La imagen de la mujer toma las tablas del TNC y el Lliure
Marilyn, Hedy Lamarr y Eva Lyberten suben a escena
En el día que una mujer fuerte como Montserrat Carulla ha hecho el mutis definitivo, su salida es escena final, otras tres actrices fuertes suben a los escenarios barceloneses. En dos obras que giran en torno a la identidad, la imagen y el cuerpo de la mujer. Y la mirada y condicionantes que ha proyectado sobre ellos la sociedad.
El Teatre Nacional de Catalunya estrena hoy Lamarr-monroe, el imaginario encuentro entre dos intérpretes, Marilyn Monroe y Hedy Lamarr, que fueron publicitadas como las mujeres más bellas de sus tiempos, pero que eran mucho más: Lamarr creó un sistema de salto de frecuencia para guiar de los torpedos en la Segunda Guerra Mundial sin que fueran interceptados que abrió el camino que lleva al wifi actual. Sin embargo, el ejército estadounidense no le hizo ni caso y la puso a vender bonos de guerra subastando sus besos en actos públicos.
Y en el Lliure mañana se estrena Una, dirigida por Raquel Cors y protagonizada por uno de los mitos de la época del destape, la barcelonesa Eva Lyberten, que jovencísima pasó por películas como La caliente niña Julietta ,la portada de Interviú y por la movida madrileña, y que llevará a las tablas la tensión entre el gesto liberador que suponía en la Transición desnudarse y apostar por la libertad y el placer –“yo quería expresar el arte del desnudo porque nuestro verdadero traje es la desnudez, piel, carne y huesos, con ella vinimos y nos iremos aunque nos pongamos trajes, máscaras”, señala Lyberten– frente al peligro de quedar cosificada por las miradas retrógradas y patriarcales.
Miradas como en las que están atrapadas Marylin o Hedy Lamarr. “Lamarr-monroe habla de dos iconos brutales de la industria cinematográfica en Occidente y trata de entender cómo hemos tratado las iconografías sexuales y el deseo”, señala el director del TNC, Xavier Albertí. El autor de la pieza, Carles Batlle, imagina un encuentro plausible entre las actrices días antes del suicidio de Marilyn para “abordar temas con eco hoy: la condición de la mujer, el paso del tiempo, la pérdida de la juventud, la fama efímera”.
Protagonizada por Laura Conejero y Elisabet Casanovas, el director del montaje, Sergi Belbel, señala que “denuncia un sistema injusto donde la mujer no es tratada como persona, sino como objeto de deseo, y cuando cumple más de 40 años es olvidada”. Porque cuando ambas actrices se encuentran Lamarr ya tiene arrugas y ha caído casi en el olvido. Sin embargo, su invento para dirigir torpedos, señala Belbel, “generó una industria donde si hubiera mantenido los derechos habría acabado multimillonaria y no en la ruina y robando cosméticos en un supermercado”. Conejero apunta que “aún hoy cuando ves una mujer atractiva que desarrolla una actividad intelectual piensas: podría ser modelo”.
En ese sentido, Eva Lyberten, nacida como Herminia Benito en Barcelona en 1958, se atrevió a romper moldes en la Transición y la directora Raquel Cors quedó fascinada al conocer su vivencia, que ahora lleva al Lliure. “Quería escuchar en primera persona lo que supone poner el cuerpo en esas imágenes que protagonizó y, ahora que va a cumplir 62 años, saber cómo las mira y resignifica”, dice la directora que ha devuelto a Eva/herminia a las tablas. Lyberten le ha abierto a Cors el baúl de sus imágenes, todas las Evas y Herminias Benito posibles en fotos, dibujos, películas, y con ellas se va en la obra desde Eva a lo colectivo, a otras vidas y mujeres. “Hay una dialéctica toda la pieza entre Eva como icono del cine erótico y lo que es la mujer real, Herminia”, señala Cors, hija de la también directora Sílvia Munt, y añade que “hay reflexiones sobre su cuerpo ahora, su relación con su sexualidad, con el pasado. Ella se ha buscado en estas imágenes y a la vez ha huido del reflejo que le retornaban, queriendo emanciparse”. En ese sentido, Lyberten concluye que mirar a su Eva hoy es “honrar que tenemos la capacidad todo el tiempo de crear nuestras historias, guiones y personajes. Y también de soltarlos”.
La obra ‘Una’ está protagonizada en el Lliure por un mito del cine del destape, Eva Lyberten