La Vanguardia

Una crisis que cambia hábitos

La situación actual de pandemia ha ralentizad­o la toma de decisiones de los propietari­os de los inmuebles

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En tiempos de crisis, hay sectores que por su actividad resisten de forma más flexible la presión actual a la que toda actividad está sometida. Entre estas se encuentran las denominada­s

actividade­s esenciales, siendo una de ellas las empresas de ascensores, que deben continuar con las prestacion­es de servicio con la máxima normalidad.

LA MOVILIDAD, ESENCIAL

Los ascensores deben seguir funcionand­o cumpliendo su acometido social, la movilidad en los edificios es esencial, y el trabajo de las empresas; así, su función ha sido y es prestar sus servicios de mantenimie­nto, averías y reparación de los ascensores de forma activa, a sus clientes y comunidade­s de propietari­os, trasmitien­do fiabilidad y seguridad.

El ascensor es una máquina y como tal precisa de un mantenimie­nto y de resolver las averías que se produzcan en función de su uso antigüedad, así como realizar las reparacion­es, modificaci­ones y modernizac­iones que se determinen para mantener sus condicione­s de seguridad y confort.

Este mantenimie­nto viene regulado por una exigente normativa que marca el plazo en que deben realizarse las revisiones, en función del tipo de ascensor, sin olvidar que el personal técnico de las empresas debe estar debidament­e cualificad­o para intervenir.

Por otro lado, las inspeccion­es periódicas las realiza un organismo de control autoy rizado, y los plazos son 2, 4 o 6 años, dependiend­o del edificio donde esté ubicado el ascensor.

Esta normativa también tiene su mención para los titulares y propietari­os, señalando sus obligacion­es. Las principale­s son mantener los ascensores en buen estado, así como disponer de un contrato con una empresa conservado­ra registrada y designar un organismo de control para realizar la inspección reglamenta­ria.

DECISIONES INAPLAZABL­ES

La situación actual de pandemia ha ralentizad­o la toma de decisiones de los propietari­os de los inmuebles. Por otra parte, la dificultad de mantener reuniones presencial­es ha implicado que queden postergada­s aprobacion­es de trabajos de reparación o modificaci­ón en las instalacio­nes.

Desde el Gremio de Ascensores reseñamos que es necesario que las comunidade­s de propietari­os tengan presente que, para garantizar la seguridad de los ascensores, deben corregirse los posibles defectos que surjan de una inspección reglamenta­ria, cuyos vencimient­os están regulados por normativa y no es posible aplazar. Si son defectos graves, deben solucionar­se en un máximo de seis meses y destacar que no solucionar­los puede conllevar a dejar fuera de servicio la instalació­n.

Algunas de las deficienci­as implican realizar intervenci­ones de mediana o gran envergadur­a, y conviene en estos casos que los propietari­os encuentren la manera de someterlo a aprobación.

El ciclo de vida útil de los componente­s de los ascensores crea una necesidad de actualizac­ión, ya sea total o parcial, que no es aconsejabl­e interrumpi­r, y menos por periodos largos, como podría darse el caso en la situación actual.

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Su ascensor es tratado de forma segura, su empresa de ascensores utiliza todas las medidas de seguridad que la situación de emergencia requiere
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Las inspeccion­es están reguladas por normativa
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