium utilizó su declaración en el Supremo– en el que solo aparecía su voz– para un vídeo que fue difundido en las redes sociales.
El principal argumento que esgrimió el agente de la Guardia Civil es que en realidad aquello formaba parte de una campaña publicitaria en la que la entidad hacía un llamamiento para captar nuevos socios y, por tanto, sacaba un rendimiento económico.
En las imágenes se oye la voz del agente describiendo una bandera de color verde que atribuía a Òmnium, una apreciación que no era del todo exacta, lo que la entidad aprovechó para erosionar la credibilidad del testimonio del agente y hacerlo extensivo a toda la investigación de la Guardia Civil. “Quien se inventa banderas también se inventa la sedición y la rebelión”, culminaba el vídeo. En las imágenes aparecía una música en tono burlesco mientras los abogados defensores de Òmnium en el juicio del procés escuchaban entre risas el testimonio del guardia civil.
Cuixart negó ayer desde Lledoners que el propósito de la campaña fuera obtener un rédito económico y afirmó que el único objetivo era denunciar “la falta de democracia del Estado”. “Nosotros no tenemos finalidades lucrativas. Yo mismo no cobro por ser presidente de Òmnium igual que el resto de miembros de la junta”, destacó, al tiempo que acusó al guardia civil de haber” mentido y haber prestado falso testimonio” en el juicio, lo que motivó la realización del vídeo.
El agente justificó que había impulsado la denuncia porque “mercadearon” con su voz. “Entendí que era un vídeo publicitario en el que se estaba reclamando o estaban pidiendo que se hicieran socios y estaban utilizando mi voz. Y eso no lo quería consentir. Y no porque fuera Òmnium. Hubiera hecho lo mismo si hubiera sido la Cruz Roja, el PSOE o Ciudadanos”, agregó.
Más allá de la finalidad lucrativa, hay otro aspecto que será crucial para determinar si se vulneró la intimidad del agente y es si realmente alguien pudo reconocerlo por la voz, por lo que se le habría causado un prejuicio. Por esta razón, el agente profundizó en esa cuestión. Explicó que la aparición de su voz en el vídeo hizo que un amigo al que no veía hace 15 años lo reconociera y que los padres del colegio de su hija también.
Pero añadió otro prejuicio, que va más allá de su entorno, ya que llegó a asegurar que los narcotraficantes y los delincuentes pueden reconocerlo por la voz cuando actúa como agente encubierto. “A nivel profesional he tenido relaciones profesionales como agente, he hecho bastantes servicios encubiertos con delincuentes y narcotraficantes y no sé si hoy en día por seguridad puedo fiarme de que un narcotraficante con el que me he reunido hace 15 días pueda reconocerme. El daño es muy importante”, describió.
La defensa de Òmnium ejercida por el abogado Benet Salellas arremetió con contundencia, al considerar que el verdadero propósito de la demanda era coartar la libertad de expresión de la entidad. Durante su alegato final, Salellas se pronunció con tanto énfasis que fue amonestado por la magistrada. “Letrado, relájese un poco. No hace falta que golpee la mesa. Tranqui”, le dijo. “La vehemencia, señoría, es porque hablamos de derechos fundamentales”, respondió.
El policía denunció que la utilización de su voz en el vídeo ponía en riesgo su labor como infiltrado