“Las familias felices también sufren”
Ariadna Castellarnau explora los vínculos familiares desde un punto de vista fantástico en ‘La oscuridad es un lugar’
Una nueva mirada inquietante sobre nuestro presente desde una perspectiva fantástica y alejada de lo real. Esta es la última propuesta editorial de Ariadna Castellarnau, La oscuridad es un lugar (Destino), que recientemente ha aterrizado en las librerías. Ocho relatos que, según cuenta la autora a La Vanguardia, “funcionan como espejos retorcidos donde los personajes descubren quiénes son verdaderamente”.
“Me atrae mucho el género fantástico ya que me permite desarrollar la imaginación y conocer el mundo desde diferentes puntos de vista que no son los habituales. Gracias a él, he podido abordar desde otra perspectiva una oscuridad muy doméstica, la de los vínculos familiares […] Todavía hoy hay una visión bastante idealizada de la familia, ya que es el lugar donde recibimos los primeros cuidados, donde aprendemos a ser personas y donde podemos lograr esa felicidad terrena. Entonces, cuando la familia no está o se rompe, hay un sentido de fracaso. Como si no tuviéramos algo esencial como un brazo o una pierna”, asegura la escritora.
No obstante, insiste, “si lo piensas bien la familia puede dar lugar a relatos aterradores. Ya se venía estudiando esto en el psicoanálisis ya que este entorno es donde se crean las heridas primigenias del ser humano, los traumas, las frustraciones, la depresión… Heridas que al fin y al cabo forman parte del proceso de formación del ser humano. Por ello, es importante no ocultar que todas las familias, incluidas las más felices, sufren en mayor o menor grado. El simple hecho de tener que romper con tu familia para poder ser uno mismo ya es algo doloroso. Reflexionar sobre qué puede haber de tóxico en los vínculos familiares es algo que me interesa mucho”, reconoce, y añade: ¿Qué queda de los vínculos humanos cuando todo aquello que nos da confort y más estabilidad desaparece? Con sus relatos, Castellarnau se propone sacar al lector de su zona de confort y trasladarle a un escenario “nuevo a la vez que extraño”: una niña que se refugia en la selva huyendo de su familia conoce a un adolescente salvaje que trata de ayudarla; dos hermanos, uno de los cuales tiene una particularidad que lo convierte en un ser fascinante, compiten por el protagonismo
La autora demuestra en su último libro de relatos que la familia puede dar lugar a historias aterradoras
familiar junto a unos padres ausentes; una pareja en una isla trata de encontrar un sentido a su vida mientras decide qué hacer con un misterioso bebé que aparece abandonado frente a su puerta. Estos son solo algunos ejemplos de la propuesta de la autora.
Con todo, asegura, “es fácil que cualquiera pueda sentirse identificado ya que, pese a que los cuentos son tratados desde una perspectiva fantástica, casi todos hemos vivido de cerca como mínimo una de las situaciones que plantea el libro.