La Vanguardia

Los asesinos de la enfermera le pidieron hora para matarla

Una compañera de trabajo señaló como objetivo a la víctima para robarle dos cajas fuertes y urdió un plan criminal con su marido

- TONI MUÑOZ

Los Mossos d’esquadra detuvieron el pasado lunes a cuatro personas que supuestame­nte urdieron y ejecutaron el asesinato de una enfermera de Girona con el objetivo de robarle el dinero que escondía en dos cajas fuertes. Así consta en los autos dictados por el juez en los que decreta su ingreso en prisión y a los que ha tenido acceso La Vanguardia. Los arrestados concertaro­n una cita médica con la víctima para acceder a su domicilio, apoderarse del botín y acabar con su vida para evitar ser identifica­dos. Según los investigad­ores, el plan fue premeditad­o con un mes de antelación. Los asaltantes asesinaron a la enfermera pero se fueron de vacío, incapaces de violentar la caja fuerte.

Carme Font, de 67 años, persona muy conocida en Girona, apareció el 25 de septiembre pasado asesinada en su domicilio, situado en la avenida de Barcelona. La habían atado con unas bridas y golpeado de forma brutal. Era la supervisor­a de la unidad de diálisis de la clínica Girona y tenía una consulta privada de podología en su propia casa. Además, gestionaba varios pisos y manejaba “importante­s cantidades de dinero” que la pussieron en la diana de sus asaltantes.

Como ideóloga del crimen, los Mossos sitúan a Consol J., compañera de trabajo de la víctima en la clínica Girona que acumulaba varias deudas. “Fue Consol quien señaló a Carme como objetivo para delinquir”, subraya el escrito de la juez. Consol tenía una relación de confianza con la víctima. Le mandaba mensajes, le felicitaba el santo e incluso conocía el interior de la casa porque en una ocasión había acompañado a un familiar a tratarse los pies. De ahí que también conociera previament­e dónde escondía la víctima las cajas fuertes. La compañera de trabajo implicó en el plan a su marido, Jordi R. y este a su vez a un amigo suyo, Nicolás, que también pasaba penurias económicas hasta el punto de que estaba a punto de ocupar una vivienda porque no podía pagar la suya. Entre los tres “trazaron un plan para cometer el delito que les permitiera obtener el dinero”, señala el auto. El último en sumarse fue Eugenio P., un delincuent­e que compartió prisión con Nicolás y que cuenta con un largo historial criminal.

La cita médica que la víctima tenía apuntada en una agenda el día 25 de septiembre a las 18.30 h. condujo a los Mossos d’esquadra hasta los asesinos. La compañera de trabajo fue la persona que hizo de intermedia­ria entre el falso paciente que concertó la visita y la víctima. El día de los hechos, al domicilio accedieron Nicolás y Eugenio, este último vestido de operario. “La golpearon de forma brutal en la sala de espera de la consulta, la ataron por diversas partes del cuerpo, la arrastraro­n hacia otra estancia donde había las cajas fuertes y finalmente la asfixiaron hasta matarla”, indica la magistrada. El marido de Consol esperó fuera y recibió dos llamadas de su esposa para saber cómo iba.

Los cuatro arrestados querían asaltar la casa de la asesinada para robarle el dinero y solucionar sus penurias

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