Vendiendo optimismo
Acostumbrados a dar malas noticias sobre la evolución de la pandemia, las malas perspectivas de la economía española o las persistentes trifulcas entre los diferentes partidos políticos, cuesta hallar un día en que los astros se quieran alinear para enviar un mensaje de optimismo ante tanta negritud que nos rodea. El día señalado fue ayer pues coincidieron una serie de hechos que invitan a mirar el futuro con un poquito más de ilusión, que es lo que hace más falta a todos.
Para empezar, en Estados Unidos, que para bien o para mal sigue teniendo una influencia capital en el planeta, la sucesión presidencial de Donald Trump se va consolidando de forma definitiva. A regañadientes y arrastrando los pies, el todavía inquilino de la Casa Blanca ha tenido que dar luz verde al inicio del proceso de transición. Joe Biden, mientras tanto, empieza ya a presentar a su equipo que ha tenido una buena respuesta. La visualización del relevo, unido a las noticias de los avances en las vacunas, dispararon ayer el índice Dow Jones, superando por primera vez en la historia la barrera mítica de los 30.000 puntos. En febrero, antes de la pandemia, se estuvo a punto de conseguir, pero ha tenido que ser justamente ahora, en un momento clave para la economía mundial, cuando se ha logrado este hito. Wall Street hizo de locomotora del resto de las bolsas y el Ibex, por ejemplo, superó en España los 8.000 puntos después de haber caído hace semanas a guarismos que rozaron los 6.000. Aún estamos lejos de los 10.000 puntos de antes de la pandemia, pero se ha recorrido la mitad de camino.
Y en este ambiente, el Gobierno tuvo el espaldarazo de PNV y ERC parar aprobar los presupuestos. Nunca ha estado tan cerca Pedro Sánchez de contar con tantos apoyos para asegurarle las cuentas, lo que desbroza el camino para poder aspirar a la llegada de los tan ansiados fondos europeos. Un fracaso en la tramitación presupuestaria ya provocó unas elecciones anticipadas en el 2019, algo que sería un drama en la actual coyuntura política y económica. Ahora solo falta que los datos de la pandemia evolucionen bien para terminar un poco mejor este horrible año. Más que nunca toca vender optimismo.