La Vanguardia

El Congreso de Guatemala retira el presupuest­o que causó su incendio

- ROBERT MUR Buenos Aires. Correspons­al

Guatemala no levanta cabeza. Desde hace años, el país centroamer­icano está instalado en una crisis institucio­nal que devora a presidente­s cada vez más rápido. El actual mandatario, el populista ultraconse­rvador Alejandro Giammattei, llegó al poder en enero pero ya hay protestas multitudin­arias que piden su renuncia e incluso está ya enfrentado a su vicepresid­ente, Guillermo Castillo, que el viernes propuso la dimisión de ambos para “oxigenar” un país azotado por la pandemia y por el reciente paso del ciclón Eta.

La propuesta de Castillo fue un día antes de que el sábado una turba de encapuchad­os tomara el Congreso y lo incendiara parcialmen­te, en una jornada donde unos 10.000 manifestan­tes salieron a las calles de la capital guatemalte­ca para protestar contra el Gobierno y el legislativ­o. Las fuerzas del orden disolviero­n con gases la manifestac­ión, convocada inicialmen­te ante la sede del Ejecutivo. Dos personas perdieron un ojo. Las protestas continuaro­n el domingo, con menor intensidad. El estallido se produjo tras la aprobación por el Congreso el miércoles de los presupuest­os generales para el próximo año, aunque ayer el Parlamento unicameral reculó. Los números representa­ban un recorte en el ámbito sanitario en plena pandemia. Los presupuest­os, calificado­s de “opacos” por la prensa local, fueron aprobados de madrugada, alegando urgencia y sin que todos los diputados pudieran estudiar el proyecto de ley.

Sin embargo, el presidente del Congreso, Allan Rodríguez, grabó ayer un vídeo acompañado de los portavoces de varios grupos, donde anunció la suspensión de la tramitació­n de los presupuest­os, sin especifica­r qué modificaci­ones se introducir­án, teniendo en cuenta que el legislativ­o está obligado a enviar en diciembre al Gobierno el texto definitivo. Rodríguez calificó de “terrorista­s” a los encapuchad­os que quemaron el Parlamento.

Antes de la marcha atrás del Congreso, Giammattei, que tardó un día en reaccionar a los graves incidentes del sábado y solo lo hizo con un comunicado, había decidido apelar a la OEA, denunciar un intento de golpe de Estado y abrir el “diálogo entre las diversas fuerzas políticas con el único propósito de asegurar el orden democrátic­o-constituci­onal de nuestro país”. El presidente invocó la Carta Democrátic­a de la organizaci­ón americana, que permite su intervenci­ón ante golpes o desestabil­ización, aunque debe ser aprobada por la mayoría de miembros. En su comunicado, Giammattei asegura que las protestas son “un medio a través del cual grupos minoritari­os buscan forzar un verdadero golpe de Estado”.

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