PROPUESTAS SOSTENIBLES
Pislow
La ‘start-up’ española Pislow, creada en 2017 por María José González y Sheila Moya, es otra de las propuestas de ‘fashion renting’. Hace unos meses lanzó su servicio B2B para que las firmas de moda puedan poner en alquiler sus prendas y optimizar sus beneficios. Las firmas solo deben subir el catálogo de productos que quieren alquilar y Pislow gestiona el resto. Desde los envíos y devoluciones hasta la logística, almacenaje, limpieza y arreglos.además, la plataforma tiene un sistema de seguimiento de las prendas y permite dejar valoraciones. Con esta solución, la compañía asegura que las firmas llegan a duplicar la rentabilidad de sus productos y, además, el tique medio de sus clientes se puede incrementar hasta en un 175%.
Tintes naturales
Aitor Bastarrika creó AB para ofrecer artesanía textil ecológica realizada con tintes naturales. En la producción de los tintes utilizan materiales de desecho como la piel de granada, de cebolla, ortigas o piel de nogal, de recolección propia y silvestre. En su web aitorbastarrika.com podemos encontrar fulares, gorros y la colección Oinak, de calcetines de lana y algodón orgánico teñidos también con tintes naturales y ecológicos.
Desde el Nepal
La ‘start-up’ Hemper se ha asociado con Springfield para comercializar su mochila ecológica fabricada con cáñamo del Himalaya, 100% natural, mediante técnicas tradicionales y artesanales, y con tintes 100% vegetales. El proyecto nació en 2015 cuando uno de sus fundadores, Álex Pastrana, visitó el Nepal y vio la gran explotación del cáñamo que se hacía en el país para el sector textil. Hemper fabrica mochilas, riñoneras y otros objetos en Nepal con productores locales y tiene diversos proyectos de inclusión social.
Moda con ética
Ethical Time, una asociación sin ánimo de lucro fundada por el estudiante de la UPF Ignasi Eiriz, se ha convertido con el tiempo en un referente de la moda sostenible. La plataforma, ethicaltime. com, acerca las marcas de moda sostenible a sus consumidores potenciales. Ethical Time “surge de mi frustración por la vulneración de los derechos humanos en las cadenas de producción de ropa y por la elevada contaminación sin pensar en el futuro del planeta”. El proyecto persigue demostrar que es posible cambiar el sistema empezando por comprar ropa de manera responsable.