La Vanguardia

El Banco de España pide vigilar a los deudores con moratorias

El supervisor teme que la morosidad se dispare con el fin de los aplazamien­tos

- CONCHI LAFRAYA

Las moratorias fueron un balón de oxígeno para muchas familias y autónomos cuyos ingresos descendier­on a raíz de la crisis de la pandemia. Todavía los aplazamien­tos siguen vigentes, pero con el paso de los meses irán concluyend­o. Con esta tesitura, el Banco de España lanzó ayer una clara advertenci­a a la banca: “Durante la duración de la moratoria, los bancos tienen que seguir analizando la solvencia de sus acreditado­s y su probable impago”. Es más, el organismo que dirige Pablo Hernández de Cos concluye que “cuando un crédito se encuentre en situación de probable impago, se clasifique como dudoso”.

El objetivo de esta recomendac­ión es que los bancos vayan haciendo provisione­s para evitar que la morosidad se dispare cuando los aplazamien­tos concluyan y algunos acreedores no puedan hacer frente al pago de sus deudas.

Bien es cierto que la Autoridad Bancaria Europea (EBA, por sus siglas en inglés) ha dado cierta flexibilid­ad a las entidades financiera­s para reclasific­ar este tipo de créditos, pero el supervisor español es consciente de que con el agravamien­to de la crisis en España sectores económicos concretos relacionad­os con el turismo van a pasarlo mal.

Entre marzo y principios de noviembre, se han concedido casi un millón y medio de moratorias, cuyo saldo vivo supera los 53.261 millones. Existen dos tipos de moratorias para particular­es, las que cumplen la normativa del Gobierno, tanto para hipotecas como para créditos al consumo, y las que aprobaron los bancos de forma sectorial. De las primeras, la banca ha dado luz verde a 602.742 solicitude­s, y de las que la banca fijó las condicione­s se han autorizado 817.716 peticiones.

El 70% de los deudores beneficiar­ios o avalistas son asalariado­s. Mientras que entre los autónomos destacan los empresario­s de comercio, hostelería y otros servicios, seguidos a cierta distancia de actividade­s profesiona­les, científica­s y técnicas, transporte y construcci­ón, que representa­n casi el 80% del total de las moratorias a las que se les ha dado curso hasta ahora para este colectivo.

Después, se aprobaron dos moratorias específica­s para el sector del turismo y otra para las empresas de transporte y de viajeros de autobuses.

El supervisor reconoce que “el impacto de la Covid-19 es un shock exógeno al sector bancario, si bien sus posibles consecuenc­ias pueden amenazar la estabilida­d del sistema financiero en general y del sector bancario en particular”.

Hernández de Cos ya recordó en un foro que si no se hubieran aprobado las moratorias, la morosidad de la banca se habría disparado al 10%.

Solo en los seis primeros meses de su vigencia, los cinco tipos representa­ban casi el 5% del crédito bancario al sector privado no financiero. De ahí que el Banco de España lance advertenci­as para evitar futuras quiebras.

Los aplazamien­tos de hipotecas y créditos al consumo superan un saldo de 53.000 millones

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DANI DUCH El impacto de la pandemia es ajeno a la banca, pero puede amenazar la estabilida­d del sistema financiero

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