SÁNCHEZ CAPEA EL TEMPORAL
La ministra comunicará a la Fiscalía que no hay nadie en activo en el grupo
Poco le ha durado la tranquilidad a Pedro Sánchez tras aprobarse los presupuestos. Para el presidente (en la foto, ayer en Comillas) este era el objetivo principal para apuntalar la legislatura y lo ha logrado de forma holgada. Pero eso no ha reducido el ruido político.
Al contrario. El Jemad tuvo que reprender a los militares retirados que en un chat abogaban por un golpe de Estado.
Hasta ahora había sido el Gobierno, sobre todo en la persona de la ministra de Defensa, quien se había enfrentado a los militares retirados que han enviado una carta al Rey contra el Ejecutivo de Pedro Sánchez y han protagonizado conversaciones en un chat de carácter claramente golpista. Pero en un intento de frenar los movimientos que este grupo de exmilitares están realizando, ayer fue el general Miguel Ángel Villarroya, como jefe del Estado Mayor de la Defensa(jemad), máxima autoridad militar, a excepción del Rey, quien saltó a la palestra para desacreditar a este grupo de exoficiales, a los que recuerda que han jurado defender la Constitución.
En una insólita nota hecha pública a primera hora de la mañana, muy meditada y medida, tomando como excusa la celebración el domingo del día de la Constitución,
el Jemad reprocha a este grupo de exmilitares su actitud y que se aprovechen de que ya no pertenecen a las fuerzas armadas para emitir opiniones a las que tienen derecho, como ciudadanos, pero no como militares, que es la condición que exhiben a pesar de estar en el retiro. Les recuerda que una de las consecuencias del compromiso que los milipermita tares tienen con la Constitución es “la neutralidad política” de las fuerzas armadas, que conlleva “la limitación de ciertos derechos” como son “la participación en manifestaciones o actividades de tipo político” o “la expresión pública de opiniones” políticas, de acuerdo con las ordenanzas del ejército.
Una limitación de derechos, que el Jemad justifica porque “las fuerzas armadas están al servicio de todos los españoles, sin importar” lo que piensen. Por eso, les recuerda, él que pertenece al Ejército del Aire, como los militares retirados objeto de la polémica, que “nuestro compromiso con España y con la Constitución no ofrece ninguna duda, y así lo venimos demostrando en nuestra actuación día a día”.
En el comunicado, el general Villarroya hace referencia concreta a las cartas y el chat de “personal en situación de retiro” que, “al haber perdido la condición de militar, no tienen limitados ya esos derechos” y por eso hay que ver estas opiniones como propias de “personas particulares” y “no pueden considerarse representativas del colectivo del que formaban parte con anterioridad”, a la vez que les recrimina que usen su posición de exmilitares para que sus manifestaciones tengan más eco, porque haciéndolo se están arrogando “un derecho de representatividad que no poseen, que daña la imagen de las fuerzas armadas y que solo confunde a la opinión pública”.
Por todo ello, la ministra de Defensa, Margarita Robles, analizará la petición de la asociación de reservistas RED45+, que ha pedido que se desposea a estos oficiales retirados de los privilegios de los que puedan gozar. Sin embargo, tanto el Jemad como la ministra niegan que tengan ningún privilegio ni ninguna paga como militares retirados. En concreto, los reservistas piden que no se les entrar en residencias militares o que se retiren sus nombres de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo y de la de San Fernando. Robles analizará las ordenanzas para ver qué se puede hacer.
Posiciones duras, las de la ministra y la del Jemad, que coinciden con el malestar que los mensajes de estos exoficiales han causado entre militares en activo que ayer lamentaban, en conversación con La Vanguardia, que estas actitudes empañan la buena imagen que el ejército tiene entre los ciudadanos. Hay indignación, más cuando los comentarios provienen de militares “que dejaron las fuerzas armadas hace muchos años para cobrar mucho más dinero como pilotos de líneas aéreas” e intentan ahora “dar lecciones de valores a los que los hemos seguido defendiendo”.
La ministra de Defensa, que ayer rindió homenaje al teniente general Francisco Veguillas Elices, asesinado por ETA en 1995, cuyo nombre llevará a partir de ahora el salón de actos del ministerio, contrapuso la actitud de los exmilitares del chat con la del general homenajeado, a quien se debe la modernización y adecuación de las fuerzas armadas al marco constitucional, en la década de los ochenta.
Robles reiteró sus críticas de los últimos días a estos exmilitares, a los que tildó de “cobardes” por “embozarse” tras las fuerzas armadas para expresar sus opiniones “que nos avergüenzan a todos”. La ministra insistió en que “no representan a nadie” y anunció que confirmará a la Fiscalía que no hay ningún militar en activo en ese chat.
En estas palabras coincidió ayer el presidente del PP, Pablo Casado, que preguntado por el chat subrayó que le parece “absolutamente lamentable e intolerable” y que el caso está en manos de la Fiscalía, con lo que espera que haya un procedimiento “y se depuren responsabilidades”. El líder popular está convencido de que “este chat entra dentro de errores personales que habrá que depurar, en todo caso”.
Las actitudes de esos militares retirados llegarán al Congreso de manos de Bildu, que ha pedido la comparecencia de la ministra, y de Jxcat, que ha presentado preguntas al Gobierno sobre las manifestaciones golpistas.
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Casado considera “lamentables e intolerables” los mensajes del foro