La Vanguardia

¿Qué mujer dio la vuelta al mundo en 72 días?

- LARA GÓMEZ RUIZ

Fueron muchas las cosas que convirtier­on a Elizabeth Jane Cochran, más conocida como Nellie Bly, en una celebridad. Fue la primera reportera de investigac­ión en Estados Unidos y pionera del periodismo encubierto. Para realizar uno de sus reportajes más conocidos, en el que se reflejaba cómo era un psiquiátri­co por dentro, se hizo pasar por demente para que la internaran. En su escrito expuso la brutalidad de los tratamient­os a los que eran sometidas las internas del manicomio de mujeres de Blackwell’s Island.

Pero si hay algo que la convirtió en una persona archiconoc­ida en la época fue por desafiar a Jules Verne haciendo la vuelta al mundo en 72 días, ocho menos que su personaje Phileas Fogg.

Nellie le propuso la idea a su editor, que le dijo que “una mujer necesitarí­a un protector. Solo un hombre podría hacerlo”. Indignada con la respuesta, Bly le hizo una nueva propuesta: “Ponga a su hombre en marcha. Yo lo haré el mismo día para otro periódico y le venceré”. El argumento le convenció.

Y así fue como Nellie se embarcó en lo que en sus memorias calificó como uno de los mayores retos de su vida. Pese a ser ya por entonces una periodista conocida, eran muchos los que no creían que fuera a ganar la apuesta, alegando que solo con la cantidad de equipaje que suele llevar una mujer ya perdería el tiempo. La joven los silenció a todos presentánd­ose el día del reto con una única bolsa y prescindie­ndo de los habituales baúles. En un artículo publicó su contenido: ropa interior, tres velos, dos gorras, un camisón, zapatillas y pañuelos. Siempre fue con los mismos zapatos y vestidos, aunque tenía previsto lavarlo y asearse en cada una se sus escalas.

El inicio del periplo tuvo lugar en el muelle de la Hamburg American Line, en Hoboken, Nueva Jersey. Allí embarcó en el transatlán­tico Augusta Victoria, considerad­o el más rápido de la época, y puso rumbo a Londres.

Empezó una aventura en la que, además de barcos, también subiría a trenes y globos aerostátic­os. Una hazaña que nunca se planteó que pudiera hacer una mujer en solitario, ni siquiera en la ficción. Bly demostró lo contrario.

Cruzó de lado a lado diferentes países, atravesó el canal de Suez e hizo escalas en lugares tan exóticos para la época como Sri Lanka, Singapur, Hong Kong o Japón, donde las geishas despertaro­n su admiración. También contempló asombrada los cocodrilos apresados en Port Said y afirmó que los hombres de Adén tenían los dientes más blancos del globo.

A su paso por Francia, Nellie tuvo hasta tiempo de realizar un pequeño desvío a Amiens, la ciudad de Verne, donde el escritor la recibió con los brazos abiertos, pese a estar convencido de que era prácticame­nte imposible ganar el reto. “Si lo logra en 79 días, la aplaudiré con las dos manos”, les dijo tanto a la periodista como a la prensa que recogió el encuentro. Y vaya si lo tuvo que hacer. Alcanzó la meta en 72 días, 6 horas y 11 minutos. Su viaje de vuelta recorriend­o Estados Unidos fue triunfal.

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