Invierno con la Covid-19
Tras la euforia inicial ante las perspectivas de disponer de vacunas efectivas contra la Covid-19 en el horizonte de algunos meses, la preocupación por la evolución inmediata de la pandemia vuelve a asumir todo el protagonismo porque el número de infecciones no cesa de progresar en todo el mundo, con cerca de 600.000 nuevos casos por día. De ellos, cerca de la mitad se registran en Europa, que es donde se detectan más casos, incluso por delante de Estados Unidos y Canadá. Pese a que en los últimos días parece que el ritmo de aumento en los países europeos se habría contenido, la amenaza permanece y el riesgo de que las restricciones puedan afectar también a la Navidad es cada vez más evidente. Las consecuencias de ello para la economía empeorarán la mejora que se produjo durante el verano en todo el continente.
Millones de europeos, ya sea en Alemania, Francia, Bélgica, Grecia, Italia, Portugal o Suecia, además de España y el resto de países del continente, así como el Reino Unido, se ven afectados por restricciones de diversa índole. El primer ministro de Portugal, António Costa, ha advertido que la situación es más grave y más crítica que la registrada durante la primera fase. Ante las protestas por las restricciones en Francia, epicentro de esta segunda ola de infecciones, el primer ministro ha tenido que recordar que el enemigo no es el Gobierno sino el coronavirus.
La gravedad de la crisis sanitaria en Europa, sin embargo, es difícil de evaluar con exactitud porque cada país lleva a cabo una política de tests, de controles y de restricciones diferentes. Nuevamente se pone de manifiesto la ausencia de una verdadera coordinación sanitaria para combatir la pandemia. Parece no haberse entendido que frente a la Covid-19 no hay fronteras que valgan y que vencemos a la pandemia todos juntos o seguiremos con graves problemas hasta que la vacuna pueda generalizarse en todo el continente. En este sentido también es importante la coordinación de las campañas de vacunación de la población cuando las primeras dosis empiecen a estar disponibles. La Comisión Europea, liderada por Ursula von der Leyen, hace ya meses que ha llegado a acuerdos con los principales fabricantes farmacéuticos para asegurarse el adecuado suministro. El último ha sido firmado hace pocos días con Pfizer tras el anuncio del éxito en sus investigaciones. Pero la coordinación y la política sanitaria es responsabilidad del consejo europeo de ministros de Sanidad y, en este sentido, hay que señalar que su nivel de eficacia no es el ideal.
Todo indica, como hemos dicho, que la lucha contra la pandemia, mientras no llegue la vacuna y pueda aplicarse masivamente, será dura en los próximos meses, ya que exigirá el mantenimiento de las restricciones y de las medidas de protección. Incluso en Alemania, que es el país europeo que mejor ha combatido la pandemia, la canciller Angela Merkel advirtió ayer que la Covid-19 será la principal preocupación durante todo el invierno.
Europa debe mejorar su coordinación en la lucha contra la pandemia mientras no llegue la vacuna