Ricard Garcia Vilanova
Fotoperiodista
El trabajo del barcelonés Ricard Garcia Vilanova forma parte de la exposición World Press Photo, que regresa por decimosexto año consecutivo a Barcelona en un momento complicado para el fotoperiodismo.
El fotoperiodismo tal y como lo entendíamos se ha terminado”. Ricardo García Vilanova lleva más de veinte años especializado en conflictos bélicos, viajando de una guerra a otra con su gran angular para publicar en prestigiosos medios como Newsweek o The Wall Street Journal. Fue secuestrado en Siria en 2013, poco después de que su profesión cambiara para siempre.
“La muerte de dos fotógrafos en 2011 fue un punto de inflexión. Fue entonces cuando cambió el concepto sobre las colaboraciones de los freelance. Ahora tienes que ir a un lugar, pagarte el viaje, buscar los contactos, hacer las fotos y luego ver si puedes venderlas”, explicaba durante la presentación de la exposición World Press Photo 2020 que se instala en el Centre de Cultura Contemporània de Barcelona (CCCB) hasta el 20 de diciembre.
La muestra de fotoperiodismo más reconocida del mundo lleva 16 años consecutivos pasando por la capital catalana. Por lo que no había lugar mejor que este para reivindicar que el sector está en crisis. “Solo los grandes medios pueden cubrir hoy en día los conflictos que hay en el mundo”, señalaba Ricardo García, uno de los tres españoles premiados en el concurso.
Una de sus instantáneas, sobre las manifestaciones conocidas como Tishreen Revolution, ganó el tercer premio en la categoría Temas de Actualidad. Pero viajar a Irak para conseguir la imagen no fue fácil. Solo lo pudo lograr gracias a tener un trabajo como cámara para una televisión francesa. La foto nunca fue publicada.
“Competimos con grandes medios de comunicación que tienen capacidades tremendas para la cobertura de conflictos, que pueden asumir el coste de 5.000 dólares diarios, algo que para los freelance es inasumible. Eso provoca que ya no hay distintas fuentes para informarte sobre una guerra, la cobertura queda en manos de unos pocos”, señalaba el fotógrafo barcelonés.
No es solo que escasee la pluralidad, sino que muchas contiendas directamente no se cubren por falta de interés. García Vilanova acaba de llegar de la región de Nagorno-karabaj, situada entre Armenia y Azerbayán, donde hay “una guerra en la que ha habido miles de muertos y que no ha tenido casi repercusión porque en ese momento eran mucho más importantes las elecciones en Estados Unidos”, apuntaba.
El mal momento del fotoperiodismo lo ha corroborado Sílvia Omedes, directora de la Fundación Photographic Social Vision, que organiza la exposición en Barcelona. “La muestra -explicabaes un termómetro que nos permite ver cuántos freelance se presentan en comparación con los fotógrafos que trabajan para la agencias. Y en 2019, había más de agencias”.
El World Press Photo ha contado en la presente edición con la participación de más de 4.000 profesionales gráficos que se han centrado en cinco grandes temas: cambio climático, protestas ciudadanas, temas de género, las diversas expresiones del odio a nivel global y la fauna salvaje.
A pesar de la pandemia provocada por el Covid-19, Omedes no cree que el certamen del próximo año sea “un monográfico” sobre la enfermedad. “Sin duda tendremos proyectos sobre el coronavirus, pero nos quedaremos con los más interesantes y de más calidad, porque hay otras cosas que también están pasando en el mundo y son importantes”, ha concluido.
Para hacer frente al virus, la organización ha previsto por primera vez ofrecer “visitas guiadas online” a través de la plataforma Filmin y poder así “llevar el World Press Photo hasta las casas” del público. Aunque aquellos que lo deseen siempre se pueden pasar por el CCCB, que ha reducido su aforo a un tercio, entre otras medidas de seguridad ante la Covid, para ver las cerca de 150 fotografías premiadas, realizadas por 44 reporteros de 24 países. La mayoría de estas instantáneas son inéditas en España.
Sólo los grandes medios pueden cubrir hoy en día los conflictos bélicos que hay en el mundo