El Estany d’ivars se regenera con un vaciado parcial
La operación, que no se hacía desde el 2009, acabará a finales de mes y permitirá mejorar la calidad del agua
Estos días de noviembre, la niebla se ha hecho presente en el Pla d’urgell y el manto gris se nota especialmente en zonas húmedas como el popular pantano existente entre Ivars d’urgell y Vila-sana, el Estany d’ivars, como se le conoce. Sus orillas están ocupadas por la neblina mientras se lleva a cabo una operación que es la primera vez que se produce desde que el hoyo se volvió a llenar en el 2009, vaciarlo parcialmente para asegurar que se conseguirá una mejor calidad del agua.
El vaciado acabará a finales de este mismo mes y estos días ofrece una nueva visión de todo el conjunto. La profundidad máxima supera los tres metros y medio, pero el equipo de biólogos que controla la operación se conformará con un vaciado de metro y medio. El profesor de la Escola Superior d’enginyeria Agrària Antoni Palau, biólogo, explica que el primer problema que se ha observado estos últimos diez años es la “importante carga de nutrientes y materia orgánica, lo que provoca un exceso de consumo de oxígeno, muy contraproducente para el ecosistema resultante”. El secado de algunas zonas permitirá que los sedimentos se descompongan más rápido y un saneamiento del lago con agua más limpia. Según Palau, la que entraba en el estanque desde el canal de ’Urgell no acababa siendo bien filtrada, y ahora, con la poca que tendrá hasta la próxima primavera, se esperan efectos positivos una vez vuelva a llenarse con las primeras aguas de la próxima temporada de riego.
Palau y su equipo de científicos están efectuando un chequeo exhaustivo al humedal, que como siempre acoge fauna de todo tipo, de paso, autóctona o especies invasoras. Están usando un dron que vuela sobre el lago apuntando hasta el detalle más pequeño para conocer el mapa del fondo, un espacio único en esta llanura de intensa explotación agraria y ganadera. Entre los invasores peligrosos, sobre los que hay orden de busca y captura, cita el mejillón cebra y la almeja asiática, porque el cangrejo rojo americano empieza a ser tolerado. Claro que también se busca una solución para el exceso de carpas. Este pez acostumbra a nadar a ras de suelo y levanta excesiva turbulencia en el agua removiendo sedimentos, lo que no ayuda a la calidad de esta. Palau dice que también se ha encontrado algún ejemplar de tortuga de Florida, que alguien ha dejado en libertad por la zona cuando se ha cansado de tenerla en casa.
Paseando por las orillas, observando los cañizares, el vaciado ha puesto al descubierto nuevamente los antiguos caminos rurales que pasaban por entre los campos de cultivo cuando el lago se desecó y ha generado zonas para que aves, como las cigüeñas o las gaviotas, tengan aquí un área de servicio donde detenerse a comer o descansar en
El proceso, que debería hacerse cada cinco o siete años, descubre viejos caminos rurales y también basura
medio del estanque. La lástima es que hay cosas que dicen muy poco de la actitud de visitantes o pescadores, pues también se pueden ver algunos de los desechos acumulados en el fondo, latas, plásticos...
Eva Reñé, técnica de turismo y de medio ambiente del consorcio que se cuida de la gestión del lago, lamenta determinadas actitudes de poco respeto por la naturaleza. “Durante la pandemia, las visitas al estanque fueron para muchos un desahogo y se mantienen, pero con el cierre perimetral, viene mucha gente de los municipios más cercanos”. Una operación como esta, a su juicio, deberá hacerse cada cinco o siete años, pues la oxigenación del agua parece inevitable. “Antes de la construcción del canal de Urgell en el siglo XIX, el agua era de lluvia exclusivamente; ahora viene del canal y se desagua en una acequia que la vierte al Corb, y este la devuelve al Segre”, explica. El Estany d’ivars es uno de los espacios naturales más expuestos a los inconvenientes de una excesiva afluencia turística.