La Vanguardia

La pandemia recrudece la guerra entre taxistas y Cabify

Una veintena recorre las calles en busca de conductore­s de VTC que, dicen, se saltan las normas

- LUIS BENVENUTY MANÉ ESPINOSA (FOTOS)

Los hunters se comunican entre sí mediante una aplicación llamada zello que convierte tu smartphone en un walkie talkie. “Una cucaracha parada en Nicaragua con Provença desde hace un cuarto de hora”, dice un hunter. Así se hace llamar esta veintena de taxistas de Barcelona. “¿Qué hace?”, pregunta otro. “Na’... está ahí, parado, haciéndose el listo...”. “¡A por él!”, tercia un tercero. “Venga, ¡vamos! ¡a por la cucaracha!”. De este modo muchos taxistas se refieren a su principal competenci­a, a los conductore­s que ofrecen sus servicios a través de la aplicación de Cabify. “Se va a enterar el listo este...”.

Estamos en los alrededore­s de la estación de Sants. Entretanto dodad”. cenas de taxis se acumulan en la parrilla de espera de la infraestru­ctura. Un Ave procedente de Madrid está a punto de llegar. Antes de la pandemia un taxista aguardaba aquí más o menos un cuarto de hora para hacer una carrera de unos 12 euros. Ahora las esperas superan fácilmente las tres horas. La rabia, la mala uva y la frustració­n se instalan de este modo entre muchos chóferes.

En pocos segundos seis hunters frenan sus taxis y rodean este coche de alquiler con conductor estacionad­o en Nicaragua con Provença. “Y tú qué... ¿esperando el Ave?”, le dicen. “No... yo he dejado un cliente aquí mismo, hace un momento, y me he parado porque me ha llamado mi hermano desde Bolivia. ¡Tengo la aplicación apagada!”. “Siempre decís lo mismo, pero tú sabes que eso no es ver“Eso es lo que dicen en Cabify que digáis ¿verdad?”. “Tú sabes que no puedes estar en la calle esperando que te entren las reservas, que te estás saltando la norma ¡lo que haces es ilegal!”. “No, no... yo estaba hablando por teléfono con...”. “Sí, claro... ¡con tu hermano! ahora vas y se lo explicas todo a la Guardia Urbana”. “No... yo...”. “Lo que estás haciendo es robarnos el trabajo ¿entiendes?”. Pero los policías municipale­s se demoran, y a los pocos minutos los taxistas optan por empapelar el coche de su competidor con grandes pegatinas. Cuando llega la Guardia Urbana todos están ya bien lejos.

Hasta no hace mucho grupos de taxistas del palo de los hunters no tenían problemas en volcar los vehículos que considerab­an sospechoso­s. O en reventar sus vidrios. Pero la regulación de las VTC orquestada hace ya un par de años por la Generalita­t y el Àrea Metropolit­ana de Barcelona (AMB) trajo la calma. Hasta ahora. Las estrechece­s y dificultad­es de la pandemia recrudecie­ron las hostilidad­es de los taxistas hacia sus competidor­es. Unos cuantos meses atrás, en el aeropuerto, un taxista solía aguardar en la parrilla un par de horas para realizar una carrera de unos 30 euros. Ahora las esperas son de hasta cinco horas. No hay trabajo.

Y encima los ánimos llevan semanas recalentán­dose. Uber planea regresar a Barcelona en apenas unas pocas semanas, captando taxistas dispuestos a trabajar con su aplicación y a pagar la correspond­iente comisión. Ayer notificó sus intencione­s al AMB. “Hemos

NO HAY TRABAJO

Un taxi, en Sants, tardaba 15 minutos en conseguir un cliente, y ahora un par de horas

CONFLICTO EN LAS CALLES

Los ‘hunters’ rodean a los sospechoso­s, llaman a la Guardia Urbana, y si tarda en llegar...

iniciado los trámites para abrir nuestra aplicación al taxi en Barcelona –señalaron fuentes de la compañía–. Todos los taxistas que lo deseen pueden ya darse de alta en la plataforma de Uber. Queremos trabajar de la mano del sector del taxi y de las administra­ciones públicas en la recuperaci­ón del sector en Catalunya”. La multinacio­nal de San Francisco funciona de este modo en Madrid desde hace un año. Ya suman 1.500 taxistas.

Los taxistas de Barcelona estaban al tanto de los planes de Uber desde hacía semanas. Únicamente desconocía­n cuándo se precipitar­ían. “Pretenden aprovechar esta crisis para hacerse con el monopolio de la movilidad urbana –dice Alberto Álvarez, alias Tito, de Élite Taxi, la principal asociación de taxistas de Barcelona–, pero no se lo vamos a permitir. Este tipo de empresas se aprovechan de los problemas de la gente para esclavizar­la. Montaremos manifestac­iones delante todas las flotas que se avengan a trabajar con Uber. Hay alternativ­as. Muchas radioemiso­ras pueden ofrecerte tantas carreras como Uber. Esta gente viene a pescar en río revuelto”.

Las principale­s asociacion­es del sector y el Institut Metropolit­à del Taxi (Imet) acordaron la semana pasada que únicamente circule un máximo de un 60% de la flota de lunes a viernes, y del 25% los fines de semana. El objetivo es que la oferta se ajuste a una demanda que no levanta cabeza. Además, las tarifas del año que viene están congeladas.

 ?? MANÉ ESPINOSA ?? “¡Cucaracha!”. Varios taxistas empapelan un coche de alquiler con conductor al que acusan de buscar clientes de un modo ilegal
MANÉ ESPINOSA “¡Cucaracha!”. Varios taxistas empapelan un coche de alquiler con conductor al que acusan de buscar clientes de un modo ilegal
 ?? MANÉ ESPINOSA ?? Así queda finalmente el coche empapelado de pegatinas
MANÉ ESPINOSA Así queda finalmente el coche empapelado de pegatinas
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MANÉ ESPINOSA Taxistas esperando un cliente en la estación de Sants, hace pocos días

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