Meghan sufrió un aborto en julio
La duquesa de Sussex desvela su pérdida en una carta en ‘The New York Times’
“Fue una mañana de julio. Preparo el desayuno. Doy de comer a los perros. Tomo vitaminas. Encuentro el calcetín que falta. Tomo el lápiz rebelde que rodó debajo de la mesa. Me recojo el pelo en una cola de caballo antes de sacar a mi hijo de su cuna”, relata Meghan Markle sobre la mañana en que sufrió un aborto espontáneo del bebé que esperaba junto a su marido, el príncipe Enrique de Inglaterra.
La duquesa de Sussex ha desvelado este traumático acontecimiento en una carta en The New York Times. “Después de cambiarle el pañal, sentí un fuerte calambre. Me dejé caer al suelo con él en mis brazos, tarareando una nana para mantenernos a los dos tranquilos. Sabía, mientras abrazaba a mi primogénito, que estaba perdiendo al segundo”, ha desvelado sobre un segundo embarazo que la pareja no había desvelado.
En su larga carta, la exactriz relata que “horas después, yacía en una cama de hospital, sosteniendo la mano de mi esposo. Sentí la humedad de su palma y besé sus nudillos, mojados por nuestras lágrimas. Mirando las frías paredes blancas, mis ojos vidriosos. Traté de imaginarme cómo nos curaríamos”.
Dice que entonces recordó un momento del año pasado en su gira por Sudáfrica. Ella “estaba exhausta” y “amamantando a nuestro hijo pequeño”, pero intentaba mantener una cara valiente ante los ojos del público. “’¿Estas bien?’ me preguntó un periodista. Le respondí con sinceridad, sin saber que lo que dije resonaría en tantas nuevas mamás y mayores, y cualquiera que, a su manera, hubiera estado sufriendo en silencio. Mi respuesta espontánea parecía dar permiso a las personas para decir su verdad”.
“‘Gracias por preguntar’, dije. ‘No mucha gente me ha preguntado si estoy bien’”. Entonces, “sentada en una cama del hospital, viendo cómo se rompía el corazón de mi esposo mientras trataba de sostener los pedazos rotos del mío, me di cuenta de que la única forma de comenzar a sanar es preguntar primero: ‘¿Estás bien?’”.
La pareja dio la bienvenida a su primer hijo, Archie, en mayo de 2019, cuando aún eran representantes de la familia real británica, privilegio al que renunciaron públicamente en enero del 2020.
“Perder un hijo significa cargar con un dolor casi insoportable del que pocos hablan”, explica la duquesa de Sussex, que prosigue: “Este año nos ha llevado a muchos a nuestro punto crítico. La pérdida y el dolor nos han afectado a todos, en momentos tensos y debilitantes”. Meghan habla también del movimiento Black Lives Matter: “Breonna Taylor se va a dormir, tal como lo hacía todas las noches, pero no vive para ver la mañana porque una redada policial sale terriblemente mal. George Floyd sale de una tienda de conveniencia, sin darse cuenta de que tomará su último aliento bajo el peso de la rodilla de alguien, y en sus momentos finales, llama a su mamá. Las protestas pacíficas se vuelven violentas. La salud se convierte rápidamente en enfermedad. En lugares donde hubo comunidad, ahora hay división”, expone.
Para el día de Acción de Gracias, que hoy se celebra en EE.UU., pide compromiso para preguntar al familiar, amigo o vecino si está bien, aunque sea en la distancia. “Por primera vez, en mucho tiempo, como seres humanos, nos estamos viendo de verdad. ¿Estamos bien? Lo estaremos”, concluye.
“Sabía, mientras abrazaba a mi primogénito, que estaba perdiendo al segundo”, explica