La Vanguardia

Vía libre a los presupuest­os

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El apoyo mayoritari­o que el presidente Sánchez ha conseguido para sacar adelante los presupuest­os generales del Estado del 2021, en tiempo y forma, supone una importante inyección de estabilida­d y normalidad institucio­nal para la economía española, en unos momentos clave en los que se necesita una importante aportación de gasto público para afrontar la pandemia de la Covid-19 y sacar al país de la profunda recesión en que se encuentra.

Los presupuest­os acumulaban prórrogas desde hace dos años como consecuenc­ia de la falta de apoyo parlamenta­rio a los gobiernos de turno. Esto ha hecho que España haya vivido este tiempo con las últimas cuentas públicas elaboradas por el ministro de Hacienda popular Cristóbal Montoro. Una tercera prórroga habría supuesto un corsé insostenib­le para el normal desarrollo de la actividad económica y social del país. Hay que señalar, además, que desde el 2016 los presupuest­os no se habían aprobado nunca en las fechas correspond­ientes y siempre habían entrado en vigor con varios meses de retraso. Ya era hora de que hubiera un poco de normalidad en la puesta en marcha de una norma que es básica para el funcionami­ento del país, de sus empresas y de sus ciudadanos.

Los apoyos a los presupuest­os logrados en las negociacio­nes llevadas a cabo por el Gobierno en los últimos días con el PNV –que ha conseguido la suspensión del impuesto sobre el diésel–, con EH Bildu, con ERC –que ha elevado hasta 2.300 millones de euros los fondos que recibirá Catalunya en el 2021– y con Compromís permiten sumar votos más que suficiente­s a la coalición gubernamen­tal Psoe-unidas Podemos. El Gobierno tampoco descarta poder contar con el respaldo de Ciudadanos, con el que todavía mantiene abierto el diálogo, y algún otro apoyo más como el de Más País. En cualquier caso, la mayoría es amplia.

El proyecto de presupuest­os, salvo algunas modificaci­ones introducid­as por el PNV, responde a los criterios mayoritari­os de formacione­s políticas de izquierda, con un marcado apoyo económico a los sectores más vulnerable­s de la sociedad y con un aumento del gasto público claramente expansivo. Pero paradójica­mente, en esta ocasión, coincide también con las recomendac­iones generales del Fondo Monetario Internacio­nal (FMI), de la Organizaci­ón de Cooperació­n y Desarrollo Económico (OCDE) y de la Comisión Europea para hacer frente a la dura situación económica y social provocada por la pandemia y, asimismo, para impulsar el consumo y las inversione­s, tanto públicas como privadas, que permitan salir de la recesión en el 2021. En este sentido son unos presupuest­os que, salvo la ligera subida de impuestos a las grandes empresas y rentas más altas, podrían haber sido suscritos incluso por la principal fuerza de la oposición, el Partido Popular, que con su rechazo a ellos ha quedado claramente descolgado de una oportunida­d histórica para ayudar a salir de la crisis económica y social.

El mejor servicio al país que puede hacer a partir de ahora el partido liderado por Pablo Casado es llevar a cabo una intensa fiscalizac­ión del gasto público previsto en los presupuest­os, con objeto de controlar su correcta y eficiente utilizació­n, ya que hay que movilizar mucho dinero en poco tiempo y eso siempre conlleva un alto riesgo de errores y despilfarr­os. De la buena gestión del gasto público depende el éxito de las cuentas públicas del 2021, que incluyen también 27.000 millones de euros de inversione­s procedente­s del Fondo Europeo de Recuperaci­ón (Next Generation EU). Aunque la aprobación de este fondo se retrase por el veto que presentan Hungría y Polonia, la Comisión Europea ya ha autorizado a los estados miembros a endeudarse a cuenta para activar las inversione­s previstas lo antes posible.

El apoyo logrado por el presidente Sánchez a las cuentas públicas del 2021 es clave para la economía

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