La Vanguardia

‘El Pupas FC’

- Lluís Canut

El Pupas era un personaje tan cenizo que de él cuentan que cuando caía de espaldas se dañaba el ombligo. Así es como bautizó a su equipo el legendario presidente del Atlético Madrid Vicente Calderón, tras la dolorosa derrota en la final de la Copa de Europa contra el todopodero­so Bayern Munich, en un partido que dominaban los rojiblanco­s en el minuto 116, gracias a un magistral gol de falta de Luis Aragonés, y que fue empatado por los alemanés con un zambombazo desde cerca de cuarenta metros de Schwarzenb­eck, que batió a un sorprendid­o Reina en el descuento de la prórroga. Dos días después, en el correspond­iente partido desempate, los bávaros pasarían por encima de los rojiblanco­s, batidos por un contundent­e 4-0.

Aquel victimismo colchonero quedo plasmado en la letra de la canción del centenario del club compuesta por uno de sus seguidores más insignes como es Joaquín Sabina. “Como los indios okupas que acampan sus banderas a la ribera del pupas”, escribió el cantautor de Úbeda, lejos de imaginar que pocos años después su amado Atleti volvería a caer dramáticam­ente derrotado en dos finales más de la Champions contra su eterno rival, el Real Madrid, en Lisboa y Milán.

El gafe rojiblanco lo sufrió en primera persona Ronald Koeman, cuando a inicios de la temporada 1990-91, en el Calderón, tuvo la lesión más grave de su carrera como futbolista, cuando padeció la rotura del talón de Aquiles que le obligó a pasar por el quirófano, donde le operó el doctor González Adrio, y estuvo cuatro meses de baja. Tras diez años de imbatibili­dad en territorio colchonero el Barça cayó derrotado el sábado después de padecer todo tipo de contraried­ades. Quién podría imaginar que el gol que decidió el encuentro llegase después de un doble fallo garrafal de Piqué en un mal control del balón y una salida en falso a medio campo del portero más fiable. Ter Stegen, que vio como Carrasco le driblaba para acabar batiendo la portería blaugrana totalmente desguarnec­ida, cuando se cumplía el tiempo añadido de la primera mitad.

Pero lo peor no fue la derrota, que aleja a los de Koeman a nueve puntos del equipo de Simeone, sino que el partido le sumó las lesiones de Piqué, que puede estar en el mejor de los casos de dos a tres meses fuera, y de Sergi Roberto, que se rompió el bíceps femoral en los últimos minutos. Pero Ronald no se rinde y está seguro, con el optimismo que le caracteriz­a, de que, calendario en mano, a final de año el Barça, con cinco partidos pendientes en casa (Osasuna, Levante, Real Sociedad, Valencia y Eibar) y dos fuera (Cádiz y Valladolid), estará entre los tres primeros clasificad­os de la Liga. Palabra de míster.

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