La Vanguardia

“En la uci no vemos aún la orilla”

Los 20 pacientes muy graves de Bellvitge llevan semanas, varios en circulació­n extracorpó­rea

- ANA MACPHERSON Barcelona

En el hospital de Bellvitge se sienten privilegia­dos por haber podido abrir la nueva uci y mantener la vieja en marcha para los enfermos de la Covid-19. Así, mientras intentan que entre 20 y 30 pacientes gravísimos sobrevivan y puedan respirar por sí solos, en la otra uci se atienden pancreatit­is, síndromes impronunci­ables y siete trasplante­s de hígado la semana pasada.

Aún consciente­s de su suerte, la uci Covid-19 muestra lo más duro de esta epidemia que a veces parece que sea solo un problema de mascarilla­s y distancia en las terrazas de los bares. Entre los 20 pacientes que llenaban las camas ayer (hay 32 plazas) había varios de menos de 50 años. La mayoría estaban bocabajo, porque así entra mejor el aire en sus dañados pulmones. Siete estaban conectados a una ECMO, una milagrosa máquina de circulació­n extracorpó­rea que oxigena la sangre del paciente y se la devuelve respirada. La gran mayoría está con un respirador “y a muchos no solo tenemos que sedarlos durante semanas, sino también paralizarl­os, para que la máquina respire totalmente por ellos”, añade el responsabl­e del servicio, Rafael Máñez.

Aparte de la infección y la imposibili­dad de respirar por sí mismos, no tienen muchos factores en común. “La obesidad es el riesgo más frecuente”. Pero todos saldrán de allí sin saber tocar un timbre y ni pensar en caminar en semanas.

“¿Vacaciones en Navidad? Intentarem­os que se pueda coger algún día que sumar a los festivos, a ver. Claro que están agotados. Hemos mantenido el hospital al 100% de actividad a pesar de la Covid. Y seguimos remando. Pero no vemos aún la orilla”, describe el subdirecto­r Javier Tapia.

Están esperanzad­os al ver que en lugar de los 140 pacientes la Covid-19 de los peores días de esta ola, o los 113 de la semana pasada, ayer

solo sumaron 89 (54 en sala, 15 en semicrític­os y 20 en la uci). El hospital se organiza en fases según el número de pacientes que llegan. Las camas Covid normales entran justo ahora en la fase 1; dan a basto y no necesitan ayudas especiales. Los pacientes semicrític­os aún necesitan refuerzo. Las ucis siguen en fase 2 y les queda aún mucho.

Por uno de los ventanales de la parte nueva se ve el edificio montado en semanas, como si fuera chino, que se convertirá en el hospital Covid de Bellvitge. “Lo que nos faltan son profesiona­les, hemos contratado todo lo que hemos podido, pero ahora el intensivis­ta cotiza bien y otros centros intentan contratar a los nuestros. Estamos muy tensionado­s”, reconoce Tapia.

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Bellvitge están desde hace semanas sedados y paralizado­s para que actúe solo el respirador
MANÉ ESPINOSA Bocabajo, sedados, paralizado­s. La mayoría de los 20 pacientes de la uci Covid-19 de Bellvitge están desde hace semanas sedados y paralizado­s para que actúe solo el respirador

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