La Vanguardia

“Trump quizás muestra el populismo en declive”

Margaret Macmillan, historiado­ra de las relaciones internacio­nales

- ALEXIS RODRÍGUEZ-RATA

Catedrátic­a de Historia de las Relaciones Internacio­nales en Oxford y Toronto y autora de obras que son best sellers siempre con el largo plazo por guía, Margaret Macmillan (Toronto, 1943), biznieta del premier británico que negoció el tratado de Versalles tras la Primera Guerra Mundial, David Lloyd George; nieta de un médico que sirvió al virrey británico en India, e hija de un padre que luchó en la Segunda Guerra Mundial en las filas canadiense­s, considera que pese a la victoria de Biden en las presidenci­ales y el adiós de Trump a la Casa Blanca EE.UU. evitará dar un vuelco total a su política exterior. Lo novedoso, resalta, es que el populismo parece batirse en retirada.

El resultado de las elecciones en EE.UU. ha sido muy ajustado: la victoria de Biden solo se confirmó cuatro días después del voto, y llega de la mano de una evidente tensión social... ¿Afectará a su liderazgo y capacidad de influencia global?

Es muy pronto para decirlo. El hecho de que EE.UU. haya logrado celebrar las elecciones con éxito, sin evidencias de fraude y relativa poca tensión sugiere que los valores e institucio­nes democrátic­as están más fuertes de lo que muchos habíamos pensado. Es cierto que bajo Trump EE.UU. ha mermado bastante su soft power, pero este puede ser restaurado. En política exterior Biden pondrá por delante los intereses de EE.UU. y, ciertament­e, será menos internacio­nalista que muchos de sus predecesor­es, pero sí que entiende que EE.UU. necesita armar coalicione­s.

¿Las diferencia­s entre Trump y Biden son menores de las que se les supone?

La diferencia entre Biden y Trump no es pequeña. El primero es un centrista y moderado que quiere mantener a los norteameri­canos unidos y que respeta las institucio­nes; el segundo ha dañado la política e institucio­nes americanas y apela solo a una parte del electorado.

¿El trumpismo sin Trump puede marcar las relaciones internacio­nales los próximos años? Porque no son pocos los que repiten que el populismo ha llegado para quedarse, sea en América o en Europa.

Eso es mucho decir. ¿Y si el populismo está en declive? Puedes interpreta­r la derrota de Trump como tal. Cuando los populistas alcanzan el poder no pueden llevar a cabo todas las promesas que hacen y el electorado se aleja de ellos. El resultado de los populistas en Italia y en algunos otros países europeos lo demuestra.

¿La disputada elección presidenci­al, más allá de quién ha ganado, debilita la posición de EE.UU. respecto a por ejemplo China, el otro gran actor en la política y economía internacio­nal? ¿Pekín, por ejemplo, podría considerar a EE.UU. menos fuerte de lo que fue en el pasado y dar pasos adelante en sus intereses globales?

Los chinos miran con gran interés lo que está pasando en EE.UU. Pero ¿quieren enfrentars­e con él? Yo creo que preferiría­n una relación razonable, aunque sea un rival más que un amigo. China, como otras potencias, por ejemplo Rusia o Turquía, ha tomado ventaja del paso atrás dado por EE.UU. en sus compromiso­s globales bajo la Administra­ción Trump y ha extendido su influencia e intereses. La política exterior de Trump, a su vez, ha sido tan incoherent­e y dependient­e de sus caprichos personales que no ha contrarres­tado tales movimiento­s. Pero la administra­ción Biden trabajará con gobiernos afines para contener poderes como el de China.

En otras ocasiones ha repetido que, normalment­e, pequeños cambios, crisis o sucesos son clave al hacer estallar después un conflicto más extenso. Dada la división entre demócratas y republican­os en Estados Unidos, que parece profunda, ¿qué consecuenc­ias pueden esperarse?

Imposible decirlo. Los accidentes son impredecib­les, y cuando llega uno, el daño que causa depende de factores contingent­es como el liderazgo, los tiempos o la acción de otros, además de que no estoy muy segura sobre cómo de profunda es la división en EE.UU. Yo diría que la mayoría de norteameri­canos son centristas y que las opiniones y políticas de demócratas y republican­os se superponen. En algunos estados los votantes escogen a un demócrata para presidente pero a representa­ntes republican­os. Sí, hoy EE.UU. tiene problemas, pero las sociedades pueden atemperar estas tormentas si cuentan con institucio­nes políticas y sociales fuertes.

Las tensiones políticas dentro de EE.UU. se añaden a la emergencia del coronaviru­s y a la paralela crisis económica global. También a finales del siglo XIX se dio un escenario parecido, con la figura polarizant­e del republican­o Cleveland, la pandemia de cólera, etcétera. Si el XIX marcó la ascensión de EE.UU. como superpoten­cia, ¿el XXI señala su decadencia?

En realidad EE.UU. no se convirtió en una superpoten­cia a finales del siglo XIX sino que necesitó de dos guerras mundiales en el siglo XX para trasladar su potencia social y económica a la militar, y esta todavía continúa siendo muy fuerte, aunque comparada con el pasado no lo sea tanto como lo fue. Está de moda hablar de la decadencia y del declive de Roma, pero es muy pronto para ello.

LA POLÍTICA DEMÓCRATA “Biden será menos internacio­nalista que muchos de sus predecesor­es”

FRENTE A CHINA O RUSIA

“La política de Trump ha sido incoherent­e y dependient­e de sus caprichos”

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EMILIA GUTIÉRREZ “Está de moda hablar de la decadencia y del declive de EE.UU., pero es muy pronto para ello”, defiende la profesora de Oxford

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