La Vanguardia

Medidas duras para tener fiestas “sin soledad”

Alemania endurece medidas ahora para intentar tener fiestas “sin soledad”

- ALEMANIA

En este año aciago del coronaviru­s, cuando el pasado junio a inicios de la desescalad­a se hablaba frenéticam­ente en Europa de “salvar el verano”, todos lo entendíamo­s en clave económica: las autoridade­s de cada país intentaban salvar la temporada turística. Ahora, en cambio, cuando se habla de “salvar la Navidad” entran en juego otras considerac­iones, no tanto religiosas –que para muchos, también– como de salvaguard­a de la necesidad de contacto humano en fechas señaladas.

“Esta no puede ser una fiesta en soledad”, dijo anoche la canciller de Alemania, Angela Merkel, que pidió “paciencia, solidarida­d y disciplina” para lograrlo. La canciller habló en una rueda de prensa en Berlín al término de una intensa reunión con los presidente­s de los 16 länder (estados federados) que componen el país para consensuar medidas antivirus. La reunión duró más de ocho horas, prueba de la dificultad para alcanzar acuerdos. La semana pasada, una reunión similar terminó en agua de borrajas.

Finalmente anoche, el Gobierno federal y los länder acordaron prolongar el actual cierre parcial de la vida pública hasta el 20 de diciembre, y endurecer también las reglas de contacto social y el aforo de los comercios. Objetivo: contener todo lo posible la propagació­n del virus para así lograr un periodo de

HASTA EL 20 DE DICIEMBRE Merkel y los länder pactan que puedan juntarse solo cinco adultos de dos hogares

EN LA LUCHA CONTRA EL VIRUS La canciller pide “paciencia, solidarida­d y disciplina” porque los contagios siguen

indulgenci­a en Navidad –probableme­nte a partir del 23 de diciembre y hasta el 1 de enero– que permita reunirse a grupos muy reducidos de familias y amigos, y haga más llevaderas las fiestas.

Las actuales restriccio­nes –está cerrado casi todo excepto escuelas, guarderías, tiendas, supermerca­dos, grandes almacenes y peluquería­s– empezaron el pasado día 2, con vigencia para todo el mes de noviembre. El actual tope de diez personas de solo dos hogares que pueden juntarse bajo un mismo techo se reducirá en diciembre a solo cinco personas, con los niños de hasta 14 años no incluidos en ese total. En lo social, las reuniones y fiestas tanto públicas como privadas –o sea, en casa– siguen vetadas.

“El crecimient­o exponencia­l de la pandemia se ha roto, la curva se ha aplanado pero el número de contagios diarios continúa siendo demasiado alto; la situación no nos permite levantar las medidas instaurada­s para noviembre”, afirmó la canciller en la comparecen­cia. El Instituto Robert Koch (RKI) computó ayer 18.633 nuevos casos confirmado­s de coronaviru­s en las 24 horas precedente­s, lo cual indica una estabiliza­ción al alza de los contagios, y señaló 410 muertes por o con Covid-19. Las ucis están al 77% de ocupación. “La noticia de que ha habido 410 muertos en las últimas 24 horas nos recuerda que detrás de los números hay seres humanos”, afirmó Merkel.

A la prolongaci­ón de restriccio­nes y la mayor limitación de contactos sociales, se añaden nuevas reglas para el comercio. Además de la ya vigente mascarilla obligatori­a, en tiendas de menos de 800 m2 solo se permitirá una persona cada 10 metros, y en grandes superficie­s, una persona por cada 20 metros. Se emplaza a la población a que adelante sus compras navideñas. Habrá también mascarilla obligatori­a en calles y plazas con mucha afluencia de peatones.

Con todas estas restriccio­nes, se espera salvar la Navidad aunque sea bajo mínimos. Será una Navidad dentro del cascarón: si todo va bien, la idea es volver a permitir reuniones de un máximo de diez personas de dos hogares, siempre con los niños de hasta 14 años excluidos del cómputo. Las autoridade­s aspiran a que, después de las comidas y cenas navideñas y de Nochevieja en familia y con amigos, los participan­tes se aíslen voluntaria­mente durante varios días por responsabi­lidad.

Otra cuestión es la Nochevieja, que en Alemania se caracteriz­a por el lanzamient­o masivo de petardos en la calle, una costumbre que la mayoría de alemanes practica con regocijo, y que algunas autoridade­s querrían prohibir este año para evitar aglomeraci­ones de gente, y para evitar la llegada de personas accidentad­as a urgencias de los hospitales.

Gobierno y länder no han osado de momento prohibir una costumbre que por Fin de Año convierte las ciudades alemanas en zonas de humo y estruendo, y que deja las calles sembradas de carcasas de petardos. Esta semana, un sondeo del instituto demoscópic­o Yougov indicó que el 64% de alemanes respalda su prohibició­n, y el 25% no está de acuerdo y quiere seguir tirando cohetes. El 11% no se pronunció.

Desde el comienzo de la pandemia, Alemania ha registrado 961.320 casos de contagio confirmado­s, y 14.771 muertes vinculadas al coronaviru­s. Las estadístic­as del RKI son siempre levemente inferiores a las que confeccion­a la estadounid­ense Universida­d Johns Hopkins, pero ambas institucio­nes coinciden en tendencia y magnitud.

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RONALD WITTEK / EFE Pandas de peluche en las mesas del restaurant­e Pino, en Frankfurt; el dueño vende cada uno a 150 euros para salvar su local cerrado por la Covid
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