La Diagonal se convierte en una ratonera para el coche
El corte por obras entre Aragó y Roger de Llúria y la eliminación permanente de un carril desde Francesc Macià colapsan el tráfico
En la medida de lo posible, evite la Diagonal. Es la mejor recomendación que se le puede dar estos días a quien se mueva en coche por Barcelona. Las obras de construcción de un nuevo colector bajo la calzada central obligan a cortar la circulación en ambos sentidos de la avenida entre Roger de Llúria y Aragó desde el lunes por la noche. A ese corte temporal, previsto hasta el verano del año que viene, se suma la reducción de un carril en sentido Besòs desde Francesc Macià.
La redistribución de la calzada, hecha hace una semana para ganar seguridad en la amplitud de los carriles bus, sí que ha llegado para quedarse. Sus efectos se notan en la Diagonal y más allá, irradiando a calles transversales y convirtiendo la gran rotonda de Francesc Macià en un embudo incapaz de absorber todo el tráfico. Quedan atrapados los conductores que pretenden seguir por la Diagonal en sentido Besòs pero también todos los que pasan por allí e intentan adentrarse en la trama del Eixample o subir hasta Sarrià-sant Gervasi. Con todo, el punto más complicado ayer fue el tramo entre Muntaner y Balmes, donde la congestión se alargó durante toda la mañana.
En hora punta la circulación también se desbordó en la calle Aragó, que sufre desde la semana pasada la eliminación de un carril de coches para construir un carril bici. La zona más complicada fue entre Independència y el corte de la Diagonal, desde las siete y media hasta las nueve y media de la mañana. En general, la calle Aragó estaba ayer más congestionada que la semana pasada ya que es la vía por donde son desviados los vehículos que circulan por la Diagonal en sentido Llobregat para sortear las obras del colector. Agentes de la Guardia Urbana se desplegaron ayer en los cruces donde se iniciaba el corte para facilitar la fluidez del tráfico.
A diferencia de la hora punta, el resto del día seguramente sirvió a muchos conductores para comprobar que seguramente vayan más rápido por Aragó que por la Diagonal si lo que pretenden es cruzar la ciudad. Algunos buscarán otras calles que les sean más cómodas para su recorrido y otros dejarán el coche porque tardan demasiado. Es la clásica evaporación de la circulación que se produce ante cualquier cambio en la movilidad de la ciudad, que en un primer momento resulta chocante y atrapa a los conductores pero luego acaba siendo asimilada y la circulación se redistribuye por el resto de calles. De manera inmediata, el Ayuntamiento ya advierte a los conductores que prevean un tiempo adicional de viaje.
El cóctel de obras en el que está inmersa la ciudad se completa con la ampliación de aceras de la ronda Universitat. En este caso la afectación a la circulación no es tan grande debido al menor número de vehículos que pasan por allí, pero la reducción de cuatro a dos carriles también se nota. Otros cambios importantes que ya se han ejecutado son los carriles bus dobles de la Gran Via, entre paseo de Gràcia y Marina, y la Diagonal, entre Pius XII y Zona Universitària. Este último lo pintaron en la noche del lunes al martes y ayer por la mañana ya lucían las obras finalizadas. Esta actuación permite a los buses que salen de Barcelona poder adelantar a los que están haciendo parada.
El tramo de la avenida entre Muntaner y Balmes en sentido Besòs es el que registra mayores retenciones