La Vanguardia

La serena audacia de Tabita Berglund

“Soy directora de orquesta por accidente”, dice la joven noruega que hoy debuta con la OBC

- M. CHAVARRÍA

Que una joven aspire de la manera más natural a ser directora de orquesta no es tan descabella­do... en Noruega. Cuando con 26 años la cellista Tabita Berglund decidió tomar un curso de dirección para formarse como líder de sección de una orquesta, supo de repente que había nacido para aquello. Estudió lo necesario y un lustro más tarde su nombre está en la agenda de muchas orquestas escandinav­as, algunas inglesas, otras alemanas y desde ahora también en la de la Orquestra Simfònica de Barcelona i Nacional de Catalunya (OBC), formación que se ha propuesto alcanzar la paridad entre sus batutas invitadas. Y el flechazo se ha producido.

“Me encanta la energía espontánea de esta orquesta. Sientes lo que los músicos sienten, cosa que me resulta alucinante pues los escandinav­os a veces nos guardamos las emociones”, comenta la maestra que hoy dirige –en streaming– un programa bien nórdico, Tabula Rasa del estonio Arvo Pärt y la Séptima Sinfonía del finlandés Jean Sibelius.

“Dos compositor­es que tenían en común la búsqueda de la esencia –explica Berglund tras un ensayo en L’auditori de Barcelona–. Y eso es más claro incluso en Arvo Pärt, pues en plena carrera de vanguardis­mo dodecafóni­co se calló, dejó de componer durante ocho años, y volvió con Tabula Rasa y ese estilo extremadam­ente simple. Desechó todo lo que para él era poco significat­ivo y dejó la esencia, la verdad, por así decirlo. Sibelius había llegado a eso mismo por un camino distinto. Su 7ª Sinfonía en un único movimiento es la culminació­n de su proceso, un viaje que ya vemos en la 5ª, con esos movimiento­s transitand­o hacia otro sin problemas. La 7ª es una condensaci­ón, dura solo 20 minutos pero

Sibelius se las arregló para decir todo lo que tenía que decir. Y a partir de ahí apenas compuso nada orquestal. Un silencio largo pues murió en 1957 y esa sinfonía es de 1924”.

Lo de dedicarse a la música también fue accidental para esta mujer que, entre mudarse de Oslo a Viena o Berlín, prefirió instalarse en un pueblo de montaña, al sur de su país –“el aeropuerto está a 15 minutos andando”, dice. Sus padres, arqueólogo­s, le sugirieron a los siete años que aparte del ballet tomara clases de cello. En el instituto decidió, sin embargo, convertirs­e en matemática, aunque por suerte no desperdici­ó la ocasión de hacer la prueba de acceso al conservato­rio. La aceptaron y se enamoró de la música de cámara...

SOBRE LA APUESTA DE LA OBC “Llamar a directoras es una opción sabia, tienes acceso a batutas de buen nivel con agenda libre”

¿Le ha pasado que un músico de orquesta la vea como una chiquilla?

“Si hablamos de edad y sexo, en Escandinav­ia estamos en otro estadio, vivo en una sociedad muy igualitari­a. Pero es cierto que los músicos de orquesta no están muy acostumbra­dos a tener directoras mujeres. Y la única forma de combatir eso es presentarl­es a mujeres directoras que saben lo que hacen. Me alegra que la OBC haya elegido hacer algo al respecto. Es la única manera. Y el beneficio aflorará cuando se vea a una mujer directora más como directora que como mujer”.

Para la batuta noruega, ahora las orquestas tienen acceso a muchas directoras de nivel alto, pues la competenci­a por tenerlas es menor. “Es una opción muy sabia –concluye–, tienen acceso a batutas que tal vez si fueran de otro sexo no tendrían”.

 ?? ÀLEX GARCIA ?? Tabita Berglund en el escenario de L’auditori tras un ensayo con la OBC
ÀLEX GARCIA Tabita Berglund en el escenario de L’auditori tras un ensayo con la OBC

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