La última escena de Montserrat Carulla
La gran dama de la escena fue también uno de los rostros más queridos de la televisión
La actriz Montserrat Carulla, una de las más queridas de la escena y de la televisión catalanas, falleció ayer en Barcelona a los 90 años. La gran dama del teatro catalán, convertida en la abuela de Catalunya gracias a series como Secrets de família, Laberint d’ombres o El cor de la ciutat ya obras teatrales como Iaia!, y madre de la actriz Vicky Peña y del dramaturgo Roger Peña Carulla, murió acompañada de su marido.
Vicky Peña explica que estos meses de pandemia en los que no pudo salir a realizar su paseo diario por Rambla de Catalunya fueron desgastando a su madre, y en los últimos dos meses sufrió un bajón pronunciado. “Hacía tiempo que sufría problemas de corazón, pero aún así todavía anteayer salió a dar un paseo con su carácter y su energía habituales, tal como era”, relata.
Y añade que “ha estado rodeada de cariño y bien atendida pero estamos aturdidos aún por el golpe, porque llegábamos a su casa para acompañarla a unas pruebas médicas y nos hemos encontrado que ya no estaba”, señaló la actriz con enorme tristeza. “Era una mujer muy querida y nos consta que ha tenido una vida preciosa, fantástica, haciendo su profesión de una manera extraordinaria y disfrutándola mucho. Ha tenido amigos, la familia siempre al lado, como madre nos quería y nos protegía mucho. Y la sociedad catalana la ha querido como la abuela de Catalunya, como mujer de teatro, como mujer que ha luchado por sus ideas. Dentro de la tristeza, creemos que ha tenido una vida plena”, remarcó Peña.
Nacida en Barcelona el 19 de septiembre de 1930, Montserrat Carulla comenzó en el teatro amateur y en los cincuenta y sesenta llegaría al teatro Romea con unos Pastorets y con obras como Soparem a casa, de Josep Maria de Segarra. Después vendrían El fiscal Recasens o la adaptación de Romeo i Julieta del propio Sagarra. Sería el inicio de una trayectoria que la llevaría a Madrid un par de temporadas, para volver a Barcelona y consolidarse con montajes teatrales como La filla del mar de Guimerà, el Pigmalió de Bernard Shaw –la obra que más satisfacción le reportó–, La viuda trapella de Goldoni o la Primera història d’esther de Espriu. Ya en los noventa llegarían las exitosas puestas en escena dirigidas
LA TRISTEZA DE SU HIJA
“La sociedad la quiso como mujer de teatro y abuela de Catalunya”, dice Vicky Peña
MILITANTE
“Soy Montserrat Carulla, actriz, catalana e independentista”, dijo al recoger el Gaudí
por su yerno Mario Gas, como El temps i els Conway, Guys & Dolls, La reina de la bellesa de Leenane , donde hacía de madre de su hija Vicky, y A Little Night Music. En su última etapa teatral trabajó repetidamente con Joan Ollé en montajes como La plaça del Diamant, El quadern gris o El jardí dels cinc arbres ,yse quiso retirar de los escenarios en 2014 con la obra de su hijo Roger Peña Iaia!, interpretada junto a su nieto Aleix.
Fue una larga gira porque desde los noventa se había convertido ya en uno de los rostros más queridos y conocidos del público catalán gracias a televisión. Si en los setenta había actuado en La saga dels Rius
en Televisión Española, en TV3 se convirtió en un rostro imprescindible de Secrets de família a La Riera.
En el 2013, cuando publicó sus memorias El record és un pont al
passat, recibió el reconocimiento del mundo del cine. Comenzó actuando en la mítica Surcos de Nieves Conde en 1951 y pasaría por Cambio de sexo de Vicente Aranda, El vicari d’olot de Ventura Pons o El orfanato de Bayona. La Acadèmia del Cinema Català le entregó el Gaudí d’honor, que recibió señalando: “Soy Montserrat Carulla, actriz, catalana e independentista. Mi independentismo no va contra nadie. Admiro la lengua y la cultura del pueblo español. La quiero al lado, como amiga, en libertad”. De hecho, figuraría como número 81 en las listas de Junts pel Sí y protagonizaría una polémica al decir que Franco envió trenes de emigrantes en los sesenta para diluir la identidad catalana.
El director artístico del TNC, Xavier Albertí, afirmó ayer que fue “una actriz insuperable y única, de un rigor extraordinario, y una persona de un gran compromiso y sabiduría que decía el verso como pocas. Nos ha regalado una de las lecciones de vida más profundas de compromiso ideológico con su trabajo como actriz entendido como un instrumento de construcción y transformación de la sociedad”.