La Vanguardia

Los Mossos buscan testigos del disparo al hombre sintecho

Entidades sociales lamentan la reacción policial, y Arrels, cuyo equipo de calle visitaba desde julio al herido grave, estudiará si se persona como acusación popular

- ROSA M. BOSCH RAÚL MONTILLA

El hombre que esgrimía un cuchillo y que fue “repelido” el sábado por la policía de un disparo, en el paseo Sant Joan de Barcelona, permanecía ayer ingresado en estado grave en la UCI del hospital de Sant Pau. Mientras los Mossos d’esquadra prosiguen sus investigac­iones para aclarar los hechos, Arrels, fundación especializ­ada en la atención de personas sin techo, expresa su consternac­ión por lo sucedido. Uno de sus equipos de calle visitaba desde el mes de julio a Marjan, de 43 años y de origen húngaro, cuya vida transcurrí­a en un banco delante del número 29 de la citada vía.

La policía autonómica busca testigos que puedan aclarar qué pasó la tarde del sábado, cuando tras recibir un aviso de que una persona “muy alterada estaba provocando molestias” a ciudadanos, una patrulla de la Guardia Urbana se trasladó a la zona, a la que a los pocos minutos le siguieron otras. Los guardias fueron en busca del sintecho. Iban tras él varios agentes, cuando Marjan se habría girado en actitud agresiva hacia ellos. Uno de los policías efectuó dos disparos en el momento en que presuntame­nte el hombre se abalanzaba con un cuchillo contra él, según consta en el atestado. Una de las balas alcanzó al sintecho en el abdomen, por lo que tuvo que ser intervenid­o de urgencia. Aunque la Urbana inició el atestado, los Mossos han asumido el caso al entender que podía haber un conflicto de intereses por la implicació­n de los agentes locales. Por otro lado, prosigue la investigac­ión interna para analizar la reacción del policía que efectuó los dos disparos.

El Centre per la Defensa dels Drets Humans Irídia pidió apartar al agente consideran­do el suceso de “gravísimo”. En las antípodas se manifestó la Federació de Profession­als de la Seguretat Pública (Fepol) que calificó la actuación de “impoluta” y “en defensa propia”.

La teniente de alcalde de Derechos Sociales, Laura Pérez, también lamentó el desenlace del suceso, pidió prudencia y asimismo expresó preocupaci­ón por las imágenes difundidas sobre lo acaecido.

Tanto el equipo de calle de los Servicios Sociales municipale­s como el de Arrels visitaban desde principios de verano a Marjan, aunque todavía no realizaban un seguimient­o formal. Andrés, educador social de Arrels, lo veía cada semana, siempre en el mismo lugar, delante del número 29 del paseo Sant Joan, junto a unas obras, un espacio que había hecho su casa desde que llegó a Barcelona. Andrés explica que Marjan es un hombre tranquilo y de pocas palabras, que llevaba mucho tiempo en la calle, aunque todo hace suponer que llegó a Barcelona hacia junio.

“La primera vez que lo vimos fue en el mes de julio, es una persona muy reservada y solitaria, se mostraba agradecida de que nos preocupára­mos por él. Nos comunicába­mos en inglés, íbamos poco a poco para ganarnos su confianza y ofrecerle ayuda. Por cómo se comportaba intuíamos que tenía algún trastorno mental pero nunca nos pareció violento. Sin embargo, en la misma zona sí que atendemos a otros hombres que sí lo son”, añadió.

El trabajador de Arrels piensa que Marjan no tenía mala relación con los vecinos, algunos le daban comida. “A veces, cuando visitamos a una persona sin techo recibimos quejas de su comportami­ento, pero en el caso de Marjan nadie nos dijo nunca nada. Él siempre estaba en el mismo sitio, con su chaleco antirrefle­ctante. Le habíamos ofrecido que viniera a Arrels a ducharse pero nos contestaba que ya se aseaba en la fuente. Estábamos en una fase muy inicial para que no se agobiara , alguna vez compartimo­s un café. Nos dijo que llevaba muchos años en la calle y que no necesitaba nada”, sigue explicando Andrés, apenado por la gravedad del estado de Marjan.

El director de Arrels, Ferran Busquets, coincidió ayer con la teniente de alcalde Pérez en el hospital, interesado­s ambos por la evolución de Marjan. “Estamos pendientes de la investigac­ión policial para decidir acciones, estudiarem­os si nos personamos como acusación popular”, indicó Busquets, que quiso manifestar que es habitual que las personas sin techo, que hacen su vida en la calle, lleven consigo un cuchillo simplement­e para cortar alimentos.

Los ciudadanos se han hecho eco de este triste suceso a través de las redes sociales mostrado opiniones dispares. Los hay que consideran desproporc­ionada la reacción policial, pues eran un grupo de agentes contra una persona, y otros que la aplauden.

Marjan es una persona muy reservada, solitaria y tranquila, cuenta un trabajador social de Arrels que lo visitaba cada semana

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MANÉ ESPINOSA El lugar donde se produjo el suceso, el paseo Sant Joan a la altura del n.º 44

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