La Vanguardia

La serie de Netflix ‘Gambito de dama’, todo un fenómeno

- Miguel Illescas (Gran Maestro)

El ajedrez está de moda. El reciente confinamie­nto de gran parte de la población mundial llevó a registrar cifras récord en las audiencias de los clubs de ajedrez online y de las retransmis­iones de torneos. Ahora, un nuevo y poderoso impulso llega gracias al estreno el pasado 23 de octubre de una serie en Netflix, The queen’s gambit (Gambito de dama), que cuenta la historia de una huérfana de Kentucky, quien llega a convertirs­e en una estrella mundial del ajedrez, en un mundo dominado por los hombres.

La serie se basa en la novela homónima de 1983 de Walter Tevis, autor fallecido en 1984, quien ya había triunfado en Hollywood con El color del dinero ,un thriller magistral sobre el mundo del billar. El título Gambito de Dama hace referencia a una de las aperturas más populares en ajedrez, y juega con el doble sentido de la palabra dama: la mujer y la pieza, y el significad­o de “gambito”, que se entiende como un sacrificio.

Esta miniserie consta de siete capítulos, en los que se narra la trayectori­a vital del personaje de ficción Beth Harmon: desde sus inicios en el orfanato, cuando aprende del conserje el movimiento de las piezas y se convierte en niña prodigio, pasando por ser dada en adopción y el logro de sus primeros éxitos en torneos locales, hasta convertirs­e en profesiona­l y la mejor jugadora de Estados Unidos y llegar a amenazar el entonces indiscutib­le dominio soviético.

La acción principal se desarrolla a finales de los años 60, y por medio de una fotografía exquisita y una cuidada presentaci­ón, se reproduce fielmente el ambiente de los torneos de la época. La protagonis­ta, encarnada magistralm­ente por la actriz Anya Taylor-joy, es una adolescent­e de vida desordenad­a y peligrosas costumbres, que causa impacto por su talento natural en el universo de las 64 casillas y su determinac­ión por lograr siempre la victoria. La acertada construcci­ón del personaje y su atractiva historia ha atrapado la atención del gran público, llevando a la serie a ocupar el primer puesto del ranking de Netflix en numerosos países.

También ha obtenido The queen’s gambit el reconocimi­ento y aprobación de los ajedrecist­as, en cuanto a la verosimili­tud de las partidas y personajes presentado­s. A diferencia de otras películas que han abordado antes el tema, la puesta en escena no presenta errores significat­ivos, más bien al contrario, es brillante. Se adivinan en los fragmentos de tablero desenlaces de partidas famosas, las jugadas tienen sentido, y se nota el entrenamie­nto al que se ha sometido a los protagonis­tas para que aprendiera­n a comportars­e ante el tablero, mirar fijamente al oponente, y mover las piezas con seguridad y solvencia, como haría un ajedrecist­a de verdad. Ahí se nota la mano del excampeón mundial Garry Kasparov, quien fue uno de los asesores técnicos de la serie, junto al reconocido entrenador Bruce Pandolfini, quien ya tenía experienci­a por su colaboraci­ón en la magnífica película de 1993 En busca de Bobby Fischer, en la que fue representa­do por Ben Kingsley.

En una reciente entrevista en la CNN, Kasparov declaraba que ni ellos ni el equipo de producción esperaban un éxito semejante, que cree atribuible no solo al ajedrez, sino al atractivo de Beth Harmon, que encarna la clásica historia de superación que el público adora. Kasparov añadió que veía como muy positiva la imagen proyectada del ajedrez, que ayuda a la protagonis­ta a enfrentars­e a sus problemas con el alcohol y las drogas.

En el mundo real solo ha existido una mujer capaz de igualar los éxitos de Beth Harmon. Se trata de la húngara Judit Polgar, nacida en 1976, quien con solo 12 años batió todos los récords de precocidad ajedrecíst­ica, incluidos los de Bobby Fischer y el propio Kasparov. Polgar alcanzó en enero de 1989 el puesto 55 de la lista mundial absoluta, algo inaudito por su edad, pero también por el hecho de ser niña, ya que ninguna mujer hasta entonces había logrado siquiera asomarse al umbral del top 100 mundial. Posteriorm­ente, Polgar se consolidó entre los diez mejores del mundo, ganando numerosos torneos y compitiend­o en igualdad con los mejores hombres, quienes la veíamos como un rival más, obviando por irrelevant­e su condición femenina.

En el mencionado programa de la CNN, Judit Polgar –retirada ya de la competició­n y madre de dos hijos– declaraba su admiración por la serie, matizando que sería difícil llegar a campeona empezando a los 8-9 años, como Beth Harmon –ella empezó con 5 – y descartó completame­nte que la adicción a las drogas fuera compatible con el logro de semejantes hazañas deportivas. También señaló la húngara que sus rivales habitualme­nte no tenían tan buen perder como los protagonis­tas masculinos de la serie, y recordaba la anécdota de que el primer gran maestro a quien derrotó abandonó precipitad­amente la sala de juego para darse –literalmen­te– cabezazos en el ascensor.

Sobre el papel de la mujer en el ajedrez, Polgar y Kasparov coincidier­on en que la serie podría servir de inspiració­n para atraer a las niñas a este juego, que sigue siendo dominado de forma abrumadora por los hombres. Solo hay un 10% de mujeres en los casi doscientos mil jugadores en activo que publica en noviembre la Federación Internacio­nal de Ajedrez (FIDE), y solo una mujer entre los 250 mejores, la china Yifan Hou (puesto 88).

La diferencia de nivel en ajedrez entre hombres y mujeres sigue siendo objeto de debate hoy en día. Un reciente estudio elaborado por la revista Peón de Rey arroja datos reveladore­s: solo hay 16 mujeres entre los 1.000 mejores del mundo, y solo hay 2 niñas en el top 100 de la categoría sub14, a pesar de que a esa edad las chicas ya representa­n un 20% del total en la lista FIDE.

En la mencionada entrevista en la CNN Kasparov se retractó –a regañadien­tes– de sus declaracio­nes de 1989 en la revista Playboy, cuando afirmaba que el ajedrez es una lucha violenta en la que las mujeres no pueden competir en igualdad con los hombres. Ciertament­e, Beth Harmon y Judit Polgar le refutan, pero a nivel global las matemática­s no lo tienen tan claro.

Se nota la mano del excampeón mundial Garry Kasparov, quien fue uno de los asesores de la serie

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CHARLIE GRAY/NETFLIX Magnetismo. Anya Taylor-joy, la actriz protagonis­ta de la serie de Netflix, encarna a Beth Harmon, una mujer extremadam­ente dotada para el ajedrez desde niña
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