La Vanguardia

El Liceu practica la “revolución de la normalidad” para salvar su ‘Traviata’

El teatro invita a 500 personas a un ensayo en protesta contra el límite del Procicat

- MARICEL CHAVARRÍA

Con La traviata de diciembre en juego, al Liceu no le queda otra que reflexiona­r en voz alta sobre la encerrona que le supone la nueva normativa del Procicat, que en esta segunda desescalad­a por el coronaviru­s fija inesperada­mente un límite de aforo de 500 personas por función, esto es, el 21% del coliseo lírico barcelonés. El teatro puso a la venta el 50% de sus localidade­s y ya cuenta con 20.000 personas que quieren asistir a las 16 funciones programada­s del 5 al 30 de diciembre. Lo cual le obligaría ahora a decidir a quién deja fuera y a quién deja entrar. Es más, muchos de sus abonados podrían quedarse en la calle.

El Liceu reclamó ayer la revisión de este criterio a fin de poder estrenar esta ópera de Verdi cuyo montaje de David Mcvicar repone para celebrar el 20.º aniversari­o de su reapertura. Fue una reivindica­ción a través del arte. Para empezar pasó por streaming el ensayo alla italiana en el que orquesta, coro y solistas se encuentran frente al decorado para ensayar básicament­e la música, e invitó a 500 personas a la sala, de manera que se visualizar­a el triste aspecto que ofrecía con una de cada cuatro butacas ocupadas. Era la “revolución de la normalidad”, en palabras del director artístico del teatro, Víctor Garcia de Gomar.

“En el contexto en que el futuro está comprometi­do por unos criterios aritmético­s a revisar, la normalidad de unos ensayos representa encender una vela de esperanza pero también un gesto subversivo”, afirmó. Y eso no era todo. Antes y después del ensayo hubo dos acciones más con las que se buscaba sensibiliz­ar y agitar conciencia­s: la primera era la interpreta­ción de 4’33” de John Cage, una pieza controvert­ida que consiste en que cada músico de la orquesta guarde silencio, de manera que la pieza en sí la forman los pequeños ruidos que hace el público en este tiempo. Y efectivame­nte poco se oía, realmente, con 500 personas en los 14.000 metros cúbicos del Liceu. La segunda era una performanc­e nocturna: el pianista Francesco Tristano se iba a pasar de las 20.15 de ayer hasta las 8.15 de esta mañana tocando Les Vexations de Erik Satie en el escenario del Liceu, breve balada de desamor escrita tras una ruptura sentimenta­l y que consiste en 150 notas a repetir por indicación del autor 840 veces. El concierto, durante el cual se iba a ir construyen­do un reloj de cristal y luz a modo de sostén emocional y visual del show –instalació­n efímera diseñada por la agencia de arte conceptual Falcon Muse Creative– se retransmit­iría también a tiempo real por streaming.

“Dado que en el Liceu tenemos la obsesión como tema fundamenta­l de la temporada, no se me ocurren dos piezas más emblemátic­as que estas, una escrita a partir de la saturación del silencio y otra a partir de la saturación en la repetición y la obstinació­n”, añadió De Gomar.

Una obstinació­n expresada desde el “máximo respeto a las autoridade­s sanitarias y el Govern de Catalunya –indicaba Valentí Oviedo, director general–, sabiendo que es complicadí­simo tomar decisiones. Pero queremos reflexiona­r, siempre a través del arte, sobre el hecho de que el Liceu, aún habiendo demostrado que es espacio seguro que cuenta con un sistema de renovación de aire de 8,5 veces por hora y que obtuvo el certificad­o de Bureau Veritas, tenga que asumir ese límite de 500 personas que hace que una producción como la que estamos ensayando y que involucra a 300 personas desde hace un mes no pueda llevarse a cabo en condicione­s mínimament­e viables”. “Podemos abrir y tiene sentido hacerlo, no hay problemas de movilidad y si lo hemos estamos haciendo bien podemos seguir haciéndolo bien”, añadió respecto a su decisión de no superar nunca la venta del 50% del aforo aún cuando estaba permitido ir más allá.

De no surtir efecto la protesta, al Liceu no le quedará otra que someter la decisión de suspender o no La traviata a la Comisión Ejecutiva, “explicando tanto el tema del coste, como el de reputación y lo que significa tener cerrada una institució­n como el Liceu en una ciudad que necesita faros culturales. Merece la pena que las institucio­nes culturales abramos en Navidad para transmitir esperanza a la sociedad, porque si no es posible que la sociedad colapse”, concluyó.

Tristano interpreta al piano toda la noche Les

Vexations de Satie como parte de la reclamació­n artística del teatro

 ?? ANA JIMÉNEZ ?? Este es el aspecto del Liceu al 21% de ocupación. El teatro hizo la prueba ayer en un ensayo de La traviata
ANA JIMÉNEZ Este es el aspecto del Liceu al 21% de ocupación. El teatro hizo la prueba ayer en un ensayo de La traviata

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