¿Por qué llegaron a insultarse Juan Ramón Jiménez y Salvador Dalí?
Cuando Federico García Lorca, Luis Buñuel y Salvador Dalí coincidieron en la Residencia de Estudiantes de Madrid, una de las figuras clave del ámbito cultural, residente ocasional y muy influyente, era el poeta Juan Ramon Jiménez (JRJ).
No es extraño pues que cuando Buñuel y Dalí se acercaron al surrealismo, su referente pasó a ser el otro Ramón, Gómez de la Serna, cuya greguerías estaban en el polo opuesto a la poesía pura de JRJ, entonces ejemplificada en su obra Platero y yo.
A finales de 1927 Dalí se refiere ya al “éxtasis ñoño sentimental y antipoético” de JRJ, a quien califica de “jefe de los putrefactos españoles”. La escalada de insultos al poeta de Moguer culminó en enero de 1929 cuando Dalí y Buñuel le escriben una carta: “Nos creemos en el deber de decirle –sí, desinteresadamente– que su obra nos repugna profundamente por inmoral, por histérica, por cadavérica, por arbitraria. Especialmente: ¡¡MERDE!! Para su Platero y yo,
para su fácil y mal intencionado Platero y yo, el burro menos burro, el burro más odioso con que nos hemos tropezado…”.
Y la respuesta de JRJ no se hizo esperar: “… ustedes son además de unos surréalistes, unos majaderos y unos cobardes. Porque al escribir en esa jerga francocatalana, ni siquiera saben ustedes ponerse a hacer en español sus más imperiosas necesidades (…) mis amigos se alegran mucho de su carta y juzgan que ustedes han hecho bien en expeler en ella el vivo retrato de los dos” (la carta fue hallada en los fondos del poeta y no se puede asegurar que fuese enviada).
JRJ no podía entender que aquellos chicos “magníficos” a los que poco antes había recibido, “al día siguiente me insultan de la manera más grosera”. Gracias a la reciente biografía de su mujer, Zenobia Camprubí, sabemos que un tío suyo poseía una casa de veraneo en la playa de Montjoi (Roses). Y que Zenobia estuvo al menos los veranos de 1910 y 1911. Lo atestiguan varias fotos, pero no sabemos si volvió. Nada indica que lo hiciera acompañada por JRJ, a quien conoce en 1913, pero bien pudo haber sucedido. Y, por qué no, pudo haber sido tema de conversación entre Dalí y JRJ. Nunca sabremos a que se refería Dalí cuando dijo que JRJ “nos había recibido sentimentalmente”. ¿Hablaron de la casa que el tío de su mujer, el militar Josep Camprubí Escudero, tenía en Montjoi y de la casa de los Dalí en Cadaqués, separadas en línea recta por menos de 4 km? Lo único que sabemos es que tras estos insultos no volvieron a hablarse.