Un gabinete vacuno para India
El estado de Madhya Pradesh introduce los consejos de ministros dedicados exclusivamente a la vaca
Mientras el mundo se desespera por la protección de una vacuna, India se concentra en la protección vacuna. Para incrementar el bienestar de sus rumiantes, el Gobierno de su quinto estado más poblado ha formado un “gabinete vacuno”.
Aun siendo domingo, cinco ministros se reunieron ayer en Madhya Pradesh con un único tema en la agenda. La vaca. Un formato que tendrá continuidad y que pronto deberá ser imitado por otros estados donde gobierna el BJP de Narendra Modi.
La urgencia se explica porque hoy es gopashtami, fiesta dedicada a Krishna, el dios pastoril de la tradición hindú, popularizado en Occidente por los Hare Krishna. La vaca, como es sabido, es sagrada en las escrituras brahmánicas.
Así que vacas y bueyes están de enhorabuena, porque de ahora en adelante sus problemas serán analizados con óptica pluridisciplinar. A los ministros de Ganadería, Agricultura, Desarrollo Rural y Bosques hay que añadir el del Interior, porque la agresiva protección vacuna se ha convertido en un tema de orden público.
Shivraj Singh Chouhan, jefe de Gobierno en Madhya Pradesh durante quince años –excepto los quince meses que tardó el transfuguismo en minar a los que le habían derrotado–, no es como nuestros políticos. Antes que fotos con niños, prefiere acercarse con ternura a un ternero.
No es que la oposición sea muy distinta. El Partido del Congreso le reprocha, en todo caso, que no cumpla su promesa de campaña de crear un Ministerio de la Vaca.
Para compactar al electorado hindú frente a la supuesta amenaza de los musulmanes –una minoría económicamente débil–, el BJP ha hecho de la vaca bandera.
Grupos que pertenecen a su misma matriz han constituido un somatén que persigue con violencia a transportistas de ganado. A menudo, una excusa elegante para apalear musulmanes o parias, que no comparten su tabú alimentario y se dedican al curtido.
En Gurgaon, que debía ser la “ciudad del futuro” –ahora oficialmente Gurugram, en sánscrito–, la posesión de un bistec está penada con tres años de cárcel desde hace un lustro. La vecina Delhi tardó poco en seguir el mismo camino. Hoy, solo los estados tribales del nordeste, Kerala y Bengala Occidental, toleran el consumo de ternera. En este último, que vota en unos meses, el BJP no necesita más programa.
En India no son nuevos los asilos para vacas errantes, en los que se las salva de su condición de basureros no remunerados. Pero Bhopal ha ido más allá, con un vedado de 500 hectáreas para seis mil de ellas. Aunque entró en crisis al superar las cuatro mil y murieron seiscientas en un año.
Para proteger a la “madre vaca”, Singh Chouhan, más conocido como Mama, ha prometido cuatro mil asilos más en el 2021. Y medidas contra la love yihad, o el matrimonio “con engaños” de chicas hindúes con musulmanes.
El Gobierno de su partido, en Nueva Delhi, también ofrece financiación a quien sugiera usos terapéuticos para la orina y la boñiga de vaca. Pero quinientos científicos indios han protestado contra el despilfarro, advirtiendo de que la ciencia no funciona así.
Al inicio de la pandemia, doscientos fundamentalistas de Hindu Mahasabha –el grupo que mató a Gandhi– se reunieron en Delhi para compartir un trago –de pis de vaca– como supuesto remedio.
Mientras, India sufre una crisis económica de caballo y Bangladesh acaba de superarla en renta per cápita. Pero a Modi aún le queda forraje en el granero.
Fundamentalistas hindúes predican sin pruebas que las secreciones vacunas protegen del virus