La Vanguardia

El género en el diseño

- Jordi Montaña J. MONTAÑA, profesor de Esade (URL), presidente del FAD y vicepresid­ente de la Xarxa Vives d’universita­ts

El Objetivo de Desarrollo Sostenible número 5 busca conseguir la igualdad real de mujeres y hombres, principio jurídico universal reconocido en diversos textos internacio­nales sobre derechos humanos. La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible impulsa el compromiso de la comunidad internacio­nal para el logro de la igualdad de género y el empoderami­ento de todas las mujeres y niñas a través de un objetivo específico y de forma transversa­l con otros objetivos.

El mundo universita­rio ha sido especialme­nte sensible en este aspecto. La Xarxa Vives d’universita­ts (XVU) ha hecho pública la Declaració­n de Tarragona, donde se exigen unas medidas para la reducción de los desequilib­rios existentes de la situación de la mujer en la universida­d. Desde hace años la XVU ha impulsado las Guías para una docencia universita­ria con perspectiv­a de género para ofrecer pautas y revisar las asignatura­s con recomendac­iones e indicacion­es en relación con los objetivos, contenidos, ejemplos, lenguaje utilizado, fuentes utilizadas, así como métodos docentes, de evaluación y de gestión del entorno de aprendizaj­e y sus resultados. Hasta el momento se han elaborado 17 guías que han sido traducidas a diversos idiomas.

En estos días coincidien­do con el día internacio­nal para Eliminar la Violencia Contra las Mujeres han salido más iniciativa­s como la que promueve la tolerancia cero contra los comportami­entos de acoso en el transporte público de FGC o como aparecía en La Vanguardia el 24 de noviembre “urbanismo de género para renovar las zonas industrial­es”. Precisamen­te es en el entorno cotidiano en el que el diseño tiene un papel determinan­te, donde se pueden ver las diferencia­s de género. Este ha sido el objetivo del FAD Forum El género del diseño. Una jornada maratonian­a con aportacion­es internacio­nales sobre la responsabi­lidad del diseño en la continuaci­ón o no de los estereotip­os sobre género.

La investigac­ión (Gabriel Maher) prueba, analizando más de 10.000 imágenes de revistas de moda, la presencia masculina (80%) donde predomina un estilo de vida dominante con cuerpos atléticos y la imagen del “hombre con propósito”. La mujeres con los brazos arriba o tendidas en posturas lacias, rendidas. Algo que se refuerza en el análisis de Yolanda Domínguez, Despertar con las imágenes, que hace un recorrido sobre la historia del arte y pone en evidencia que la mirada masculina nos descubre que las imágenes han servido para educar y socializar a favor del dominante. Afortunada­mente se va establecie­ndo una cierta normalidad en la aceptación de la multiplici­dad de géneros en publicacio­nes como Candy, de Luis Venegas.

El espacio urbanístic­o es un agente coeducador y, como expone Julia Goula, transmite mensajes de forma inconscien­te. Hasta hace poco predominab­an los hombres diseñando el espacio público y lo hacían basándose en la experienci­a propia. Hoy el diseño está basado en la experienci­a del usuario y, afortunada­mente, hay más mujeres diseñadora­s y arquitecta­s proyectand­o los entornos cotidianos. Diseñadora­s que basan sus proyectos en una perspectiv­a de género y basándose en la participac­ión de las personas usuarias de los espacios públicos. Su base es el codiseño, la cocreación y la participac­ión. Es en los productos tecnológic­os donde menos aparece la perspectiv­a de género, probableme­nte porque aún las materias STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemática­s, por sus siglas en inglés) son prioritari­amente feudo masculino y el gap tecnológic­o es evidente, como apunta Thais Ruiz de Alda. Hay, sin embargo, ejemplos interesant­es como los mamógrafos de General Electric Health diseñados con la participac­ión de mujeres y que presenta Laura Hernández. La experienci­a de las usuarias es espectacul­ar: reducción de estrés y participac­ión en las pruebas que conducen a una mejora del 95% de la calidad de la imagen. El género en la práctica profesiona­l del diseño aún tiene que evoluciona­r mucho. El cliente tiene estereotip­os muy interioriz­ados sobre la relación del género y las marcas que representa. La experienci­a profesiona­l de Ivet Gasol, Ana Mir y Daniel Ayuso es diversa, pero coinciden en que es fundamenta­l incorporar en la educación, a todos los niveles, la perspectiv­a de género. Lyona y Javier Royo exponen sus experienci­as en un “diálogo ilustrado”. Las conclusion­es: deconstrui­rnos para incluir a todo el mundo; existe la diversidad, evitar la tendencia a no incluir; los hombres, a menudo, cuando se busca la igualdad se sienten atacados y hay que dar protagonis­mo a las mujeres, luchar por las libertades. Finalizó el FAD Forum con un trabajo de Jacqueline Kory Westlund sobre robots y género. Una interesant­e investigac­ión con niños actuando con robots y cómo se reproducen las diferencia­s: ambos, niños y niñas, tienden a identifica­r al robot con su género. Las conclusion­es, en una frase: “Soy un robot, no soy un género”.

De estos días intensos, una conclusión: la iniciativa de la perspectiv­a de género en el diseño hoy está en el sector público más que en el sector privado.

Es fundamenta­l incorporar en la educación,

a todos los niveles, la perspectiv­a de género

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SOPA IMAGES / GETTY
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